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Un mes después de iniciado el fallido intento de golpe de Estado y de haber gritado histéricos ante los consorcios de medios de comunicación del mundo que sus criminales heridos que enfrentaron a la Policía Nacional estaban siendo rechazados en los hospitales públicos, el golpista Juan Sebastián Chamorro García reconocía en un documento interno que eso era una enorme falacia.
En una “Propuesta de Reglamento de funcionamiento fideicomiso Fondo de Asistencia a Víctimas”, en el que definirían el alcance en el uso de los fondos recolectados, incluye el acápite “Casos hospitales públicos”, en el que en ningún momento señala que sus golpistas heridos estén siendo devueltos de los centros médicos del Estado.
Más bien precisa que para los golpistas heridos e internados en hospitales públicos, se “podrán realizar pagos por la compra de medicamentos e insumos médicos…”. “Para compras menores a 100 dólares americanos, el fiduciario podrá realizar desembolsos directos previa presentación de documentos de hospitalización y receta médica de los doctores habilitados y contra entrega de facturas o cotizaciones de los medicamentos”.
Obvian sin embargo decir, que los hospitales públicos de la administración sandinista generalmente cuentan con la mayoría de insumos médicos y medicamentos, por lo que no cobran ni un centavo a los pacientes. ¿Sería un chanchullo más para embolsarse dinero presuntamente destinado a sus “víctimas”?
Diferente fue el caso de hospitales privados como el Vivian Pellas, promocionado durante la brutal aventura golpista como “amigo” de los asesinos cívicos, donde en realidad los medio estabilizaban y los remitían de inmediato hacia los hospitales públicos a fin de que no les generaran gastos.
Una razón para la premura por deshacerse de sus “héroes” heridos, es que los “solidarios” médicos del Vivian Pellas les dijeron que no cobrarían honorarios, solo medicamentos pagados al hospital, por lo que es obvio que no estaban dispuestos a estar atendiendo a nadie gratuitamente.
¿Hubo en realidad algún tipo de fraternidad en los hospitales privados con los golpistas heridos? Quizás este párrafo de Chamorro García responda a esa interrogante: “Se realizarán pagos de las líneas de crédito a hospitales habilitados y verificados por el Comité Técnico. Las líneas de crédito de los hospitales podrán incluir gastos hospitalarios, medicamentos, insumos médicos y material de reposición periódica.
“No se realizarán pagos por honorarios médicos, salvo casos excepcionales los cuáles serán analizados y aprobados por el Comité Técnico. Los hospitales deberán proveer al fiduciario de todas las documentaciones legales y médicas que justifiquen el detalle de los fondos solicitados. Todos los casos de pago de líneas de crédito deberán ser aprobados por el representante médico del Comité Técnico”.
¿Ven? Abrieron líneas de crédito en los hospitales privados, pero quisieron dar la imagen a nivel internacional de que los golpistas habían despertado la solidaridad de toda Nicaragua, incluyendo la de los hospitales y médicos privados, que a como es sabido, si no tenés dinero, no harán nada para ayudarte.
Para situaciones de emergencia se amarraron con la cadena de farmacias MEDCO, con otra línea de crédito pagadera en un plazo de 30 días. “Se solicitará a la cadena de farmacia, copia de las recetas médicas en caso de provenir de hospitales públicos”, señalan, volviendo a aceptar que sí fueron recibidos los golpistas en los nosocomios estatales.
De haber sido cierto que los estaban rechazando, se hubieran cuidado de garantizar que todos fueran recluidos en los “solidarios” hospitales privados, sobre todo el publicitado en esos días, Vivian Pellas.
¿Otra prueba de que no hubo solidaridad? Frankling Moisés Ponce Flores era un golpista de Sébaco herido en la cabeza en un tranque, y que necesitaba con urgencia una platina para ser operado.
Pero el artefacto costaba 1,800 dólares, ¿y adivinen qué? En el Vivian Pellas se negaron a operarlo mientras la familia no les garantizara el dinero.
Paradójicamente, y pese a que existía un flamante “Comité Técnico” del FUNIDES, la familia del herido que les solicitaba la ayuda, exponía: “ya que es un ser humano que no es posible que pierda su vida por defender los derechos que tenemos todos los nicaragüenses”.
¿Y dónde estaba su derecho a recibir esa platina que le hubieran entregado gratis en los hospitales públicos que Ponce Flores y sus compinches querían desbaratar durante los días más crudos del intento golpista?
¿Habrá entendido la familia de este joven golpista de Sébaco que tenía que mendigar ayuda para curar a su deudo grave en un hospital que había proclamado su total apoyo a la “causa” de la oligarquía local? ¿Y por qué tuvieron que solicitar la compra de la platina si ya el FUNIDES había creado toda una estructura para presuntamente encargarse de eso?
Estos son los documentos en poder de Nicaleaks: