“Dicen que es narco”, le dice el recluta al narcoasesino, refiriéndose al posible comprador de los escombros de un transmisor y una antena de radio que Gerardo Sánchez quería vender en 10 mil dólares. El embaucador hace como que no leyó la advertencia y le contesta: “Vos hablá con él”.
Le había encomendado a Josmar Bermúdez que se hiciera cargo de reclutamientos y la búsqueda de nuevos donantes. ¿Que era narco?, ¿a quién le importaba? el mismo Gerardo Sánchez lo es y se demostró cuando fue capturado en Nicaragua en 2015 con varios kilos de cocaína.
En su dudoso “parte” de reclutamiento, Bermúdez, ante la avidez de vándalos solicitada por el narcoasesino “Voz Solidaria”, le dijo que estaba “trabajando” lento pero seguro, que ya tenía a alguien de la Iglesia Católica, a un grupo con el que había perdido comunicación, otros a los que visitaría y diez misioneros a los que no había visto, pero que los estaba esperando.
Es decir, no tenía nada.
Esta es una parte de la conversación entre el narcoasesino y su tonto recluta: