“J1” fue entrenado para odiar al sandinismo

Lesther Alemán, alias “J1”, a la derecha, y parte de las personas contratadas por el gobierno norteamericano o funcionarios del mismo (generalmente todos agentes de la CIA), que le fortalecieron el odio al sandinismo y lo aleccionaron para infligir el mayor daño posible durante el fallido golpe de Estado de 2018.

* De extracción estrictamente proletaria, por su amor desmedido al dinero se convirtió de la noche a la mañana en entusiasta admirador de la ultraderechista oligarquía nicaragüense y de la política injerencista de Estados Unidos, que incluye graves agresiones a la patria que lo vio nacer.

¿Es Lesther Alemán, alias “J1” un patriota? ¿Fue alguna vez sandinista como decía? ¿De qué ideología se nutre? Ya sabemos que los del MRS, obispos y curas fariseos, y empresarios golpistas son su paradigma. Pero también admira a morir a la injerencista clase política norteamericana y todo lo que huela a ultraderecha y le deje el suficiente dinero para alejarlo de la pobreza en que vivía.

En Nicaragua recibió abundante adoctrinamiento antisandinista, no obstante, como si eso no bastara, participó entusiastamente en encuentros en Estados Unidos y otros países, donde absorbió como esponja el pensamiento capitalista de desprecio hacia la verdadera democracia, es decir, las decisiones de las mayorías.

Su entrenamiento antisandinista incluía la aceptación de la política injerencista del gobierno norteamericano en contra de nuestro país, lo que quedó en evidencia en septiembre de 2018, cuando ya derrotado junto a los otros golpistas asesinos, aplaudió una intervención en Miami de Richard Feinberg, exfuncionario del Departamento de Estado gringo.

Le agrada estar con los agresores

¿Qué dijo Feinberg que entusiasmó tanto a “J1”? En realidad, hizo una confesión que indignó a mucha gente decente en el mundo. Admitió campantemente que Estados Unidos conspiró para evitar una victoria sandinista en las elecciones de 2006.

«…en 2006, cuando Ortega era el candidato a la presidencia, hicimos todo lo que pudimos para que la oposición se uniera para que (Daniel Ortega) no pudiera sacar ventaja de ese cambio del 35% a la Constitución, pero los políticos nicaragüenses decidieron seguir su propio camino…», dijo.

Cinismo y descaro al reconocer su Injerencismo en los asuntos internos de Nicaragua. Son los mismos sujetos que dan alaridos y se halan los pelos denunciando -sin pruebas hasta el momento-, que Rusia ha intervenido en sus procesos eleccionarios. Lo que los indigna a ellos, nos indigna más a nosotros porque hemos presentado abundantes pruebas de las agresiones gringas de todo tipo contra nuestro pequeño país.

Y decía que era sandinista…

Esa admiración a la “democracia” imperial hizo que, en 2020, Lesther Alemán pusiera quejas ante el entonces subsecretario de Estado gringo, Michael Kozak, para que llamara la atención o sancionara a sus cómplices en la Coalición Nacional Opositora, porque a su parecer, sentían desprecio hacia los golpistas agrupados en “Jóvenes por la Democracia”.

Esa es la “firmeza” ideológica exhibida por este fino sujeto que, a inicios de abril de 2018, a instancias de Haydée Castillo Flores, encabezó junto a Víctor Cuadras Andino, Madeleine Caracas, Iskra Malespín, Arianna Moraga y Douglas Castro Quezada, protestas en la Universidad Centroamericana (UCA), por el incendio en la Reserva Forestal Indio-Maíz, cuya culpabilidad, aunque parezca increíble, achacaban al gobierno sandinista a través de los medios de prensa controlados por la familia Chamorro, otros oligarcas y sus serviles.

No lograron el apoyo que esperaban, pero sembraron el odio en un sector de estudiantes y otras personas antisandinistas fácilmente influenciables. El 18 de abril de 2018, usaron la figura de los jubilados para manipular a un segmento de la población, indicando masivamente a través de las redes sociales y los medios de prensa antes mencionados, que los ancianitos eran afectados gravemente por las reformas al Seguro Social.

Inventó lo del primer muerto

El 18 de abril de 2018, frente a las instalaciones de la Universidad Centroamericana, Alemán, alias “J1”, mote que copió del capo colombiano de la droga, Julio César Paz Varela, organizó con estudiantes de relaciones internacionales de la UCA un plantón como acción simultánea a las protestas que iniciaron en Camino de Oriente dirigentes opositores de la autodenominada “sociedad civil” por las reformas del INSS.

Igualmente, junto a Iskra Guisselle Malespín echó a andar la campaña en las redes sociales denunciando el supuesto asesinato de un estudiante universitario, algo que nunca existió, pero que logró el propósito esperado: encender los ánimos de muchos que se tragaron su criminal manipulación.

Facilitó labor criminal del “Víper”

El 19 de abril de 2018, “J1” Alemán fue uno de los dirigentes universitarios que impulsaron la toma de recintos universitarios públicos (UPOLI, UNI, RUPAP, UNAN-Managua), convirtiéndolos a partir de entonces en centros desde donde operaban bandas delictivas que cometieron robos con intimidación, secuestros, lesiones graves, violaciones, extorsiones, destrucción y daños múltiples durante el intento de Golpe de Estado.

El 23 de abril de 2018, figura como uno de los principales cabecillas que organizaron la marcha hacia la UPOLI en coordinación con representantes de la empresa Privada (COSEP), entre ellos José Adán Aguerri Chamorro, Michael Healy Lacayo y Álvaro Javier Vargas Duarte. Dicha marcha, nutrida de antisociales como Cristhian Mendoza, alias el “Víper”, permitió la toma total de la UPOLI y el levantamiento de barricadas en los barrios aledaños.

Los asesores pagados por USA

Al igual que el resto de cabecillas de la sangrienta aventura armada de 2018 en contra del gobierno del presidente Daniel Ortega y del sandinismo, alias “J1” tiene mentores extranjeros que no son otros que agentes de la CIA y otras agencias norteamericanas, especialistas en desestabilizar países considerados hostiles a la política imperial.

Uno de ellos es Carlos José Herrera Jaramillo, un colombiano experto en Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, quien encabezo el equipo de asesores y consultores designados por el mencionado centro de estudios para cumplir contratos de asesoramientos a la Alianza Cívica en temas de Negociación, Transición Democrática y Transformaciones Sociales.

Otro es Rodolfo Ares Taboada, consultor de origen español contratado por el National Democratic Institute (NDI) de Estados Unidos en 2019, como asesor político de la Alianza Cívica. Además, este agente gringo está a cargo dentro de la Coalición Nacional, de la implementación de sistemas y estrategias políticas. El 12 de agosto de 2020, capacitó a los dirigentes de la Coalición Nacional en temáticas de elección de candidaturas y escenarios políticos de cara a los comicios electorales de 2021.

Un exasesor de Enrique Bolaños

También Felipe Noguera, un argentino consultor internacional en campañas electorales y estrategias políticas, contratado por el International Republican Institute (IRI) y el NDI para analizar y diseñar los posibles escenarios políticos que pudieran haber favorecido a la Coalición Nacional Opositora de cara a los comicios electorales de 2021. Su incidencia en Nicaragua data desde el 2005, cuando trabajó como asesor político de Enrique Bolaños, posteriormente participó como observador electoral en los comicios de 2006, donde coordinó algunos trabajos con Félix Maradiaga Blandón.

Igualmente, el “J1” se relacionaba con Patricio Gajardo Rodríguez, un chileno director residente del Instituto Republicano Internacional (IRI) en Guatemala para el Programa de Países del Triángulo Norte. En 2005 participó en Nicaragua como consultor internacional de la USAID-CIA, brindando asesoramiento electoral desde entonces. Aquí estableció vínculos con Félix Maradiaga.

Es además director representante del IRI en el proyecto “Consorcio para Elecciones y Fortalecimiento de Procesos Políticos” (CEPPS), que lideraban el NDI, el IRI y la Fundación Internacional para Sistemas Electorales en el proceso de unidad opositora aglutinada en la Coalición Nacional.

El embustero de la Unión Europea

Sumamos a Alexander Chavarría, director residente sénior en el National Democratic Institute (NDI), quien fue parte del equipo norteamericano que dirigió el proceso de unidad opositora en la Coalición Nacional mediante el proyecto “Consorcio para Elecciones y Fortalecimiento de Procesos Políticos” (CEPPS) que lideran el NDI, el IRI y la Fundación Internacional para Sistemas Electorales.

Pelayo Castro Zuzuarregui, también con vínculos con Lesther Alemán, es un diplomático exembajador de la Unión Europea en Nicaragua. En 2018, durante el fallido golpe de Estado, entregó al Parlamento Europeo informes de coyuntura sobre las protestas y su repercusión en la Región; así mismo, de la situación de los nicaragüenses autoexiliados en Costa Rica tras ser desalojados de los tranques de la muerte. Dichos informes incidieron en la imposición de sanciones del Parlamento Europeo en contra el Gobierno de Nicaragua.

El “gringo caitudo” y Sullivan

Manuel Orozco es un “gringo caitudo”, director de Diálogo Interamericano y el Centro para Migración y Estabilización Económica en la organización norteamericana Creative Associates International, desde donde financia y dirige, junto a Salvador Stadthagen, proyectos con fondos de la USAID-CIA, para brindar atención a migrantes nicaragüenses en Estados Unidos.

Kevin Sullivan, exembajador de los Estados Unidos en Nicaragua, lideró reuniones con representantes de los grupos de oposición en los que participó el “J1”, con el objetivo de impulsar acciones de desestabilización en la búsqueda de derrocar el gobierno del presidente Daniel Ortega Saavedra.

Y el peligro es Nicaragua…

Solo aquí hay siete agentes de la Central de Inteligencia Americana (CIA) y en exembajador gringo en Nicaragua, que de seguro también lo es, interviniendo directamente en los asuntos soberanos de Nicaragua a través de vendepatrias como Lesther Alemán, alias “J1” y demás sujetos vendidos en cuerpo y alma al malévolo imperio de las barras y las estrellas.

Y pensar que el anciano y decrépito presidente Joe Biden, declaró a Nicaragua “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, pese a que nunca hemos interferido en sus asuntos internos, mucho menos les hemos infligido ni una pizca del inmenso daño que nos han ocasionado.

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