Las enérgicas adquisiciones del metal precioso por los bancos centrales e inversores minoristas contribuyeron al auge.
La demanda anual de oro se disparó en 2022 en un 18 %, hasta 4.741 toneladas (excluidas las operaciones extrabursátiles), y prácticamente alcanzó el récord de 2011, cuando ascendió a 4.746 toneladas, según los datos de World Gold Council.
«Las colosales adquisiciones de los bancos centrales, complementadas por las vigorosas compras de los inversores minoristas y la ralentización de las salidas de los fondos cotizados en la bolsa, elevaron la demanda anual a su nivel más alto en 11 años«, señaló la entidad.
Por segundo trimestre consecutivo, la demanda de los bancos centrales, que constituyó 417 toneladas, elevó las compras anuales en el sector hasta 1.136 toneladas, el máximo de los últimos 55 años.
El auge de la demanda de inversión subió un 10 % en 2022, alcanzando 1.107 toneladas, mientras que la demanda de lingotes y monedas de oro creció un 2 %, hasta 1.217 toneladas. El consumo de joyería disminuyó un 3 %, hasta 2.086 toneladas.
Junto con la demanda, también aumentó la oferta total anual del metal precioso. En 2022 constituyó 4.755 toneladas, suponiendo una subida del 2 %. Por su parte, la producción minera aumentó hasta un máximo de cuatro años de 3.612 toneladas.