El desafío es inmenso porque es necesario reconstruir Brasil a nivel político, económico, de gestión pública, armonía institucional, relaciones internacionales y cuidado de los más pobres, aseveró el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en su primer discurso tras la segunda vuelta de la jornada electoral.
El candidato del Partido de los Trabajadores (PT) concentró el 50,9% del total de sufragios emitidos durante la elección de este domingo 30 de octubre, frente al 49,1% que sumó su rival, Jair Bolsonaro, de acuerdo con datos del Tribunal Superior Electoral (TSE), por lo que Lula será el próximo presidente de Brasil.
El mandatario electo dijo que en este proceso electoral él y sus simpatizantes se enfrentaron no al candidato Bolsonaro, sino a una maquinaria de Estado que operó a favor del presidente saliente.
«Considero que tuve un proceso de resurrección en la política brasileña. Trataron de enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país. En una situación muy difícil, pero tengo la certeza de que con ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida y restablecer la paz», señaló.
«Llegamos al final de una de las más importantes elecciones de nuestra historia. Una elección que colocó frente a frente dos proyectos opuestos de país, y que hoy tiene un único y gran vencedor: el pueblo brasileño», abundó Lula da Silva.
Con el proceso electoral de esta jornada, el pueblo brasileño dejó claro que desea más democracia, no menos, dijo quien obtuvo más de 60,3 millones de votos, frente a los más de 58,2 millones de votos de apoyo a Bolsonaro.
El pueblo de Brasil, estimó Lula en su discurso, quiere vivir, comer y habitar bien, con un buen empleo, un salario por encima de la inflación, salud y educación públicas y de calidad, libertad religiosa, libros en lugar de armas y un regreso de la esperanza.
«Este país precisa de paz y de unión. Este pueblo no quiere pelear más. Es hora de bajar las armas, que nunca debieron haber sido empuñadas. Las armas matan. Y nosotros escogemos la vida», apuntó.
Entre los desafíos de la reconstrucción, Brasil necesita atender su propia alma, recuperar su generosidad y solidaridad, el respeto a las diferencias y el amor al prójimo, valoró el presidente electo.
El mandatario electo llamó a retomar el diálogo con los poderes Legislativo y Judicial, sin ánimo de intervenir, cooptar o controlar, pero sí para reconstruir la convivencia armónica y republicana entre los tres poderes, conforme a la normalidad democrática establecida en la constitución.
También consideró urgente retomar el diálogo entre el pueblo y el Gobierno, por lo que se restablecerán las conferencias nacionales que permitan a la ciudadanía plantear propuestas de política pública en todas las áreas.
Lula dijo que existe nostalgia de un Brasil soberano que hablaba en términos de igualdad con los países más ricos y poderosos del mundo, mientras al mismo tiempo contribuía al desarrollo de las naciones más pobres.
«Vamos a reconquistar la credibilidad, la previsibilidad y la estabilidad del país para que los inversionistas retomen la confianza en Brasil. Vamos a reindustrializar Brasil, invertir en la economía verde y digital, apoyar la creatividad de nuestros empresarios y emprendedores. Queremos exportar también conocimiento», aseveró.