Hay además ocho heridos graves y se desconoce por ahora el motivo del ataque. Sospechan del yihadismo y la ultraderecha.
Al menos siete personas murieron y otras resultaron gravemente heridas en un tiroteo el jueves por la noche en un centro de los testigos de Jehová en Hamburgo, afirmó la policía de la segunda ciudad alemana.
El asaltante formaría parte de las personas fallecidas en el lugar, agregó la policía, que dijo no tener en este momento «ningún indicio de autores huidos». Los agentes escucharon algunos disparos y, según un portavoz policial, Holger Vehren, «hay indicios de que un autor está eventualmente en el lugar y que es uno de los fallecidos». Inicialmente se había informado que uno o varios de los autores podrían haberse dado a la fuga.
El tiroteo habría causado, además de los siete muertos, ocho heridos graves, según el diario Bild, que evoca un «baño de sangre». «Muchos elementos de las fuerzas del orden se encuentran en el lugar», dijo en Twitter la policía.
«Eviten la zona de peligro. En la zona de peligro, quédense en el lugar donde se encuentran y no salgan al exterior de momento», pidió la oficina federal de protección civil en un comunicado.
«Congregación de testigos de Jehová»
Las fuerzas del orden «fueron llamadas sobre las 21H15 para ser informadas de disparos en el edificio» de tres plantas, situado en el barrio de Gross Borstel, en el norte de Hamburgo, cerca del aeropuerto de la ciudad, indicó un portavoz de la policía a la cadena NTV. Las fuerzas de intervención «penetraron rápidamente en el edificio y encontraron muertos y heridos graves», agregó este portavoz.
En el interior, los agentes escucharon un disparo «procedente de la parte superior del inmueble» y encontraron otra persona, agregó el portavoz, quien no podía dar «todavía indicaciones» sobre el móvil. «En la noche, había una congregación de testigos de Jehová en el edificio», añadió.
«Nuestras medidas e investigaciones están funcionando a toda velocidad. Tan pronto como haya información confiable (…) lo comunicaremos directamente», tuiteó la policía pasada la medianoche, más de tres horas después de que sucedieran los hechos.
El alcalde de la ciudad, el socialdemócrata Peter Tschentscher, tambien se hizo eco del atentado terrorista. «Las noticias procedentes de Alsterdorf/Gross Borstel son perturbadoras», dijo en Twitter. «Las fuerzas de intervención trabajan con empeño en la persecución de los autores y el esclarecimiento del contexto».
En torno a la medianoche la policía pidió a la población por redes sociales que se abstuviera de difundir «discusiones sobre los autores o el suceso» y comunicó que todavía no existen «informaciones seguras» sobre el motivo del tiroteo.
Fuerzas de la policía acordonaron la zona próxima al lugar y allí se enviaron fuerzas especiales, según medios locales, que indicaron que el despliegue afectó a los barrios de Gross Borstel, Alsterdorf y Eppendorf. En torno a la medianoche se podía ver volando sobre el área próxima un helicóptero que vigilaba esa parte de la ciudad.
El edificio de tres plantas se encuentra en la calle Deelböge y medios locales informaron de que en el Salón del Reino los miembros de los Testigos de Jehová se reúnen dos veces a la semana.
Fundados en el siglo XIX en Estados Unidos, los testigos de Jehová se consideran herederos del cristianismo primitivo y basan su credo únicamente en la Biblia. El estatuto de la organización varía en función del país: se ubican al mismo nivel que las «grandes» religiones en Austria y Alemania, figuran como «culto reconocido» en Dinamarca y como «confesión religiosa» en Italia. En Francia, numerosas ramas locales disponen del estatuto de «asociación de culto», pero el movimiento está acusado regularmente de derivas sectarias.
– Doble amenaza –
Si bien el móvil del tiroteo todavía es una incógnita, las autoridades alemanas llevan los últimos años en alerta por una doble amenaza: el yihadismo y la extrema derecha.
Alemania ha sido víctima de ataques yihadistas, en particular un atentado con un vehículo reivindicado por el grupo Estado islámico que causó 12 muertos en diciembre de 2016 en Berlín y se convirtió en el más sangriento cometido jamás en el país.
Desde 2013 y hasta fines de 2021, el número de islamistas considerados como peligrosos presentes en Alemania se quintuplicó y es en la actualidad de 615, según el ministerio del Interior. El número de salafistas es calculado en 11.000, o sea dos veces más que en 2013.
Pero otra amenaza recorre Alemania en los últimos años, encarnada por la extrema derecha, con varios ataques mortíferos contra centros comunitarios o religiosos. En un atentado racista en Hanau, cerca de Fráncfort (oeste), un alemán implicado en movimientos de la conspiración mató en febrero de 2020 a nueve jóvenes, todos ellos de origen extranjero.
Las fuerzas de seguridad recibieron avisos de un tiroteo pasadas las 21:00 horas locales (20:00 GMT) y una patrulla policial que se encontraba en las proximidades del templo religioso, en el barrio de Groß Borstel, al sur del aeropuerto de la ciudad, acudió al lugar.
El alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, calificó de «horroroso» lo ocurrido en la ciudad y declaró que «las fuerzas de seguridad trabajan intensamente en la persecución de los autores y en la aclaración de lo sucedido».
En el lugar fueron encontradas varias personas con heridas causadas por disparos y medios locales informan de que diecisiete de los asistentes al acto en el lugar del tiroteo resultaron ilesas.