Las declaraciones del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sobre el retorno de Crimea a su país indican que Kiev no busca resolver el problema de la península por la vía pacífica, sostuvo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Anteriormente, el líder ucraniano dijo al periódico Financial Times que aboga por la «desocupación» de Crimea por medios no militares pero si la decisión sobre la península implica que es parte de Rusia, «nadie debería perder su tiempo en eso».
Según el vocero de la presidencia rusa, Ucrania no ha renunciado a su postura de que Crimea debe ser devuelta por la fuerza, lo que para Rusia significa la separación de su territorio y «está fuera de discusión».
Crimea se escindió de Ucrania y se reincorporó a Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que la mayoría aplastante de los votantes —más del 96%— avaló esa opción, en respuesta al cambio violento del Gobierno en Kiev.
Moscú ha declarado en repetidas ocasiones que los habitantes de Crimea, de manera democrática y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, votaron a favor de la reunificación con Rusia, mientras Kiev considera que Crimea es territorio ucraniano «provisionalmente ocupado».
Mientras tanto, Rusia continúa desde el 24 de febrero pasado una operación militar especial en Ucrania, porque las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitaban ayuda frente, como lo denunciaban, al genocidio por parte de Kiev.