El Movimiento pro Nicaragua, MpN, se ha convertido en un partido político de escritorio y sus directivos buscan ansiosamente un liderazgo que les permita obtener el poder. Para ello ha forjado alianzas con otros organismos de la “sociedad civil”, a los que les imparten con cierta frecuencia seminarios sobre gobernabilidad financiados alegremente con dinero del exterior.
Los expositores del MpN para esos seminarios insiten en la necesidad de buscar nuevosa liderazgos con los argumentos de que en Nicaragua existe una oposición muy débil; una sociedad política fracturada; mucho déficit en el desarrollo y la seguridad; y fatalismo de cultura social, entre otros señalamientos.
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