Nicaragua en la OEA sobre violencia contra la mujer

* DISCURSO DE NICARAGUA SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
CONSEJO PERMANENTE DE LA OEA.

La Delegación de Nicaragua agradece la oportunidad de renovar ante este Foro el Compromiso diario de nuestro pueblo, los movimientos sociales, los movimientos comunitarios, las asociaciones, los poderes del Estado y las instituciones gubernamentales, al derecho inalienable de las mujeres a vivir reconocidas como personas, como Seres humanos dignos, fuertes y talentosos, de acuerdo con los principios y valores de nuestra identidad y cultura.

El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional reitera el Compromiso asumido por la Revolución Popular Sandinista, desde sus primeros días, con los Derechos de las Mujeres para protagonizar con nuestro Liderazgo comprobado, en todos los frentes, el Camino del Desarrollo Justo y Soberano del Pueblo Valiente de Darío y Sandino, Blanca Aráuz, Doña Mary Barreda, Arlen Siu, Idania Fernández, Ilustres luchadores y forjas de nuestra idiosincrasia, historia, presente y futuro de nuestra Nicaragua, bendita y siempre libre.

Las mujeres nicaragüenses han sido y son, heroicas, endurecidas, guerreras, victoriosas, en cada una de las etapas y circunstancias que hemos tenido que conocer y vivir, sin abandonar nunca la ternura y el sentido de la humanidad, típicos de nuestra condición de mujeres, trabajadoras. Productores, Comerciantes, Intelectuales, Escritores, Artistas, académicos, científicos, en resumen, en todas las esferas de la vida que decididamente hemos contribuido a mejorar, transformar y mostrar con orgullo.

En la última década, el liderazgo indiscutible de las mujeres nos ha asegurado la equidad, para llegar a los primeros lugares del mundo. Así nos hemos convertido en Inteligencia, Voz y Corazón de una Nicaragua que cuenta con cada uno de nosotros, para vivir compartiendo los frutos de nuestras Tierras y el avance de nuestro Conocimiento, de nuestras Políticas y de nuestras Instituciones en las que estamos ejerciendo Autoridad y Capacidad. , por el bien de todos.

En la familia, las mujeres también son líderes. Y también somos jefes y líderes en política, en economía, en organizaciones sociales, en juventud y en el despliegue de nuestros talentos para hacer de Nicaragua, con responsabilidad y sensibilidad, la patria que soñamos, que deseamos y que merecer.

La comunicación global, entre otras cosas, tiene un impacto negativo en nuestros propósitos de ahuyentar la violencia en hogares, familias y comunidades.

Sumado a estos antivalores, reconocemos aspectos pendientes que nos afectan a todos por igual, ya que siempre hemos sabido que el acoso, el maltrato o la violencia en las relaciones entre los seres humanos nunca propiciaron, ni propiciarán, la justicia que todos queremos, y necesitamos, incorporar a nuestro rico patrimonio cultural, nuestra fortaleza y afecto, junto con conocernos con capacidad para influir y decidir sobre las políticas públicas, económicas y sociales, que nuestra gente y nuestro país demandan.

En Nicaragua hemos declarado una Lucha Frontal contra cualquier forma de falta de respeto o amenaza a la Vida de nosotras, y hemos exigido a nuestras Autoridades sanciones y castigos severos para quienes infringen las Leyes.

Hemos exigido sanciones y castigos cuyo rigor garantiza la no repetición. Al mismo tiempo, continuamos haciendo los máximos esfuerzos culturales, para convencernos y persuadirnos, aprendiendo del hogar, la familia y la comunidad, de que la vida nos pertenece a todos y que todos tenemos el deber y el derecho de respetar y ser respetados, con nuestras diversas individualidades, mentalidades, personalidades, que agregan valor a lo que ya somos, para hacernos aún más tolerantes, armoniosos, constructores de paz y bien común.

Las mujeres nicaragüenses, desde nuestras fortalezas y desde la experiencia histórica de los líderes revolucionarios, también consideran actos fuera del humanismo y, por lo tanto, actos de falta de respeto y violencia contra mujeres y hombres de todas las edades, contra hogares y familias, cualquier forma de agresión externa, es decir, interferencia , intervención en nuestros propios asuntos, o asalto a la buena fe y al buen corazón de todo un pueblo, pretendiendo privarnos de nuestro derecho fundamental a la vida, el trabajo, la seguridad, el desarrollo, la justicia y la paz.

Las mujeres nicaragüenses, siempre en lucha y siempre victoriosas, exigen de este Consejo Permanente, un Mundo de Diálogo, Fraternal, Respetuoso, Pacífico, que tenga en cuenta el carácter inviolable de la Independencia y la Soberanía Nacional, que en Nicaragua hemos defendido tanto, y que seguimos reclamando y defendiendo.

¡Nicaragua es libre porque tiene
hijas, mujeres y niños, familias,
quien la aman!

Managua, 10 de diciembre de 2019

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