Los servicios de paquetería estadounidense como FedEx o UPS podrán instalar muy pronto puntos de entrega en Cuba. También compañías de transporte, incluso aerolíneas, podrán abrir puntos de venta, al igual que otras empresas de Estados Unidos que tendrán permiso para inaugurar una oficina en la isla. Además, aquellos estadounidenses autorizados a viajar al hasta hace poco enemigo comunista, podrán abrir una cuenta en un banco cubano. Estos son algunos de los nuevos cambios a las sanciones de Estados Unidos contra Cuba anunciadas este viernes por el Gobierno de Barack Obama y que entrarán en vigor a partir del lunes 21.
Vienen a complementar el paquete de flexibilizaciones decretado a mediados de enero, un mes después de que Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaran el inicio de la normalización de relaciones que, en estos últimos meses, han redundado en la reapertura de embajadas y un cada vez mayor intercambio comercial. Todo ello, eso sí, dentro siempre de los límites del embargo impuesto desde hace más de medio siglo contra la isla, y cuyo levantamiento total solo puede decidirlo un Congreso que hasta ahora no ha dado este paso. Aun así, según el Consejo Económico Cuba-EEUU, se trata de los “cambios más profundos en materia de comercio e inversiones entre EE UU y Cuba en décadas”.
Estas medidas “ayudan a apoyar al pueblo cubano y a promover los intereses de EE UU”, acotó James Williams, que dirige Engage Cuba, una organización paraguas de empresas y asociaciones que abogan por poner fin al embargo contra la isla.
Las nuevas medidas abren aún más la posibilidad de viajar a Cuba, aunque sin permitir todavía abiertamente el turismo, vetado por el embargo. “Sigue prohibido viajar a Cuba por motivos recreativas”, subrayaron altos funcionarios al explicar el alcance e impacto de las nuevas medidas. En enero, se establecieron 12 licencias generales bajo las que un estadounidense podía viajar a Cuba, entre otros para intercambios culturales, viajes educativos o religiosos. Las autoridades permitían desde entonces que “familiares cercanos” -un cónyuge o hijos- acompañaran a la persona autorizada en caso de que se tratara de una visita gubernamental oficial o de actividades educativas. Ahora también podrán acompañarlos en proyectos humanitarios, religiosos, de investigación o periodísticos.
Los viajes no son sin embargo el cambio más profundo que conllevará este nuevo paquete de flexibilizaciones. El Gobierno de Obama siempre ha apostado por el comercio y el refuerzo de la iniciativa privada en la isla (el cuentapropismo) en su cambio de estrategia hacia Cuba y es en este campo en el que se centra la mayor parte de las medidas.
Estas amplían todavía más las licencias generales para los servicios de telecomunicaciones e Internet -una prioridad de Washington- en Cuba. Además, permiten a algunas compañías estadounidenses abrir oficinas en la isla “para facilitar transacciones autorizadas”. Así, podrán tener una presencia física en la isla empresas de paquetería y transporte, firmas de telecomunicaciones o Internet, algunos servicios de viajes e, incluso, organizaciones religiosas. Estas compañías podrán además emplear a ciudadanos cubanos en la isla y crear en ocasiones empresas mixtas.
Con el mismo objetivo de facilitar las transacciones bilaterales, los estadounidenses autorizados podrán abrir cuentas bancarias para facilitar sus negocios permitidos bajo las regulaciones flexibilizadas en Cuba. De forma inversa, se permitirá que los bancos estadounidenses abran cuentas bancarias para ciudadanos cubanos mientras estos estén fuera de la isla. EE UU ha puesto además fin a los límites existentes para el envío de remesas no familiares que aún estaban en vigor.
“Estas regulaciones están destinadas a apoyar al sector privado cubano emergente (y) tienen el potencial de estimular reformas económicas en el país largamente pendientes”, dijo al revelar las nuevas medidas la secretaria de Comercio, Penny Pritzker.
El secretario del Tesoro, Jacob Lew, fue más lejos: “Al relajar más las sanciones, EE UU está ayudando a apoyar al pueblo cubano en sus esfuerzos para lograr la libertad política y económica necesaria para construir una Cuba democrática, próspera y estable”.
Aunque las autoridades afirman que las medidas se han dado a conocer en cuanto terminó su proceso de revisión, el momento elegido para anunciarlas no es casual. En menos de 24 horas llegará a la isla el papa Francisco, mediador clave en las negociaciones secretas que llevaron al anuncio de normalización de relaciones el 17 de diciembre que sorprendió al mundo entero, y que tras su primer viaje a la isla realizará su también primera visita a EE UU.
Los principales artífices del deshielo, Obama y Castro, coincidirán además en una semana en Nueva York, donde ambos participarán en la Asamblea General de Naciones Unidas. En el caso del cubano, será su estreno en la ONU desde que asumió la presidencia de su hermano Fidel. Aunque no está previsto a priori una reunión formal como la que mantuvieron en Panamá en abril -la primera entre un presidente estadounidense y uno cubano en más de medio siglo- no se descarta que puedan mantener algún tipo de “interacción”.