OIT alerta ampliación en la brecha entre países ricos y pobres

En el caso de América Latina y el Caribe, se prevé un 6,7 % de desempleo en comparación con el 8 % en 2019. 

Un nuevo informe sobre el estado global del trabajo, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), revela que las crisis actuales están afectando de manera desproporcionada a los países en desarrollo, y a su vez empeorando las disparidades en materia de empleo a nivel mundial entre los países de altos y bajos ingresos. 

El documento confirma la ampliación de la desigualdad, ya exacerbada por la pandemia de COVID-19.   

De acuerdo con el documento titulado Brecha mundial en términos de ocupación, los países de ingreso bajo quedarán más rezagados si no se actúa en favor de los empleos y la protección social, el desempleo mundial disminuirá a los niveles anteriores a la pandemia en 2023, alcanzando los 191 millones de personas, lo que corresponde a una tasa global de desempleo de un 5,3 %. 

Las estimaciones señalan que los países de bajos ingresos seguirán muy por detrás en el proceso de recuperación. 

En el caso de América Latina y el Caribe, se prevé un 6,7 % de desempleo en comparación con el 8 % en 2019. Para Europa se estima una tasa del 6,3 %, un porcentaje que alcanzaba el 7,0 % en 2019; mientras en África y en la región árabe, los países de bajos ingresos tienen pocas probabilidades de recuperar en este año los niveles de desempleo anteriores a la pandemia. Por el contrario, otras regiones han logrado reducir sus tasas por debajo de los niveles anteriores a la crisis. 

Un nuevo indicador desarrollado por la Organización, la brecha de empleo, ofrece una medida más específica de la demanda insatisfecha de trabajo, sobre todo en los países en desarrollo. Este indicador comprende todas las personas que desearían trabajar, pero no tienen una ocupación. 

Las variaciones en la brecha de empleo apuntan a una disparidad mundial. Los países de bajos ingresos enfrentan una tasa más alta, un 21 %, mientras que en los países de ingresos medios se sitúa en poco más de 11 %. Los países de altos ingresos registran las tasas más bajas, de 8,2 %. Además, los países de bajos ingresos constituyen el único grupo que ha registrado un incremento a largo plazo de la tasa, de 19,1 % en 2005 a 21,5 % en 2023, señala el informe. 

Para los países en desarrollo, los crecientes niveles de la deuda reducen considerablemente el alcance de las políticas públicas. Las dificultades financieras y fiscales obstaculizan las respuestas a retos complejos, que incluyen conflictos, catástrofes naturales y crisis económicas que tienden a reforzarse mutuamente (policrisis), y agravan la brecha de empleo. 

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