Con una peregrinación al cementerio Jardín de Paz, encabezada por el presidente de la República, Laurentino Cortizo, los panameños abren hoy una jornada luctuosa en ocasión del 30 aniversario de la invasión de Estados Unidos.
Por primera vez, la bandera nacional ondeará a media asta en todas las instituciones del país en señal de luto y como establece la reciente declaración del 20 de diciembre como Día de Duelo Nacional, decisión calificada por muchos como un esperado acto de justicia histórica con las víctimas de 1989.
Con esta decisión se empiezan a “reparar las heridas que se produjeron durante esa invasión; hace falta ahora que los causantes de la invasión reconozcan que ellos efectivamente produjeron ese daño”, afirmó a Prensa Latina Cecilio Simon, sobreviviente de la agresión estadounidense.
Señaló también que quienes “se hicieron del poder montados sobre tanquetas norteamericanas y masacraron vilmente a gente humilde que se aprestaban a celebrar su fiesta de navidad”, deben reconocer el daño al pueblo panameño y cerrar esa herida, en referencia al gobierno impuesto por los invasores, que asumió el mandato en una base militar estadounidense.
Como parte de la conmemoración, instituciones culturales del país desarrollan diversas actividades, que buscan mantener el recuerdo de un suceso que marcó la historia nacional.
Entre las exposiciones sobresale La invasión en cuatro Tiempos, un recorrido por los hechos acaecidos antes, durante y después de la acción armada de Estados Unidos, a través de la pintura y el videoarte.
La Comisión 20 de Diciembre, creada para investigar, esclarecer los hechos y documentar sobre las víctimas mortales, procederá en enero próximo a exhumar 14 restos de una fosa común en el cementerio capitalino Jardín de Paz, para realizar la identificación de los mismos.
“La idea es encontrar la verdad, conocer esa parte de la historia oculta por 30 años; ha habido un velo sobre el tema y nosotros queremos que esto cambie y que los jóvenes tengan la posibilidad de conocer su historia y puedan construir su futuro sobre la base de las raíces”, expresó el presidente de la Comisión, Juan Planells.
El menú de la entonces Operación Causa Justa contemplaba salvaguardar la vida de 30 mil ciudadanos estadounidenses que residían en Panamá; proteger el canal y 142 sitios de defensa de los Estados Unidos en el país; ayudar a la oposición a establecer una democracia genuina y neutralizar las Fuerzas de Defensa, además de capturar al general Antonio Noriega.
Pero, en el intento los militares estadounidenses bombardearon barrios como El Chorrillo, provocando destrucción, dolor y la muerte de una cifra indeterminada de personas indefensas, aunque algunos estudiosos hablan de entre cinco y siete mil fallecidos y desaparecidos.