Periodistas pagan su cuota en ataques genocidas israelíes

 

Jesús Sotillo Bolívar | Plataforma de periodistas

Un total de 41 periodistas han muerto en la guerra entre Israel y Palestina, que comenzó el pasado 7 de octubre, según reportan organismos especializados. Poco se hace a nivel internacional para proteger a los que arriesgan sus vidas para informar al mundo la verdad.

Los profesionales de la prensa, periodistas y reporteros gráficos son frágiles como brizna en el viento en los procesos bélicos que se desarrollan en el mundo, sobre todo, como estamos viendo y
contando, en esta guerra genocida que emprende Israel contra el pueblo palestino en Gaza, donde le disparan a todo lo que se mueve sin ninguna consideración y sin medias tintas.

Los verdaderos periodistas, los que son asignados por sus respectivas empresas empleadoras, no los que se incrustan en los tanques, formando parte de las operaciones, acuden a cubrir esas fuentes sin ningún tipo de protección.

Ni de sus empleadores, ni de los organismos internacionales, que deberían haber normado desde hace mucho tiempo las recomendaciones para proteger a los que ejercen esta noble profesión durante los conflictos bélicos, donde se arriesga, como vemos, la vida en función de llevar la verdad a la sociedad.

El periodista en estos conflictos es un verdadero objetivo de guerra porque va en busca de la verdad, para mostrarla al mundo y de acuerdo a una expresión que ya es conocida mundialmente: “La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad”.

Esta frase es atribuida al senador estadounidense Hiram Johnson en 1917. Como estudiante, cuando participé en no sé en cuantas manifestaciones, pude apreciar esta fragilidad del ejercicio del periodismo.

Cuando en plenas trifulcas yo oía a funcionarios uniformados gritarles a sus subalternos. ¡Mira a ese, te está tomando fotos| ¡Dale! El ¡Dale!, era que agredieran al periodista, para que no revelara en las gráficas las escenas represivas (los toletazos que le daban a los estudiantes), hablando en cristiano.

Al egresar como periodista de la Escuela de Periodismo en la UCV y participar en actividades gremiales, en todo evento donde tenía oportunidad y recordando lo dicho supra, planteaba la necesidad de que los gremios elevaran a instancias internacionales la necesidad de brindarle protección a los profesionales de la prensa con normas que fueran respetadas universalmente.

Luego como Tutor de una Tesis de la Licenciada Nancy Mastronardy, que abordó el tema de los periodistas muertos en la Guerra de Irak, narramos creo, si no me equivoco, el caso de 13 periodistas muertos en ese conflicto y los bombardeos intencionales que se hicieron contra
hoteles que los albergaban.

Para amedrentar a la prensa, y lo reseñaban luego en los partes de guerra, como: “Daños Colaterales”. La situación es gravísima para el pueblo palestino que, de acuerdo a las estimaciones, ya ha sufrido la pérdida de más de 30.000 personas. Un alarmante número de ellos son niños, mujeres embarazadas y ancianos.

En esa arremetida feroz y despiadada han bombardeado incluso a colas de personas que recibían alimentos de ayuda humanitaria, hospitales, zonas vecinales, escuelas y hasta universidades. Allí todo lo que se mueve es objetivo de guerra para las tropas de Israel y quieren arrasar también con todo rasgo de cultura.

Es allí precisamente donde se concreta el Delito de Genocidio, contemplado en la normativa penal internacional y por el cual Sudáfrica ha acusado a Israel, en la Corte Internacional de la Haya.

Lo he afirmado en artículos anteriores. La enceguecida elite política-militar de Israel, no se da cuenta del daño que hace a todo su pueblo, al concitar el odio mundial de todos los países y personas de sensibilidad social, por estos procedimientos lejos de ser considerados humanos.

En lo que respecta a la matanza de periodistas, urge que las Escuelas de Periodismo, las Asociaciones Internacionales y Regionales que los agrupan, los sindicatos, los centros estudiantiles de las respectivas escuelas, realicen una campaña sostenida exigiendo a los organismos internacionales que dicten normas de estricto cumplimiento para proteger a periodistas y reporteros gráficos, que arriesgan sus vidas en estos conflictos por informar al mundo la verdad.

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