“Policias vendieron a mis familiares por 43 euros”

Las autoridades confirman que los napolitanos secuestrados en Jalisco fueron entregados por la policía a un cartel local.

 

«Los vendieron por 43 euros, algo monstruoso», se lamentó indignado Francesco Russo, hijo de unos de los tres italianos desaparecidos en México, durante una entrevista este domingo a la emisora pública italiana RAI1. «Los policías mexicanos vendieron a mis familiares por 43 euros de m…, es terrible. Esos sí son criminales, no mi hermano, ni mi padre ni mi primo», declaró Russo, quien teme por la vida de Antonio y Raffaele Russo y Vincenzo Cimmino, todos originarios de Nápoles, al sur de Italia, quienes desaparecieron el 31 de enero pasado en el municipio de Tecalitlán, al oeste de México, a 700 kilómetros de la capital.

Cuatro policías, entre ellos una mujer, fueron detenidos en México acusados de la desaparición en el Estado de Jalisco de los tres italianos, a quienes detuvieron y entregaron a criminales, según anunció este fin de semana la fiscalía mexicana. Los policías confesaron que los «vendieron» a la delincuencia organizada de Tecalitlán, y se desconoce a qué grupo criminal. En Jalisco actúa el cartel Nueva Generación, que ha cobrado gran fuerza en años recientes, hasta convertirse en uno de los más poderosos y al que se le han atribuido distintos hechos violentos.

Francesco Russo negó que su padre, Raffaele, de 60 años, utilizara documentos falsos durante su permanencia en México, y reiteró que los tres napolitanos se encontraban en ese país para vender generadores eléctricos. «Que Italia se mueva, que nos digan en dónde están. Nosotros esperamos que estén vivos», pidió por su parte Gino Bergamé, vocero de la familia.

El caso ha movilizado a Italia, donde han sido organizadas marchas de protesta para exigir su aparición. Los familiares de los tres italianos niegan que estén involucrados con el crimen organizado y reiteran que se trata de simples comerciantes.

Los tres italianos ingresaron al país para realizar actividades comerciales y no turísticas. «Uno de ellos había sido detenido en otro estado», confirmó el fiscal. Los tres napolitanos, vendedores de generadores eléctricos y comerciantes de productos chinos, viajaron a este pequeño municipio del Estado en el occidente mexicano, en el que consta la presencia del crimen organizado.

En la tarde del 31 de enero, según información de la familia, Raffaele, de 60 años, fue el primero en desaparecer. Dos horas después, los otros dos intentaron rastrear a su familiar con la última ubicación del GPS del auto que había rentado Raffaele para manejar por la zona. Al llegar al lugar, Antonio, de 25 años, y Vincenzo, de 29 años, fueron rodeados por policías locales, según lo que ha contado la familia, y les ordenaron seguirlos a la comisaría.

Antonio le envió un mensaje para informarlo de la situación: «Estábamos poniendo gasolina y unos policías nos detuvieron. Dos motos y una patrulla. Nos detuvieron y nos dijeron ‘síganos». «Ahora estamos siguiendo a la policía, a uno que dijo ‘vengan con nosotros», le dijo a su hermano en otro mensaje. El fiscal no explicó el móvil que tuvieron los policías para entregar a los ciudadanos italianos y evitó dar mayores datos del caso argumentando que eso se ventilará en las audiencias de control que se llevará a cabo en Ciudad Guzmán, Jalisco.

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