Posición soberana y los temores de la Unión Europea

 

Prensa Latina

La cumbre de la Unión Europea (UE) transcurre hoy como un verdadero desafío para demostrar visos de soberanía en sus decisiones y posiciones en temas internacionales como sus nexos con Rusia y China.

En la reunión de los 27 se ventilan asuntos como el conflicto en Ucrania, la crisis migratoria y las relaciones con China, mientras el tema del reciente intento de rebelión en Rusia queda marcado extraoficialmente en la agenda, comentó la televisión capitalina.

La línea de pensamiento de los europeos para tratar el tema ucraniano esta matizada por un almuerzo de trabajo en el contexto de la cumbre con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.

Aunque la reunión al más alto nivel de la OTAN está prevista para el próximo 11 de julio, la discusión de la petición de Kiev de ingresar a ese bloque comunitario genera polémica, sobre todo, porque la mayoría de sus miembros excluye esa posibilidad por el momento.

Stoltenberg en varias ocasiones declaró que se buscarían variantes para incrementar la cooperación con Ucrania, léase para suministros de armamentos de mayor potencia, asesoramiento y preparación de militares, pero sin llegar a nada concreto en el tema de la membresía.

Medios de prensa locales recuerdan que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó el 24 de febrero de pasado año una operación bélica especial para proteger a la población de la región sublevada del Donbass, así como para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania.

Sin embargo, la cumbre de la UE servirá para que Europa se mantenga activa en su apoyo político, económico, financiero y armamentístico en la militarización de Ucrania, pese a los llamados de Rusia a frenar esa práctica que solo lleva a la extensión de la confrontación.

Algunas naciones del bloque comunitario como Hungría que, pese a sus posiciones ultraderechistas en otros ámbitos, si llaman a la cordura para buscar las vías de finalizar el conflicto y el régimen de sanciones contra Moscú, con un visible efecto bumerán para Europa.

Tampoco se prevé en la cumbre ningún argumento en favor de la entrada de Ucrania a la UE, donde en mayo último hubo un acalorado intercambio interno sobre la pertinencia de permitir las exportaciones de cereales ucranianos a los estados de esa entidad regional.

El tema migratorio vuelve a causar polémica, pues es necesario buscar consenso, en medio de la oposición de varios estados al nuevo régimen de admisión y distribución de miles de migrantes que llegan a diario a Europa, comenta el diario digital Vzgliad.

Pero uno de los puntos donde expertos estiman se pone más a prueba la voluntad de los europeos para mantener posiciones soberanas es en el de los nexos con China, aun considerado uno de los principales socios comerciales de la UE, pero bajo fuego de Estados Unidos.

La Casa Blanca exige, casi como un ultimátum, que los europeos rompan o reduzcan al máximo la llamada dependencia de China, un eufemismo impuesto desde Washington para referirse a la ruptura de los nexos comerciales europeos con el gigante asiático.

China fue en 2022 el segundo socio comercial de la UE, con un intercambio de 856 mil 300 millones de euros, mientras que las inversiones del país asiático en esa región en 2021 totalizaron los 96 mil millones de euros, indica el portal Industrial Analitic Platform.

Sin embargo, muchos analistas dudan que en su conjunto el bloque comunitario sea capaz de encontrar fórmulas convincentes para demostrar su disposición a mantener ese estatus quo con Beijing, por encima de cualquier exigencia de Washington.

Por el contrario, pese a las visitas de dirigentes europeos a la capital china en las últimas semanas, las declaraciones de sus líderes de los últimos tiempos más bien buscan aumentar las críticas, a tono con la posición dura reclamada por la Casa Blanca, estiman expertos.

La exigencia de última hora, con un sello acuñado en documentos emitidos del otro lado del Atlántico, es poner como condición a China una mejora o preservación de los nexos comerciales, solo si se compromete a presionar a Rusia en el conflicto en Ucrania.

Tal demanda aparece casi como un chantaje que ya recibe el rechazo en Beijing, mientras la UE, de seguir esas demandas de Estados Unidos, probablemente agregue otra página a su historia de suicidio colectivo, tal y como ya lo hizo en el caso de Rusia.

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