Presentando credenciales

Eduardo Bolsonaro, hijo del nuevo mandatario brasileño, presentó sus «credenciales» al secretario general de la OEA, Luis Almagro; sus sonrisas lo dicen todo.

Sin pérdida de tiempo, Jair Bolsonaro envió a su hijo Eduardo a Washington, mientras él esperaba en casa al enviado de Trump que le transmitirá el mensaje de apoyo en su rápido ascenso antilatinoamericano.

Todo esto sucede en Brasil, cuando aún falta algo más de un mes para que Bolsonaro reciba la banda presidencial, ahora en manos de Michel Temer, el impuesto presidente tras un golpe parlamentario-mediático contra Dilma Rousseff, que había sido elegida con el voto popular de 54,5 millones de brasileños.

Por supuesto, en la visita del hijo del nuevo mandatario a Estados Unidos, no fueron suficientes los efusivos abrazos con el vicepresidente Mike Pence, con funcionarios del Departamento de Estado, del Tesoro, del Consejo de Seguridad Nacional y otros, con los que conspiró y hasta propuso fórmulas para aunar esfuerzos, en planes contra países como Venezuela y Cuba, los mismos que han brindado su desinteresada solidaridad al pueblo brasileño.

Eduardo fue bien recibido por otro personaje de la peor fauna latinoamericana, anclado en Washington, el secretario general de la OEA, Luis Almagro. Sonrientes, ambos posaron para las cámaras y exhiben sus dentaduras en las redes sociales.

Se trata de que Jair Bolsonaro ha confiado a su hijo la tarea de estrechar vínculos con la administración Trump y con grupos conservadores ligados al Partido Republicano. Este es uno más de sus viajes a Estados Unidos, donde hace cuatro meses –en plena campaña de su padre por la presidencia– se reunió con Steve Bannon, quien fuera estratega en la campaña presidencial de Trump en el 2016 y conocido impulsor de una agrupación mundial de extrema derecha.

En esta presentación de credenciales sobre lo que será el nuevo gobierno brasileño de Jair Bolsonaro, se supo que la primera visita al exterior de este será a Chile, Estados Unidos e Israel.

Su futuro ministro de Economía ya declaró que el Mercosur no será una prioridad para su Gobierno, pues «no tiene la importancia que se le da y está sobrevalorado».

Ernesto Araujo, quien asumirá la Cancillería en el Gobierno de Bol¬sonaro, afirmó que «combatirá la ideología marxista en la política exterior» incluyendo lo que llamó «alarmismo climático», en referencia a los efectos de los cambios del clima que ya causan enormes desastres a nivel mundial.

¿No les parece que esta posición es similar a la de Donald Trump cuando decidió salirse de los Acuerdos de la Cumbre de París sobre el tema?

Hijo de gato caza ratones, es un símil de dos posiciones que son una.

Y si faltaba decir algo, el futuro canciller brasileño se manifestó «admirador de Donald Trump», a quien calificó como «el salvador de la civilización occidental».

Conclusión: todavía no estamos en enero del 2019, pero ya las cartas de presentación del nuevo Go¬bierno brasileño están sobre la mesa y serán los habitantes de su país y de Latinoamérica toda, quienes podrán evaluar, porque si este es el inicio, imaginémonos lo que vendrá después.

Fuente: Granma.

 

 

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