El mandatario ruso ofreció un discurso con motivo de la 11.ª Conferencia de Seguridad Internacional que se celebra en Moscú.
Actualmente, se está formando un mundo multipolar, en el que la mayoría de países están dispuestos a «defender su soberanía, intereses nacionales, tradiciones, cultura y modo de vida», declaró el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su intervención mediante videoconferencia en la 11.ª Conferencia de Seguridad Internacional que se celebra este martes en Moscú.
Según el mandatario, esto podría convertirse en «una base importante» para un «desarrollo mundial estable y progresivo» que aporte «soluciones justas y verdaderas a los problemas sociales, económicos, tecnológicos y medioambientales».
Sin embargo, algunas naciones se dedican a «alimentar focos de conflictos de larga duración y a provocar otros nuevos» en diversas regiones del mundo para «seguir lucrándose de las tragedias humanas, dividir a los pueblos, forzar a las naciones a la sumisión vasalla bajo un sistema neocolonial y explotar sin piedad sus recursos«, señaló.
En este contexto, acusó a los países miembros de la OTAN de «intentar trasladar la confrontación militar al espacio y al mundo informático», así como de utilizar medios de presión «militares y no militares». Al mismo tiempo, advirtió que EE.UU. pretende modificar «el sistema de cooperación interestatal» establecido en la región Asia-Pacífico ajustándolo «a su medida». «La promoción de las llamadas estrategias del Indo-Pacífico tiene como objetivo esencial la creación de alianzas político-militares controladas por Washington». En este sentido, dijo que esta tendencia podría conducir a «la plena integración de las fuerzas de la Alianza Atlántica con las estructuras emergentes de la coalición AUKUS [Australia, Reino Unido y Washington]».
Putin reiteró que «todos» los retos de seguridad en diferentes partes del mundo, si bien varían, son provocados por «aventuras geopolíticas y acciones egoístas y neocoloniales de Occidente». En este sentido, citó el ejemplo de los países de la región Sahara-Sahel, como la República Centroafricana o Mali, que fueron afectados por la actividad de numerosos grupos terroristas tras la «agresión» contra Libia por parte de «EE.UU. y sus aliados» que «provocó el colapso del Estado».
Dicha política también se puede observar en Ucrania, donde los países occidentales hacen «todo lo posible para inflamar aún más el conflicto», destinando «miles de millones de dólares», suministrando armas y enviando a asesores militares y mercenarios.
Finalmente, el presidente recalcó que solamente la unión de esfuerzos de la comunidad internacional permitirá «reducir la confrontación a escala mundial y regional, neutralizar los retos y los riesgos, reforzar la confianza entre los Estados y abrir amplias oportunidades para su desarrollo».
- Al evento, organizado por el Ministerio ruso de Defensa, se prevé que asistan más de 800 delegados de 76 países, entre ellos jefes de cartera de Defensa, viceministros de Defensa y jefes de Estado Mayor.