Estados Unidos nunca ha cumplido con lo que plantea la Carta de las Naciones Unidas; la de respetar los derechos humanos
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) nació el 24 de octubre de 1945 para promover la cooperación internacional y evitar guerras y otros conflictos. Entonces, tenía 51 Estados miembros, y hoy suman 193.
Estados Unidos, como sede y centro hegemónico mundial, ha hecho y deshecho dentro de los distintos mecanismos de trabajo de la entidad. Incluso a sus espaldas, provocando guerras, realizando invasiones y ocupaciones militares, entre otras acciones.
En la Carta fundacional de la ONU se recoge siete veces el término «humanos», principalmente, para acentuar la promoción y protección de esos derechos.
Pero, aunque muchas veces se mencionan los «derechos humanos» en los documentos rectores de la institución, la violación de estos es una constante en el actuar sistemático de Estados Unidos, que utiliza este término como un juego político para arremeter contra otros, mientras desde ese centro de poder mundial se practican las más variadas e inhumanas violaciones, jamás condenadas dentro de los mecanismos de la propia ONU.
Pongamos un ejemplo de esta propia semana: en un despacho noticioso fechado en Washington, este 27 de junio, una experta de la ONU acusa al Gobierno de Estados Unidos de aplicar un trato cruel, inhumano y denigrante, contra presos que aún mantiene el Gobierno estadounidense en la cárcel ilegal creada por ellos en la también ilegal base naval de Guantánamo, al este de Cuba.
La especialista en el tema de los Derechos Humanos de la ONU, Fionnuala Ní Aoláin, a quien le fue permitido visitar el citado centro carcelario estadounidense, dijo: «Observé que después de dos décadas de detención, el sufrimiento de los detenidos es profundo y continúa», recoge un reporte de HispanTV.
Ní Aoláin, en el informe de su visita presentado este lunes, señala que «los 30 presos que quedan en la cárcel de Guantánamo, y que han estado allí durante casi dos décadas después de ser tomados como sospechosos luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, han soportado vigilancia casi constante, extracciones forzadas de las celdas, utilización excesiva de medios de contención, carencias estructurales en materia de salud, acceso inadecuado a las familias y detenciones arbitrarias caracterizadas por las violaciones del derecho a un juicio justo».
Según la experta, «la totalidad de todas las prácticas y negligencias tienen efectos agravantes acumulativos para la dignidad, la libertad y los derechos fundamentales de cada detenido, lo que equivale, para mí, a un trato cruel, inhumano y degradante de acuerdo al derecho internacional».
Otro aspecto recogido en el informe de la ONU se refiere al caso de los exreclusos, con deficiencias en la provisión de medios esenciales para una vida digna, incluida la identidad legal, la atención médica, la educación, la vivienda, la reunificación familiar y la libertad de movimiento.
En tal caso, refiere la especialista en Derechos Humanos que es prioritario cerrar el centro carcelario de Guantánamo, e insta al Gobierno de Estados Unidos a rendir cuenta por todas sus violaciones del derecho internacional y a proporcionar, de forma urgente, disculpas, atención integral a las víctimas y garantías de no repetición.
Recordemos que la ilegal cárcel, dentro de la también ilegal base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, fue establecida en 2002 por el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y tuvo alrededor de 800 reclusos en su punto máximo, antes de que el número comenzara a reducirse hasta la treintena presente.
La pregunta que titula estas líneas puede repetirse una y mil veces y, lamentablemente, la respuesta es una sola: «Estados Unidos nunca ha respetado ni cumplido con lo que dice la ONU y sus mecanismos, fundamentalmente, el de los derechos humanos».