* La propuesta del presidente estadounidense sobre la desnuclearización es un «engaño estratégico» destinado a debilitar a Moscú, es una «Trampa de miel» de Trump, señala el politólogo ruso Serguéi Karagánov. «Necesitamos utilizar la disuasión nuclear para alejar a los europeos lo más lejos posible y lo más rápido posible. O derrotarlos por completo», agrega.
Rusia no debe caer en la trampa del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien planteó la reducción del arsenal de armas nucleares de los dos países, opinó el reconocido politólogo ruso Serguéi Karagánov en una entrevista con medios locales.
Respecto a las afirmaciones de Trump de que le gustaría entablar conversaciones con Rusia y China sobre el control de armas nucleares y que los tres países reduzcan a la mitad sus presupuestos de defensa, Karagánov considera que simplemente se trata de un «engaño estratégico» destinado a debilitar a Moscú y abrir una brecha en sus relaciones con Pekín.
Karagánov expresó que este tipo de propuestas solo causan risa. «EE.UU., que dispone de un potencial científico, técnico, económico y militar predominante, y que aún cuenta con fuertes Fuerzas Armadas […], especialmente la Marina, y una ventaja en los sistemas espaciales, está interesado en reducir las armas nucleares», puso en tela de juicio el experto.
Moscú debe contar con «una cantidad suficiente de armas nucleares para que nadie nunca siquiera pueda pensar en iniciar una guerra contra Rusia y sus aliados cercanos, o en iniciar grandes guerras en general», explicó.
«En algún momento de la historia nos hemos olvidado de muchas funciones de la disuasión nuclear, que existe no solamente para prevenir la agresión nuclear, sino cualquier guerra», argumentó Karagánov.
«Trampa de miel»
La administración del expresidente Joe Biden estaba interesada en la continuación del conflicto en Ucrania hasta el último ucraniano, hasta que Rusia se agotara, ya que pensaron que el país euroasiático nunca recurriría al uso de armas nucleares. No obstante, luego recibieron una clara señal de Moscú de que estaban equivocados, por lo que comenzaron a plantear la necesidad de evitar la propagación del conflicto, expuso el publicista.
«Nosotros [Rusia] ni Trump no caímos en esa trampa, él solamente ha tomado el testigo de salir de una guerra perdida. […] Es una lástima que no hayamos puesto en marcha antes el mecanismo de disuasión nuclear; entonces habríamos alcanzado la victoria más rápido», comentó Karagánov, agregando que EE.UU. comprendió que Rusia, a pesar de todas las expectativas, iba recuperando su potencial económico y técnico-militar.
Si bien se puede hablar de limitar ciertos tipos de armas, como las biológicas o espaciales, las armas nucleares no deben reducirse «bajo ninguna circunstancia», advirtió el entrevistado. «Tenemos muchas personas que crecieron en el marco ideológico estadounidense, quienes se muestran a favor de cualquier desarme y perciben las palabras de Trump a pie de letra. Pero son engañosas. Es una trampa de miel», aclaró el experto, recordando que un «truco» similar ya tuvo lugar en los años 1980.
«Parasitismo nuclear»
A la pregunta de si los europeos tienen miedo a un conflicto nuclear, Karagánov sostuvo que en Europa reina el así llamado «parasitismo nuclear», en otras palabras, «la ausencia de temor a la guerra como medida de autopreservación», que parece haber echado profundas raíces en el Viejo Continente.
«Necesitamos utilizar la disuasión nuclear para alejar a los europeos lo más lejos posible y lo más rápido posible. O derrotarlos por completo», manifestó.
Respecto a las propuestas del presidente francés, Emmanuel Macron, de crear un «paraguas nuclear» para Europa, el publicista dijo que eso es «motivo de risa homérica». «Lo que dice Macron es una estupidez humillante para la gran Francia», aseveró, agregando que EE.UU. no recurrirá bajo ninguna circunstancia a las armas nucleares contra Rusia en caso de una guerra en Europa.
«Ningún presidente estadounidense, a menos que sea un loco y un enemigo de su país, utilizará un arma nuclear en defensa de, por ejemplo, Poznan, poniendo así en riesgo Boston. ¿Que el presidente francés ponga en riesgo París por el bien de Berlín?», se preguntó el politólogo.