«Ni siquiera pensaría en el nombre o los términos aquí. Esto fue claramente un acto hostil”, señaló Lavrov.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseguró este viernes que Moscú responderá con medidas concretas a los ataques con drones contra el Kremlin y subrayó que Kiev no podría haberlo cometido sin el conocimiento de la Casa Blanca.
El alto diplomático ruso ofreció declaraciones durante una conferencia de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
«Ni siquiera pensaría en el nombre o los términos aquí. Esto fue claramente un acto hostil. Está bastante claro que los terroristas de Kiev no podrían haberlo cometido sin el conocimiento de sus dueños. No responderemos hablando de casus belli; responderemos con acciones concretas», señaló Lavrov.
Apuntó que Moscú no ha renunciado a resolver los problemas causados por las acciones de EE.UU. y sus naciones satélite al suministrar armas a Ucrania para enfrentarse a Rusia, por lo cual no detendrá su operación militar especial en el Donbás.
«Todos entienden la naturaleza geopolítica de lo que está pasando, y todos entienden que, sin resolver el principal problema geopolítico, que es el deseo de Occidente de mantener su hegemonía y dictar a todos su voluntad, es imposible resolver cualquier crisis, ya sea en Ucrania o en otras partes del mundo», recalcó.
De igual forma, se refirió a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tras los ataques con drones al Kremlin, quien expresó, según Lavrov, que “EE.UU. no dictaría a Ucrania los métodos para defender su soberanía. Bueno, supongo que eso lo dice todo”.
Lavrov indicó que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y su equipo “están haciendo todo lo posible, tanto en el espacio mediático como en sus pasos prácticos, para que ningún país que se respete quiera comunicarse con ellos”.
Este miércoles, las fuerzas de seguridad del Kremlin repelieron un intento de ataque con drones contra el Kremlin, tras lo cual Moscú acusó a Kiev de haberlo ejecutado y a Washington de ser cómplice.