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* ¿Problemas de memoria? «Se perdieron decenas de miles de vidas. Una ciudad quedó reducida a ruinas. Y la humanidad cruzó un umbral sin retorno», expresó el secretario general de la ONU, sin mencionar al culpable de la espantosa matanza.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, envió un mensaje por la conmemoración del 80.º aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima este miércoles. En sus palabras, reconoció el esfuerzo de las personas por reconstruir la ciudad y honró a los supervivientes y a los caídos, pero no mencionó al responsable del ataque.
«En este 80.º aniversario, recordamos a quienes fallecieron. Acompañamos a las familias que llevan su memoria. Y honramos a los valientes ‘hibakusha’, los sobrevivientes», expresó en su discurso, pronunciado por el secretario general adjunto de la ONU y alto representante para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu.
Además, comentó que este año también se celebra el 80.º aniversario de las Naciones Unidas, lo que calificó como una oportunidad para recordar las razones por las que se creó la organización: «para prevenir la guerra, defender la dignidad humana y garantizar que las tragedias del pasado nunca se repitan».
No obstante, señaló que, en las circunstancias globales actuales, ha aumentado el riesgo de un conflicto nuclear. «Las mismas armas que causaron tanta devastación en Hiroshima y Nagasaki vuelven a ser utilizadas como herramientas de coerción», afirmó.
No es la primera vez que sucede
Sin embargo, en ningún momento mencionó a EE.UU. ni hizo comentario alguno sobre su responsabilidad en los ataques. Esta no es la primera vez que sucede. En conmemoraciones de aniversarios anteriores, tanto autoridades japonesas como de la ONU han omitido a Washington en sus discursos.
Los ataques a Hiroshima y Nagasaki en 1945 marcaron un punto de inflexión en la historia de la humanidad, al convertirse en la primera y única vez en que se utilizaron armas nucleares durante un conflicto bélico. Si bien lograron los resultados deseados para EE.UU. —la rendición incondicional de Japón en la Segunda Guerra Mundial—, se cobraron la vida de decenas de miles de civiles. Aunque se desconocen las cifras exactas, se estima que más de 170.000 personas murieron en ambas ciudades.