La Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), un organismo injerencista gringo, es poco conocida en Nicaragua, aunque ha tenido observadores en algunas votaciones nacionales. Funciona con financiamiento del gobierno norteamericano a través de la USAID y otras entidades como la NED, IRI y NDI. El FUNIDES es uno de sus contactos en nuestro país.
Pese al origen de los fondos que maneja el IFES, muy ligados a la Central de Inteligencia Americana (CIA), se presenta como “una organización internacional e independiente, que promueve al derecho del ciudadano a participar en elecciones libres, justas e inclusivas”.
En septiembre de 2019, cuando todavía creían que el gobierno del presidente Daniel Ortega colapsaría, Margarita R. Seminario, funcionaria del IFES, contactó al golpista Juan Sebastián Chamorro, preguntándole “si podían conversar”.
¿El tema? No se lo dijo en el correo que nos enviaron a Nicaleaks, pero es fácil imaginarlo. En junio del presente año, la Seminario escribió que a “medida que se propaga Covid-19, los gobiernos de todo el mundo están utilizando el virus como excusa para tomar medidas enérgicas contra la prensa libre. América Latina no es una excepción. Desde Venezuela hasta Nicaragua, los periodistas y los medios de comunicación ven cada vez más violados sus derechos”.
“Los periodistas son acosados y encarcelados por cuestionar las narrativas del gobierno sobre el virus o por usar las redes sociales para exponer posibles casos no denunciados”, dice campantemente.
¿Cuántos periodistas detenidos hay en Nicaragua por la causa que sea? Hubo dos detenidos en 2018 porque participaron directamente en el fallido golpe de Estado. Otros huyeron para no pagar sus delitos, y no regresan porque les va bien en el exterior explotando, con muy buena paga, su antisandinismo.
Por si Seminario no lo sabe, varios periodistas de los que destilan veneno todos los días en contra del gobierno sandinista, fueron curados del Covid-19 en los hospitales públicos que según ellos mismos estaban colapsados y sin medicamentos apropiados, lo que comprobaron era totalmente falso.
La señora Seminario afirma, al peso de su enorme lengua, que en “Nicaragua, como en Venezuela, el gobierno de Ortega ha violado la libertad de prensa al cerrar periódicos de la oposición, bloquear la capacidad de estos periódicos para importar tinta y papel y arrestar y difamar a periodistas. El gobierno de Ortega apenas reconoció la gravedad de la pandemia”.
Aquí el único periódico cerrado fue El Nuevo Diario por decisión de sus propietarios, y en cuanto a La Prensa, cuando pagó los impuestos de importación le entregaron tinta y papel. Y si hablamos de difamar, aquí los únicos difamados a diarios y con enormes calumnias son el presidente Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo y demás funcionarios de gobierno. Como se aprecia, la Seminario ni siquiera sabe de lo que habla, o sí sabe, pero sigue exactamente el guion desinformativo de su gobierno imperial.
Y si hablamos del Covid-19, en Estados Unidos reportaban hasta hoy 6.120.000 infecciones y más de 186.000 muertes, contra 4,494 casos y 137 fallecidos en Nicaragua. ¿Quién es el del mal manejo, doña Seminario mentirosa?
Con las elecciones de 2021 por llegar, estamos seguros de que tendremos más noticias de Margarita R. Seminario y sus calumnias provenientes de su lengua ponzoñosa.
Este es el documento en poder de Nicaleaks:
