HispanTV
El presidente Donald Trump dice que “no bromea” al referirse públicamente a la posibilidad de un tercer mandato, pese a ser un hecho vetado por la Constitución de EEUU. “Hay vías para lograrlo”, asegura.
El magnate ha asegurado que “hay métodos para hacerlo” en respuesta a una pregunta sobre si le han mostrado planes que le permitan buscar esa opción, durante una entrevista exclusiva el domingo con la cadena estadounidense NBC News, donde especuló sobre la posible postulación del vicepresidente J.D. Vance como una vía para mantener su fórmula en el poder.
“Mucha gente quiere que lo haga”, ha dicho Trump a NBC News, y agregó que su gobierno tiene “un largo camino por recorrer, ya saben, es muy temprano en la administración”, en referencia al posible intento de continuar en la Casa Blanca pese a la prohibición constitucional en Estados Unidos para un tercer mandato bajo la Enmienda 22.
En referencia a la prontitud para pensar en esa alternativa, Trump ha asegurado que está “concentrado en el presente”, sin embargo, volvió a la carga al referir que “le gusta trabajar” en respuesta a la interrogante de si deseaba un tercer período de gobierno.
Enmendar la Constitución para abolir el límite de dos mandatos “sería extremadamente difícil”, según el análisis de NBC News, pues requeriría el voto de dos tercios del Congreso o que dos tercios de los estados acuerden convocar a una convención constitucional para proponer cambios.
La hostilidad de la Administración Trump hacia sus aliados también desafía sus nexos estratégicos en el campo de la inteligencia, según fuentes cercanas al Congreso.
Según un análisis emitido por el diario The Hill, la estrategia sin precedentes del presidente norteamericano, Donald Trump, de confrontación y hostilidad hacia aliados históricos y claves del país, ha debilitado la posición de Estados Unidos, incluso entre sus socios de inteligencia del llamado “Five Eyes” (cinco ojos, en español).
“En ninguna parte esto es más evidente que en su trato a los aliados más cercanos de Estados Unidos. Su Administración ha librado guerras comerciales contra socios estratégicos, utilizando la ‘seguridad nacional’ como un frágil pretexto para imponer aranceles a productos canadienses y europeos. Ha insinuado la idea de arrebatar Groenlandia a Dinamarca, cuestionado por qué EEUU renunció al canal de Panamá y recurrido a la coerción económica descarada contra México”, se apostilla en el análisis.
Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y el Reino Unido —los cinco miembros del acuerdo multilateral UKUSA de vigilancia electrónica e inteligencia— parecen haber perdido la confianza y esperanza que antes depositaban en su adalid.
Escándalos que ahondan desconfianza entre aliados
El escándalo de la filtración de información de un chat privado de la Administración estadounidense también ha conmocionado a sus socios, al compartir información militar confidencial en la plataforma Signal, mientras que mensajes de altos funcionarios estadounidenses —que acusan a Europa de “aprovecharse” en temas de seguridad— erosionan aún más la confianza transatlántica.
En relación con el citado escándalo, Craig Kafura, director de opinión pública y política exterior del Chicago Council on Global Affairs, afirmó el sábado que “todas las agencias de inteligencia aliadas que leyeron ese artículo probablemente están sufriendo su propio ataque de pánico interno por lo que esto implica”.
Asimismo, la propuesta de anexión de Canadá como el estado 51 y las políticas de aranceles agresivos de Trump contra este país han generado un nivel de desconfianza sin precedentes entre los canadienses hacia Estados Unidos.
En Londres, el líder de los Liberal Demócratas ha pedido recientemente al primer ministro británico, Keir Starmer, que revise la seguridad de la información compartida con EEUU.
Esta desconfianza hacia Washington no se limita a los aliados anglófonos: según la encuesta ARD DeutschlandTrend en Alemania, solo el 16 % de los ciudadanos considera a EEUU un socio confiable para Berlín, y tres cuartas partes afirman que los miembros de la OTAN ya no pueden depender de Estados Unidos para la defensa de la alianza.