Obama creó una orden en 2016 por la cual al agencia debía informar anualmente de los ataques contra «objetivos terroristas» fuera de las zonas de guerra.
Sin ninguna publicidad, Donald Trump fulminó el compromiso adquirido durante la Administración Obama en 2016 para que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) rindiera cuentas sobre la muerte de civiles en los bombardeos que se realizan con aviones no tripulados en su lucha contra el terrorismo en operaciones militares y de espionaje. Con la nueva orden decretada por el presidente de Estados Unidos se pone fin a la obligación de que cada año el director de la CIA y otros altos cargos del Ejército y la inteligencia aporten un informe sobre los bombardeos llevados a cabo fuera de las zonas de guerra y las muertes de terroristas y civiles.
Los grupos de defensa de los derechos humanos criticaron de inmediato la medida, alegando que es un revés a un logro en defensa de la transparencia y la rendición de cuentas en los ataques con drones, cuyas acciones se convirtieron en un elemento central de la estrategia de Estados Unidos tras el ataque atribuido a Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001.
Fuentes oficiales citadas por la agencia de noticias Reuters han argumentado que esta orden elimina “exigencias superfluas” sobre la entrega de información y han explicado que las mismas “no mejoran la transparencia del Gobierno, sino que distraen a los profesionales del espionaje de su misión principal”. “El Gobierno de Estados Unidos está totalmente comprometido a cumplir con sus obligaciones con las leyes de guerra y a minimizar, en todo lo posible, las víctimas civiles y reconocer su responsabilidad cuando desafortunadamente tienen lugar durante operaciones militares”, han zanjado.
La decisión del presidente de EE UU podría dar a la CIA mayor libertad para realizar ataques, ya que Trump depende cada vez más de esta agencia de espionaje, en lugar del Ejército, para las operaciones letales con aviones no tripulados. La decisión de Trump se aplica solo a las incursiones de agencias que no son del Departamento de Defensa, como es el caso de la CIA.
El Ejército de Estados Unidos ha incrementado en los últimos meses sus operaciones con drones contra la milicia somalí Al Shabaab, vinculada a Al Qaeda, con decenas de bombardeos en lo que va de año. Otros lugares que sufren los ataques de los aviones no tripulados estadounidenses son Somalia, Yemen y Pakistán.