Un mundo en crisis gastando en guerras

 

Juana Carrasco Martín | Juventud Rebelde

Los investigadores del asunto lo han revelado el lunes: el gasto militar mundial alcanzó 2,7 billones de dólares en 2024, el mayor aumento desde la llamada Guerra Fría. Por supuesto, Estados Unidos ahí sí tiene el número uno y sigue propiciando el incremento de las tensiones, en definitiva, es ganancia para sus industrias bélicas.

Perfectamente confiable el siniestro dato, que pone a Europa y al Medio Oriente en la avanzada del despilfarro, pues el informe proviene del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), entidad que lleva años intentando abrir la conciencia mundial a este proceso que atenta contra el bienestar y el desarrollo.

El SIPRI afirma que varios países europeos registraron aumentos «sin precedentes», cuyos registros muestran que en términos reales hubo un crecimiento —¿será correcto que yo utilice este vocablo, cuando en verdad es muestra de la depreciación de la razón y de la civilización humana?

Durante diez años consecutivos se ha producido aumento de los gastos militares en más de cien países y en ellos están incluidos en primer lugar los quince que encabezan la lista con los mayores presupuestos.

Más que contrastar con años anteriores, sería más adecuado ponerlos al lado de otras partidas monetarias, por ejemplo, en el caso de Estados Unidos cuando ya se cumplen cien días de la presidencia de Donald Trump.

Sabido es que Estados Unidos está a la cabeza y el más reciente presupuesto militar alcanzó la astronómica cifra de 997 mil millones de dólares, el 37 por ciento de todo el gasto militar del mundo, y ahora mismo está sumergido en una política de ahorro extremo y revisa las cuentas de la administración con el catalejo de Elon Musk y el controversial Departamento de Eficiencia Gubernamental, pero anda muy lejos de solucionar el problema de un solo golpe, si quisiera, eliminando ese desperdicio guerrerista.

Sin embargo, se regodea recortando presupuestos y servicios del Departamento de Educación, de Salud Pública, de los Veteranos, del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, entre otros, que deben servir a la población en general y sobre todo a los más vulnerables. También han suprimido el financiamiento a campañas de vacunación en el mundo, a organismos de la ONU como UNICEF y la agencia de atención a los refugiados, entre otras.

Commondreams.org publicaba este lunes un artículo donde se revela que el Partido Republicano tiene un plan para otorgar 150 mil millones de dólares adicionales al Pentágono y por supuesto, el único beneficiario será el superpesado complejo militar industrial, de acuerdo a una legislación presentada el domingo.

Agrega la publicación que ese paquete se espera también incluya «profundos recortes a Medicaid y exenciones fiscales para los ricos, y el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes lo presentó así: «Una inversión histórica de 150 mil millones de dólares para restaurar la capacidad militar de Estados Unidos y fortalecer nuestra defensa nacional».

Hay otra partida multimillonaria para darle cuerpo letal a las fantasías trumpianas: 27,000 millones de dólares para el sistema Golden Dome (Cúpula Dorada). No se detienen esos proyectos armamentistas, también proyectan construir 14 buques de guerra y aumentar los gastos para la seguridad nacional. Y si gasta ahí, tendrá que seguir desmantelando la seguridad social que debiera ser la protección cierta y necesaria a la que aspiran los estadounidenses.

Por cierto, la agencia Reuters ha dicho que SpaceX, del multimillonario Elon Musk, y dos socios, se ha convertido en favorita para obtener una parte crucial del programa Golden Dome, que rastrearía los misiles entrantes, pero dejaría en total oscuridad todo lo que está podrido en Washington.

Es el desprecio a la gente y a sus vidas, en una definición de prioridades totalmente errónea, pero nada nuevo en el arsenal político y de intereses del imperialismo.