¿Un segundo referéndum del Brexit?

Los organizadores cifran en medio millón de personas la asistencia a la marcha

Más de medio millón de personas se han congregado este sábado en el centro de Londres para reclamar al Gobierno británico la convocatoria de un nuevo referéndum en el que se someta a la opinión de los ciudadanos el acuerdo final del Brexit, que a cinco meses de la retirada de Reino Unido de la Unión Europea, sigue negociándose entre Londres y Bruselas. La cifra de asistentes ha sido facilitada por la organización de la marcha, que ha concluido a las puertas del Parlamento británico.

En la capital británica ha sido una mañana soleada, casi calurosa, y eso ha ayudado a que el ambiente durante la manifestación fuera festivo y a que muchos de los participantes completaran el recorrido sin perder la sonrisa. Entre los concentrados se encontraban numerosos ciudadanos de distintos países de la UE, representados por The3Million, un grupo de presión que defiende los intereses de los cerca de 3,4 millones de ciudadanos europeos residentes en suelo británico.

«Llevo 17 años en este país. Vivo en Southampton. Y nunca había visto tanta división entre la gente como con el Brexit. Pero también es la primera vez que veo tantos ingleses proclamarse abiertamente europeos y sentirse europeos», explicaba mientras intentaba avanzar con dificultad Paz, española casada con Paul, británico, al que había logrado convencer, junto a unos pocos amigos, para que se anudaran al cuello banderas españolas.

Justo a su lado caminaba John, que portaba un cartel que llamaba la atención entre los cientos de consignas, a cual más original, que se han visto en la protesta: «Keep my wife in here» (Permitid que mi esposa siga aquí). La pareja de John es María, de Grecia. «Y esa es la razón por la que he venido. Esa, y para reclamar que haya una segunda consulta, aunque no tengo nada claro que [el Gobierno] nos vaya a hacer caso», explicaba.

Los manifestantes respondían esta mañana en Londres a la convocatoria de People’s Vote (el voto del pueblo), un movimiento que apuesta por un «voto popular» y que agrupa a numerosas asociaciones eurófilas. La última gran marcha hacia el Parlamento británico para pedir un nuevo referéndum reunió en junio pasado a unas 100.000 personas. Los organizadores esperaban, y han logrado, según sus cálculos, que esta sea aún mayor. La marcha ha congregado a una multitud unida en la difícil tarea de convencer a la primera ministra británica, Theresa May, de que convoque una segunda consulta popular sobre el resultado de sus negociaciones con Bruselas.

Pese al ambiente festivo, el mensaje ha sido grave: el Brexit prometido por los euroescépticos antes del referéndum de junio de 2016 —donde se impuso por un 52% la salida de la UE— no tiene nada que ver con el que se está negociando ahora. Los organizadores creen, además, que los británicos que entonces votaron a favor de separarse del club comunitario modificarían ahora su posición al tomar conciencia de las consecuencias reales de abandonar la Unión. «Nadie pensó, en el momento de votar, que íbamos a acabar en el caos que estamos viendo estos días. Nadie, ni siquiera los partidarios de abandonar la UE se acababan de creer que saldríamos del Mercado Interior o de la Unión Aduanera. Nos mintieron. Y necesitamos votar de nuevo», afirmaba Dorothy, que ha acudido desde la localidad de Bath acompañada de su marido».

La primera ministra de Reino Unido ha dejado muy claro que no tiene ninguna intención de permitir que se vuelva a consultar a los ciudadanos sobre esta cuestión. «Ahora quieren un segundo referéndum para volver a dirigirse al pueblo británico y decirle ‘Oh lo sentimos mucho, creemos que se equivocaron», lanzó Theresa May el miércoles ante la Cámara de los Comunes, en Westminster. «No habrá un segundo referéndum. La gente votó y este Gobierno lo llevará a cabo», enfatizó.

Por su lado, los organizadores de la protesta de este sábado subrayan que a pocos meses del Brexit, previsto para el 29 de marzo de 2019, las negociaciones entre Londres y Bruselas están bloqueadas, en especial en el tema de la frontera en la isla de Irlanda. Además, alegan que persiste la incertidumbre sobre la manera en que Reino Unido abandonará la UE. «Los problemas más importantes deben aún negociarse, y muchas consecuencias (del Brexit) siguen escondiéndose», opina Carmen Smith, partidaria del movimiento For our Future (Por nuestro futuro), citada en un comunicado. «El tiempo apremia. Es un tema urgente. La élite del Brexit ha demostrado que era incapaz de resolver el problema (…)», asegura.

La idea de un nuevo referéndum ha sumado cada vez más adeptos en los últimos meses en Reino Unido, y es apoyada por varios políticos, entre ellos el ex primer ministro laborista Tony Blair. Los reproches políticos sobre cómo llegó el país a esta situación tras dos años de negociaciones están dejando a May cada vez más sola, criticada por la oposición y, sobre todo, por prominentes figuras de su propio partido. Pero no es seguro que una segunda consulta deshaga el entuerto: las encuestas sitúan a los partidarios de permanecer en la UE y a los de irse en torno al 50%.

Entre los oradores se encontraba el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, y la exestrella de fútbol Gary Lineker —que jugó en los años 80 en el FC Barcelona—, quien ha mandado un mensaje de apoyo a través de un vídeo. «Ha llegado la hora de que retomemos el control de la situación», ha gritado entre aplausos Khan. A diferencia de la tibieza mostrada por su partido a la hora de defender una segunda consulta, el alcalde de Londres ha sido firme desde un principio en su petición de que se deje hablar a la ciudadanía.

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