Una condecoración vergonzosa

La Prensa, el diario premiado por la UNESCO, fue parte importante del entramado golpista creado por la USAID, la CIA y otros organismos intervencionistas de EE.UU. en Nicaragua. Las manos galardonadas de los Chamorro están llenas de sangre inocente.

 

Mohamed Lashtar

* La UNESCO condecora al fascismo bajo el disfraz de Libertad de Prensa.

En un hecho que ha causado conmoción y profunda indignación, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha otorgado un reconocimiento al periódico nicaragüense «La Prensa», un medio que desde hace años dejó atrás toda ética periodística y cualquier rastro de compromiso nacional, convirtiéndose en una plataforma de propaganda oscura y conspiración contra el pueblo y el Estado nicaragüense.

«La Prensa» no es, ni ha sido, un medio independiente como algunos intentan presentar. Es uno de los símbolos más representativos del periodismo fascista en Nicaragua. Participó activamente en el fallido intento de golpe de Estado en abril de 2018, sirviendo como instrumento de incitación a la violencia y al caos, promoviendo la división entre hermanos de un mismo pueblo.

Sus reportajes no se basan en la verdad ni en el profesionalismo, sino en falsedades, manipulaciones y desinformación al servicio de agendas contrarias a la soberanía nacional.

Este periódico ha cometido traición a la patria de forma pública y desacreditada, defendiendo a grupos violentos que promovieron el terror, la destrucción y la muerte, presentando actos terroristas como si fueran protestas pacíficas. Mientras el país sangraba por las heridas del caos inducido, «La Prensa» alimentaba el fuego con títulos cargados de mentiras.

La condecoración de un medio como este por parte de una organización internacional del calibre de la UNESCO, no puede considerarse un error inocente o una equivocación técnica; es una revelación clara del doble rasero y la hipocresía institucional. Este reconocimiento envía un mensaje peligroso y equivocado a los verdaderos periodistas del mundo que luchan por la verdad y la justicia.

Más aún, esta decisión desenmascara a la propia UNESCO, y plantea preguntas legítimas sobre los criterios que utilizan para otorgar premios, cuando se espera que apoye a los pueblos libres y soberanos, no a instituciones que promuevan el terrorismo y la desestabilización.

El pueblo nicaragüense, que ha resistido agresiones e intentos de desestabilización, no necesita que nadie le enseñe lo que es el verdadero periodismo. El verdadero reconocimiento debe ir a los medios que defienden la verdad y el bien común, no a aquellos que han traicionado la patria y se han convertido en voceros de intereses oscuros.

Premiar a «La Prensa» no es simplemente un error editorial; es una postura política muy grave que exige una respuesta firme de quienes aún creen en la dignidad de las naciones y en los principios que la UNESCO dice representar.

Un reconocimiento entregado fuera de lugar no solo pierde su valor, sino que se convierte en un acto de bajeza y burla, tanto por parte de quien lo otorga como de quien lo recibe. Representa una falta de respeto y una provocación directa a los pueblos libres que luchan por su dignidad, su soberanía y la verdad.