El ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela añadió que las intenciones intervencionistas de EE.UU. surgieron en 2002.
El gobierno de Venezuela, a través de su Cancillería, manifestó que nuevamente Estados Unidos pretende consumar un presunto golpe de Estado contra la nación sudamericana.
Así lo expuso en un comunicado de prensa en el que subrayó que «en días recientes portavoces del gobierno estadounidense han desatado una serie de acciones hostiles a partir de falsos supuestos que procuran manipular (la) verdad, con el propósito de quebrantar la estabilidad institucional y la paz de Venezuela».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, en cabeza del canciller Jorge Arreaza, añadió que “Las intenciones intervencionistas de EE.UU. surgieron en el 2002, cuando el gobierno de George Bush se dedicó a financiar a los golpistas opositores con el fin de derrocar al difunto expresidente Hugo Chávez”.
El pasado 3 de enero, el Ejecutivo venezolano manifestó su incomodidad por «la actitud intervencionista» del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, «al emitir órdenes directas a los gobiernos subordinados a Washington» en referencia al Grupo de Lima -compuesto por 14 países latinoamericanos- «con el objetivo de que escalen sus agresiones contra el pueblo de Venezuela, en su obsesivo propósito de procurar un cambio de régimen por la fuerza”.
Cabe recordar que el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó su respaldo a la instalación de la nueva directiva de la Asamblea Nacional de Venezuela y añadió que considera al poder Legislativo opositor como la única institución legítima en Venezuela.
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Robert Palladino, afirmó que el cambio democrático del liderazgo en el Parlamento representa “una confirmación poderosa de que la unidad y el compromiso de la Asamblea Nacional con el pueblo venezolano va más allá de los intereses políticos y personales”.