José René Tamariz* │ Rebelión
* Aumento de pobreza, desempleo y criminalidad afligen al país otrora conocido como “la Suiza Centroamericana”, al punto que en 2022 tuvo porcentajes de violencia más altos que los de El Salvador. Han crecido además el narcotráfico y el sicariato.
En dos últimos años 2022 y 2023, Costa Rica se ha convertido en noticia por la ola de homicidios o crímenes que se realizan a diario. El año 2022, el país cerró con una alta tasa de crimen de 12,6%, convirtiéndose en el año más violento de la historia de la nación. Incluso se ubicó por arriba de países como El Salvador.
Pero la situación anterior está siendo superada en el año 2023. Al 10 de mayo de 2022 se habían producido 228 homicidios y en el 2023 a la misma fecha los crimines llegaron a 318, es decir, un promedio de 2,5 muertos diarios. En términos absolutos fue un aumento de 90 homicidios más y un incremento porcentual del 39,5 por ciento.
Si las muertes se mantuvieran a ese ritmo al final del año podrían llegar a unos 900 o más homicidios. Las provincias de San José, Limón y Puntarenas encabezan las mayores cantidades de crímenes. El primero pasó de 48 homicidios en el año 2022 a 84 en 2023, el segundo pasó de 55 crímenes a 82 y el último pasó de 32 muertes a 46. Es importante destacar los casos de Limón y Puntarenas porque son lugares costeros y sumidos en la pobreza y miseria desde hace mucho tiempo.
Aumento de transbordo y consumo nacional de drogas
Según el reporte estratégico de control internacional de narcóticos de los Estados Unidos del mes de marzo, “Costa Rica sigue siendo el principal punto de transbordo de cocaína en ruta a Estados Unidos desde América del Sur, y es un punto de tránsito clave en el tráfico internacional de narcóticos”. (La Nación, 27 de marzo de 2023).
Por otro lado, ese mismo informe señala que “Costa Rica tiene un creciente problema de consumo interno de drogas, ya que las drogas almacenadas en el país ingresan cada vez más en el mercado local y las organizaciones criminales nacionales ganan influencia con más ingresos de narcóticos”. (Ídem).
La inseguridad principal preocupación de la ciudadanía
El problema de la inseguridad y los homicidios se ha convertido en uno de los principales problemas del país y de preocupación de la población en general.
De acuerdo con la última encuesta del Semanario Universidad, “La inseguridad y la delincuencia saltaron en este año al primer lugar de los mayores problemas del país y duplican en menciones al costo de la vida y al desempleo, situaciones de índole económica que siguen causando preocupación en las personas y que han ocupado las principales posiciones después del shock de la pandemia del 2020”. (Semanario Universidad, semana del 26 de abril al 2 de mayo).
El 34,7 por ciento de las personas planteó que su principal preocupación es la inseguridad, ya que no hay lugar seguro en donde vivir y transitar. En cualquier lugar, las personas pueden ser asesinadas ya sea por su vinculación con las bandas delincuenciales del narcotráfico o bien como daño colateral en el terreno por los enfrentamientos entre pandillas.
Incremento de los homicidios y correlación con la pobreza
En el año 2019, previo a la pandemia del Covid-19, la pobreza en Costa Rica era del 20 por ciento y para el año 2022 aumento al 25 por ciento. Asimismo, la pobreza extrema pasó del 6,3 por ciento en el año 2019 al 8 por ciento en el 2022.
Según el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica determinó que, en relación a la pobreza extrema “Este incremento significó 32 mil hogares y 103 mil personas que se suman a la cantidad de población en condición de pobreza del país.
Es realmente preocupante que aproximadamente 8 de cada 100 personas que cayeron en la pobreza durante el segundo semestre del año anterior se sitúan en la categoría de pobreza extrema”. (Semanario Universidad, semana del 10 al 16 mayo).
Aunque el gobierno sostiene que el desempleo bajó y llegó al 10,6%, sin embargo, los investigadores del IICE plantean que “De la disminución del desempleo, una parte pequeña se debe a dicha contribución de nuevos trabajos y otra gran parte provocada por personas que buscaban un empleo y al no encontrarlo, optaron por salirse del mercado laboral”. (Ídem).
La tasa de inactividad paso del 39,7 al 41,7 por ciento. Entonces, la cantidad de nuevos trabajos es muy baja, apenas del 1% y es más alta la tasa del 2% de inactividad laboral, gente que se cansó de buscar empleo, pero no lo encontraron.
Ese incremento de la pobreza y pobreza extremas de miles de familias, con sus bajos niveles de ingresos, conduce a que muchas de ellas se enrolen en el narcotráfico como una forma de subsistencia.
Desempleo y pobreza juvenil
Aunque Rodrigo Chaves hace alarde de que con su gobierno está disminuyendo el desempleo, la verdad es que la situación del desempleo y pobreza entre la población juvenil es bien grave.
Veamos. De acuerdo con informaciones periodísticas “La población joven del país afronta una alta tasa de desempleo del 30,6 por ciento y un nivel de pobreza del 26,8%, según se muestra en el estudio “Inclusión económica de las personas jóvenes, una deuda pendiente”, elaborado por el Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica”. (Radio UCR, 16 de enero de 2023).
O sea, que 3 jóvenes de cada 10 no tienen trabajo. Es más, Costa Rica se encuentra ubicado como el país con el índice de desempleo juvenil más alto de Latinoamérica. Para julio del año 2022 se calculaba que en el país existían unos 160.000 “ninis”, es decir, jóvenes que “ni estudiaban” “ni trabajaban”.
Son personas entre 15 y 24 años que fueron excluidos del sistema educativo y que tampoco tienen trabajo, porque también son excluidos ya que no tienen preparación para trabajar. Con el denominado “apagón educativo” del período de la pandemia del Covid-19, la falta de preparación de miles de jóvenes probablemente los lanzará a mayores niveles de desempleo. Por tanto, es muy posible que ese número de “ninis” se hay incrementado hasta el presente.
La política de Rodrigo Chaves para enfrentar la criminalidad
La gran «novedad» de Rodrigo Chaves en su supuesta política de seguridad nacional es haber quitado a su anterior equipo del Ministerio de Seguridad Pública encabezado por Jorge Torres por el equipo de seguridad pública del gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014).
En esencia ese equipo de seguridad pública de Chaves es el viejo equipo de un gobierno liberacionista con Mario Zamora como ministro de seguridad, Eric Lacayo y Agustín Barquero como viceministro. Como se puede observar Rodrigo Chaves representa como «algo nuevo» al “viejo” equipo de seguridad pública de un ex gobierno liberacionista. Más de lo mismo.
El «nuevo» ministro de seguridad y su equipo del PLN y el gobierno de Chaves creen que con agregar el «plus» a su plan de seguridad que, básicamente, consiste en pasar de la lucha contra el «narcomenudeo» de Torres a la lucha contra los «homicidios» y «sicariato» de Zamora van a resolver el grave problema de la inseguridad ciudadana. Se equivocan totalmente.
Los homicidios y el sicariato son el producto de una situación más grave que tiene el país como la pobreza y alto desempleo de los jóvenes. Atacar solo al sicariato y al narcotráfico no resuelve el problema de fondo.
La mayoría de los sicarios son jóvenes que, con los altos niveles de desempleo y pobreza, por arriba de la media nacional, señalados anteriormente, se ven obligados por el sistema a buscar una fuente de ingreso en el narcotráfico que les garantiza ese cruel tipo de «trabajo».
Veamos un ejemplo. Supongamos que Zamora y Chaves con su «Operación plus» logren atrapar a todos los jóvenes sicarios, lo cual es muy dudoso, entonces como existen miles de jóvenes desempleados y en la miseria, el narcotráfico tiene «mano de obra» en cantidad que puede reponer fácilmente. Eso es como el ejército de desempleados del capitalismo.
He ahí la esencia del capitalismo, pero en el nuevo «nicho» del mercado del narcotráfico que, por cierto, paga mejor que el capitalismo tradicional.
Esta es una discusión con los técnicos y profesionales del capitalismo que les gusta hablar y escribir sobre los mercados. El «mercado» del narcotráfico es «más competitivo», por la negativa desgraciadamente, que los mercados de los regímenes definitivo y especiales de Costa Rica.
Otra de las medidas que el gobierno de Chaves y su “nuevo” equipo de seguridad pretenden implementar mediante un proyecto de ley es la de obligar a los motociclistas a portar en ambos lados de sus chalecos el número de placa. Esa medida es tomada de Colombia. Sin embargo, desde ya cuenta con la oposición de la mayoría de los motociclistas.
Las bandas criminales del narcotráfico podrían gemelear las placas y los chalecos de los motociclistas para realizar sus actividades de sicariato.
También podrían secuestrar por algunas horas o bien matar a los motociclistas, mientras realizan sus acciones delincuenciales.
Ese marcaje en los chalecos es peligroso para la vida de las personas que conducen motocicletas que, en muchos casos, trasladan a sus hijos y esposas a las escuelas y colegios y al trabajo. Esa debe ser una medida rechazada por los diputados de la Asamblea Legislativa.
Otra medida que intentó aplicar el viejo equipo de seguridad de Chaves fue el cambio de las jornadas de trabajo de los policías, lo cual condujo a diversos movimientos de protestas por los cuerpos policiales y el gobierno tuvo que retroceder y no aplicar ese cambio. Eso condujo a que Chaves despidiera al anterior ministro de seguridad y a sus viceministros.
De último hay que mencionar que el poder Ejecutivo ha enviado otros proyectos de ley sobre ese problema de la inseguridad. El principal es el proyecto la ley contra el crimen organizado que actualmente se discute en el plenario legislativo y que, entre otras acciones, impedirá que salgan de la cárcel personas imputadas en delitos del crimen organizado; la imposición de medidas más severas contra jóvenes involucrados en esas actividades criminales; agilización de la investigación y procedimientos en los juicios y otras medidas.
¿Cuál debe ser la salida?
La lucha contra el narcotráfico y sus bandas criminales no sólo deben combatirse con medidas represivas. Se requieren y necesitan implementar políticas integrales para atacar el fenómeno. El narcotráfico, narcomenudeo, estructuras criminales, homicidios, sicariato, lavado de dólares y otras pestes son parte de una totalidad. Combatir una parte no resuelve la totalidad.
Se requiere un enfoque global, sociológico y político del problema. En primer lugar, garantizar trabajo a los miles de jóvenes en el desempleo, un salario digno que les garantice satisfacer sus diversas necesidades, así como incorporar a la educación a miles de jóvenes que han sido expulsado del sistema educativo, impulsar y organizar un Plan de Obras Públicas que les brinde trabajo a todas las personas desempleadas y a las que se encuentran en la pobreza y pobreza extrema.
Además, se requiere de medidas contra el lavado de dólares que bien alto en Costa Rica, para ello se requiere levantar el secreto bancario para realizar un mejor combate de lavado de dinero del narcotráfico.
*José René Tamariz es corresponsal en Costa Rica de la revista «El Socialista Centroamericano».