Chicago, una de las ciudades más afectadas por el vórtice polar, contabiliza al menos nueve fallecidos producto de las heladas.
Es jueves por la noche y el centenario club de jazz Green Mill, en Chicago, se prepara para vivir una velada al ritmo del swing. El guitarrista Andy Brown ha colgado su guitarra para dar paso a la orquesta de Alan Gresik. Los camareros cubren una mesa junto a la barra de blanco y posan sobre ellas retratos de los celebridades de mayor renombre que han pasado por el local del barrio Uptown. La fotografía principal es de Al Capone. Por la ventana se ven caer con suavidad los copos de nieves y los asistentes ordenan martinis y cervezas. Casi parece una noche invernal como cualquier otra, pero no lo es. El vórtice polar que desplomó las temperaturas hasta los -30º ya ha provocado al menos nueve muertes en la ciudad, según el hospital John H Stroger Jr. A ellos, se le suman la docena de víctimas por congelamiento o accidentes de tráfico producto de las heladas en otras zonas del Medio Oeste y Noreste del país.
Nunca he tenido tanto frío en mi vida”, reconoce Mike Bowen, de 32 años, que vino a la ciudad del viento por asuntos de trabajo desde Colorado. El termómetro marca -16º celsius, lo que parece una tregua de la masa de aire polar que azota a la mitad de EE UU desde comienzos de esta semana. Pero Bowen, que viene de Colorado, donde las temperaturas son de al menos 30º más, está impresionado. “Yo crecí aquí, pero me mudé y valoro lo que es vivir en un lugar cálido. Definitivamente no extraño este invierno”. Otros, como Desiree, le echan paños fríos -si cabe- a la reacción de la gente. La taxista reconoce que la ola polar ha marcado una diferencia con años anteriores, pero su secreto es simplemente ponerse más capas de abrigo: “Hay que estar bien preparados. Supongo que por eso dicen que la gente de Chicago es dura”.
Desde hace más de dos décadas que una explosión de aire ártico similar no azotaba de tal manera al Medio Oeste y Noreste, según el servicio meteorológico. Entre los 21 fallecidos que se contabilizaban a última hora del jueves, se encontraba Gerald Belz. El joven de 18 años fue encontrado muerto en un campus de la Universidad de Iowa cuando la sensación térmica era de -46º celsius. «Simplemente no hay forma de poder sobrevivir mucho tiempo a un clima como este si no estás cerca de una fuente de calor», explicó el forense del condado de Lorain, Stephen Evans al Chronicle-Telegram. Evans informó del fallecimiento por hipotermia de una mujer de 60 años que fue hallada en una casa abandonada en Lorain, Ohio.
La solución para los decenas de millones afectados que se lo pueden permitir ha sido aumentar la calefacción. El miércoles, hogares y empresas estadounidenses utilizaron cantidades récord de gas natural, según los resultados preliminares del proveedor de datos financieros Refinitiv. En Detroit, General Motors y Fiat suspendieron las operaciones en varias de sus plantas después de que el servicio público hiciera un llamamiento de emergencia para conservar el energético.
Ahora se espera que las temperaturas escalen a lo largo del fin de semana en los 14 Estados que han permanecido en alerta. En Chicago está previsto que los termómetros salten hasta los 10º celsius, lo que significa que en una misma semana van a haber sido testigos de 40º de diferencia. Este fenómeno traerá secuelas a los afectados. Los expertos advierten de que el rápido deshielo que se está observando no tiene precedentes, y que podría crear problemas como estallidos de tuberías, inundación de ríos y derrumbes de carreteras.