Nobel de la Paz 2017 a la CIAAN

El comité noruego subraya que el premio es «también un llamamiento» a los países que cuentan con arsenal atómico a que inicien «negociaciones serias» para eliminarlo.

 

En plena escalada de tensión por el creciente desafío nuclear de Corea del Norte y por las sombras que se agolpan sobre el pacto atómico con Irán, el premio Nobel de la Paz galardonó este viernes la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, un grupo que reúne ONGs de alrededor de 100 países. El Comité noruego señala en su motivación que el riesgo de conflicto atómico es ahora mayor de lo que ha sido en mucho tiempo y reclama a las potencias nucleares que avancen en el desarme.

El premio Nobel reconoce el trabajo de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) en la concienciación acerca de “las catastróficas consecuencias del uso de armas nucleares” y por “sus esfuerzos pioneros para lograr un tratado de prohibición de esas armas”.

El texto del tratado fue aprobado en la ONU el pasado mes de julio con 122 votos a favor y uno en contra, Holanda. Las nueve potencias nucleares y todos los miembros de la OTAN salvo Holanda figuran en el grupo de los abstenidos. EEUU, Francia y Reino Unido afirmaron entonces en un comunicado que no pensaban sumarse al tratado, y señalaban que «una prohibición que no solucione los problemas de seguridad por los que una fuerza nuclear disuasoria sigue siendo necesaria no resultará en la eliminación de una sola arma atómica y no mejorará la seguridad de ningún país ni la paz internacional».

El tratado es un nuevo movimiento político, desprovisto de eficacia real, para lograr un avance en el desarme. Cinco potencias nucleares (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) están ya comprometidas con la reducción de sus arsenales como firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear de 1970. India, Pakistán, Corea del Norte e Israel también poseen el arma atómica. En el caso israelí, las autoridades mantienen una política de ambigüedad por la que ni confirman ni desmienten su capacidad nuclear.

En el apogeo de la guerra fría, a principios de los ochenta, los arsenales de las potencias nucleares contaban con unas 70.000 ojivas. Hoy, disponen todavía de unas 15.000 cabezas atómicas, de las cuales casi 5.000 desplegadas, según recuentos del Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo.

Fundada en 2007 en Viena durante una conferencia internacional sobre el tratado de no proliferación nuclear, ICAN tiene su sede en Ginebra. La coalición ha sabido movilizar desde entonces a activistas y personalidades para defender su causa. La organización, que cuenta con un presupuesto anual de 1,2 millones de francos suizos (1 millón de euros), funciona gracias a las ayudas financieras aportadas por varios Gobiernos, como los de Noruega, Suiza, Holanda, Alemania o la Santa Sede, así como por donantes privados, la Unión Europea y fundaciones.

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