Dick y Miriam Emanuelsson
El barrio Carlos Marx está ubicado 700 metros de la UPOLI, la Universidad Politécnica de Nicaragua. La Upoli fue el Centro de Operaciones Golpistas desde el 19 de abril. En su alrededor fue prácticamente imposible transitar por la cantidad de barricadas levantadas y por el hecho que la Policía estaca acuartelada.
Ya pasando el 14 de junio y el Paro Nacional llegó “el 15 de junio, fecha en que se concluye el plazo dado al Diálogo Nacional por la Comisión Mediadora y finalizar las expectativas de esta vía”, según el Plan Golpista, es decir romper el diálogo e irse a “la Ofensiva Final” para tumbar al gobierno de Daniel Ortega.
Este es el ambiente de guerra y de terror que se vivía en esos días en Managua, cuando el reloj llegó a las 05.30 de la madrugada el 16 de junio. Francisco Javier Pavón escuchó el primer golpe al portón cuando se estaba bañando para comenzar el trabajo de colchones en la planta baja. Los golpes sacudían la casa y se escuchaba explosiones y comenzó a subir el humo y el calor que a final terminó con seis seres humanos.
Cómo la quema de Radio Ya y Radio Nicaragua
Hablamos con Luis Alberto Pérez Olivas, Comisionado General de la Policía Nacional de Investigación Judicial y encargado del caso de la Casa quemada del barrio Carlos Marx.
“Ese día nosotros, de acuerdo a lo que la gente nos comenta y la entrevista que logramos recoger en este expediente, dice e indica al paquetazo de varios miles de folios de la pre investigación, que se presentó un grupo de aproximadamente unos 300 elementos de diferentes lugares. Llegaron golpeando, tratando de abrir ese portón, que era de metal. Pero ante la imposibilidad de subirlo totalmente lanzaron dos bombas molotov, que es una bomba que lleva pólvora pero también tiene la mezcla de gasolina, lo que inicia el incendio con facilidad”.
– ¿Como hicieron con la quema total de “Tu Nueva Radio Ya” y Radio Nicaragua, es combinación de gasolina y pólvora?
“Exactamente”, responde el Comisionado.
Uno de los autores identificado
Francisco Javier Pavón que había escuchado el primer golpe al portón cuando estaba bañando, agrega al juzgado el 22 de diciembre de 2018:
“En eso, nosotros miramos hacia abajo en la esquina derecha de la casa. Había dos sujetos encapuchados. Entre ellos había uno, un ‘flacón’ que se llama `Milka´ [Amílcar Antonio Cortez Báez, alias el Condoro]. Yo lo conozco porque es del barrio, un flacón alto, encorvado. Nosotros pedíamos ayuda, que nos ayudaran. Pero ellos no decían nada”.
Es decir, solo con esa declaración se desenmascara el cruel fake new opositor, en el sentido que los autores del provocado incendio y matanza a la familia Pavón, fuera la Policía Nacional.
El supuesto motivo sería el deseo de la policía de colocar francotiradores en la terraza de la casa de tres pisos. Pero era una “Misión Imposible” por el hecho de los 30 tranques que rodeaban la casa.
No solo el barrio Carlos Marx era controlado por los `tranqueros´ sino también los barrios desde el Carlos Marx hasta la Universidad Politécnica de Nicaragua, Upoli, confirman los sobrevivientes y unos otros 18 testigos en la investigación judicial.
Es más, el “tranquero” RÓGER OCTAVIO MONTENEGRO DOÑA dio su testimonio a la investigación policial. Él participó en la toma opositora de la UPOLI. Era el encargado de recibir y distribuir alimentación a los tranqueros.
Ahí conoció a Amílcar Cortez Báez y otros elementos que solamente conoce con los alias de “Chibolón”, “Firulais” y “Cara de Gato”. Refiere que todos ellos participaron en el incendio de la casa de tres pisos en el Barrio Carlos Marx. Por eso tomaron la decisión de no dejarlos entrar (los autores de la quema de la casa) a la UPOLI para no cargar también con esa acusación.
Un mapa que ilustra como era imposible para la Policía Nacional llegar a la casa de la familia Pavón, en el barrio Carlos Marx, por los al menos cuatro tranques en la carretera principal donde se ubicaba la casa. A 700 metros del barrio se encuentra la UPOLI, donde el control opositor era total desde el 19 de abril. De ahí salieron pandilleros para robar, matar y secuestrar a sandinistas.