Encuentro antiimperialista: Las voces de la rebeldía mundial

Carlos Aznares

Discursos contundentes contra el imperialismo y sus consecuencias económicas y guerreristas, relatos de luchas anti-extractivistas, la mayoría de ellas en el transcurso de gobiernos de derecha, pero sin excluir algunas administraciones progresistas, denuncias de represión implacable, bloqueos (contra los pueblos de Cuba, Venezuela, Irán o Corea del Norte), detenciones, torturas, asesinatos de líderes populares.

Todo ello y muchas aristas más de la misma envergadura, es lo que se ha escuchado en los dos primeros días de trabajo del Encuentro Antiimperialista que delibera en La Habana, Cuba.

El objetivo prioritario, claro está, es la solidaridad con la Revolución cubana que se halla bajo asedio implacable del gobierno Trump, pero en el actual marco de los conflictos anticapitalistas que recorren transversalmente el continente latinoamericano (y el resto del mundo) surgieron obligadamente otros países: Venezuela en primer lugar, pero enseguida se nombró a Bolivia, Chile, Colombia, Uruguay, Panamá, Nicaragua.

“El capitalismo es inviable ya que genera, siempre, desigualdades que ofenden a la humanidad”, dijo en la apertura el canciller cubano Bruno Rodríguez, agregando la lógica ecuación de que “no habrá desarrollo sostenible sin justicia social”.

Para el ministro cubano, “la infame doctrina Monroe está vigente”, pero como ocurriera en otras épocas, desde Estados Unidos se exportan ideas supremacistas, racismo, xenofobia y múltiples formas de discriminación y violencia contra los pueblos.

El funcionario no dejó de informar algo que cualquiera de los casi mil 700 delegados del encuentro pueden verlo al recorrer las calles de La Habana, y es lo que significan en la práctica las nuevas vueltas de tuerca del bloqueo criminal: colas interminables de vehículos frente a las gasolineras, por la carencia de combustible, falta de algunos medicamentos esenciales y otro tipo de insumos.

Este es el precio que Cuba paga por su coherencia de toda la vida, al defender con uñas y dientes a la Revolución Bolivariana de Venezuela, y no ceder un palmo frente al Imperio. Pero hay mucho más en este aspecto de la ofensiva yanqui, aunque el canciller no lo haya mencionado en esta ocasión, por ejemplo, la prohibición de que compañías aéreas de otros países puedan tercerizar -como venía ocurriendo- vuelos de la empresa Cubana de Aviación.

Las razones son de una maldad sin límites: cualquier avión contratado por Cubana que tenga un 10% de material de procedencia norteamericana en su armado, será sancionado, imposibilitándole seguir operando comercialmente con los Estados Unidos.

Y así, con esos aprietes demenciales, logran que se anulen acuerdos hechos de antemano con Cuba, perjudicando al turismo que quiera visitar la Isla. Sin embargo, se sabe, que Cuba no se amilana frente a la adversidad, y su pueblo heroico se crece y sigue desafiando al imperio, algo que dejó muy bien explicado el canciller Rodríguez.

Pero no todo fueron penas en este Encuentro, y en ese sentido la reciente victoria del Frente de Todos en Argentina, convirtió a este país en la niña mimada de todas las delegaciones. Cada vez que se nombraba a Argentina surgía una salva de aplausos, y sus representantes eran interrogados sobre cómo será el futuro frente a “esa tierra arrasada” dejada por el gobierno de Macri.

En ese mismo plano estuvo cada una de las intervenciones referidas a la batalla que viene dando el pueblo chileno contra “la dictadura de Piñera”, que reprime y asesina a sus ciudadanos para mantenerse en el poder. Cada vez que se decía “Chile”, se levantaban banderas de ese país, y varios delegados hacían sonar algunas cacerolas que habían traído en el largo viaje desde Santiago a La Habana.

Otro aspecto de la lucha muy aplaudido, fue el que juegan las mujeres en todo el continente. De eso se encargaron varias luchadoras, como es el caso de la brasileña Nalú Farías, de la Marcha Internacional de Mujeres, quien dejó claro las mil razones por las que hay que enfrentar a “este sistema capitalista, colonialista y patriarcal”.

Exhortó a desmantelar los sistemas de opresión e incorporar los derechos de las mujeres, los negros y todas las minorías que sufren racismo y persecuciones constantes. “Hay que escuchar a todos estos sectores, porque es infinita la sabiduría que proviene de los pueblos más marginados”, agregó Farías. Y concluyó con una frase que luego sería repetida por otros oradores y oradoras: “La lucha transfiere la vida, y es la vida la que da razón a la lucha”.

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