La impotencia del imperio vuelve a atentar contra Cuba

En la noche de ayer domingo, la Embajada de la Mayor de las Antillas fue escenario de otro ataque terrorista, al recibir el impacto de dos cocteles molotov. No hay daños al personal, y se precisaban los detalles 

Un individuo lanzó, en la noche de este domingo, dos cocteles molotov contra la Embajada cubana en Washington. Según la cuenta en X del canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, «no hubo daños al personal», y se estaban precisando los detalles. 

El hecho es una prueba más de la impotencia de los odiadores anticubanos, incómodos frente a los recientes éxitos de la diplomacia de la Isla en el marco del 78 periodo de sesiones de la Organización de las Naciones Unidas. Allí se sintió el apoyo, el cariño y el respaldo de representantes de la emigración, y los votos por un mayor acercamiento, defendido por varios sectores de la sociedad estadounidense como el de la salud, el de la cultura y el de los empresarios. 

Tanto reconocimiento para la Cuba socialista, vitoreada en las calles de Nueva York, donde el Presidente Díaz-Canel extendió la mano amiga y solidaria de su pueblo al pueblo estadounidense, exacerbó la bilis de quienes acuden al terrorismo como expresión de su intolerancia, algo sobre lo que Cuba ha alertado a las autoridades de Estados Unidos, según el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. 

Los odiadores, al servicio de la potencia más poderosa del mundo, sintieron por estos días demasiada presión: de un lado, gobiernos de varios países que demandan a Estados Unidos, en la ONU, el fin de bloqueo y la exclusión la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo; y por el otro, el liderazgo del país en el G77 y China, a la par de ser abrazada en las mismísimas calles de Nueva York.

 

La nueva afrenta es otra prueba de que Cuba no es la que patrocina el terrorismo, mientras el Gobierno que así la señala contempla con impunidad actos de este tipo contra ella. 

Este de ayer es el segundo ataque contra le legación antillana. El anterior ocurrió en abril de 2020, cuando una persona disparó con un fusil de asalto contra la sede. Según detalló Prensa Latina, suman más de 580 los actos terroristas sufridos por representaciones diplomáticas cubanas en el mundo entero, desde el triunfo de la Revolución. 

No obstante, sí algo saben bien los que actúan con tanta bajeza, es que las palabras rendición y derrota no están en el diccionario de los cubanos. Como dijera Fidel en otro histórico abril, en 2016, Cuba vencerá. 

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