Amenaza con asesinar a mujer ex “recluta”

El narcoestafador y asesino de muchachas policías, Gerardo Sánchez, aparece en esta fotografía golpeando a una mujer indefensa. ¡Qué valiente es el “comandante Roberto Palacios”!

Se revela como asesino frío el narcoestafador Gerardo Sánchez, cuando en 2013 le confía a su “recluta”, el criminal piloto de la fuerza aérea somocista, Roberto Amador, que en un comunicado firmado con su seudónimo “Roberto Palacios”, amenaza con quitarle la vida a Mayra Dávila, la mujer que expuso sus robos y mentiras ante el resto del “batallón” virtual del embustero.

La razón para mandar al otro barrio a la Dávila, según el “guerrillero de la laptop”, es porque los expuso ante el “régimen” del presidente Daniel Ortega, y sus vidas y las de sus familiares corrían peligro.

¿Qué pensarán de eso ahora los “reclutas” y donantes de Gerardo Sánchez, al conocer que fue detenido en Nicaragua con cocaína en 2015 y su integridad física no solo fue respetada, sino que fue puesto en libertad pese a que fue condenado a 15 años de prisión?

Todo era puro cuento para que le creyeran su papel de fiero “comandante” de una tropa irregular, sobre el que pendían carteles de “el más buscado”. Estuvo en las “horrendas ergástulas” de lo que llama dictadura y sigue vivo. Y de nuevo estafando, escalando la gravedad de sus delitos y buscando nuevos crédulos para vaciarles los bolsillos.

En esta plática, el narcoestafador “baboseó” al piloto asesino de la GN y de la Contra, Roberto Amador, y hasta de dio el taco de ponerle un apodo: “Adolfo Bermúdez”, y como consideró que el ex guardia somocista no le había entendido, le aclaró: “Adolfo, por Adolfo Calero, Bermúdez, por nuestro líder Enrique Bermúdez…”.

“Así es”, le contestó el criminal que tiraba bombas de 500 libras sobre la población de Managua y otras ciudades en 1979, y luego sobre el campesinado durante la guerra de la ex Contra financiada por Estados Unidos.

Luciéndose ante el piloto genocida, le hizo saber en el comunicado que entregaría a Radio Corporación, que perdonaba la vida a Iván Roca, a quien había “condenado a muerte” varias veces por presunto traidor al hablar mal del propio “Voz Solidaria” y sus robos.

Parte de la conversación entre el asesino confeso Gerardo Sánchez y el piloto genocida Roberto Amador:

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