* Tras más de 20 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad estadounidense, fue liberada y pide que la atención se centre en el bloqueo contra la isla de Cuba.
Ana Belén Montes, una estadounidense de origen puertorriqueño liberada tras permanecer más de 20 años en una cárcel de EE.UU. acusada de espionaje a favor del Gobierno cubano, pidió a su llegada a Puerto Rico que quienes deseen enfocarse en ella, dirijan su atención a «temas importantes» como la situación en esa isla y el bloqueo de Washington hacia Cuba.
«Animo a los que desean enfocarse en mí a que, en cambio, se enfoquen en temas importantes, como los serios problemas que enfrenta el pueblo puertorriqueño o el embargo económico de EE.UU. hacia Cuba», dijo en un comunicado difundido por su abogada Linda Backiel, recoge El Nuevo Día.
«¿Quién en los últimos 60 años ha preguntado al pueblo cubano si ellos quieren que EE.UU. les imponga un embargo asfixiante que los hace sufrir?», se preguntó en el texto.
Montes, de 65 años, fue excarcelada el pasado viernes, tras haber permanecido retenida en la cárcel Centro Médico Federal, en la base aeronaval Fort Worth, Texas, confirmó el Buró Federal de Prisiones. Sin embargo, la exanalista de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) deberá cumplir un régimen de libertad condicional por cinco años.
En suelo puertorriqueño
En Puerto Rico, país al que arribó tras ser escoltada por un alguacil federal estadounidense hasta un avión, manifestó sentirse «más que contenta por tocar suelo borincano de nuevo».
«Tras dos décadas bastante agotadoras y, ante la necesidad de volver a ganarme la vida, quisiera dedicarme a una existencia tranquila y privada. Por lo tanto, no participaré en ningunas actividades mediáticas», dijo en el texto difundido por su defensa.
En algunos medios la catalogan como una de las funcionarias estadounidenses de más alto rango que se haya demostrado que espió para el Gobierno cubano, por lo que la llaman ‘la reina de Cuba’; otros la definen como una «mujer inquebrantable» y «presa de conciencia». Sin embargo, surge la pregunta sobre las razones para su encarcelamiento en condiciones de aislamiento y la justificación que hizo de su actuación ante sus acusadores.
¿Quién es Ana Belén Montes?
Montes nació en 1957 en una base militar estadounidense situada en Nuremberg, en la Alemania Occidental (RFA). Su padre, de nacionalidad puertorriqueña, trabajaba allí como médico.
Posteriormente, su familia se trasladó a EE.UU., donde Montes llevó a cabo su formación secundaria, universitaria y de estudios superiores en el área de Relaciones Internacionales.
Según el portal de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), ocupó un cargo administrativo en el Departamento de Justicia. Allí, afirma ese organismo de Inteligencia, «con frecuencia criticaba las políticas del Gobierno estadounidense contra Centroamérica». Sin embargo, no se tomaron medidas en su contra.
«Sus opiniones llamaron la atención de los ‘funcionarios’ cubanos que pensaron que ella simpatizaría con su causa. Ella se reunió con ellos. Poco después, Montes accedió a ayudar a Cuba», dice el texto.
A partir de 1985 empezó a trabajar en la DIA, un productor estratégico para el Pentágono, desde donde tuvo acceso a información clasificada que hizo llegar a Cuba.
El Departamento de Justicia sostiene que fue reclutada por la puertorriqueña Marta Rita Velázquez Hernández, quien se la habría presentado al Servicio de Inteligencia de Cuba, en 1984.
En 1992, como analista en el Pentágono, ocupó un cargo inexistente cuyo fin era el de pertenecer a la representación diplomática en La Habana para «estudiar» a los militares cubanos, según un artículo del periodista y escritor colombiano Hernando Calvo Ospina difundido por Fanal Cubano.
Tras ir escalando posiciones, se convirtió en un «miembro del súper secreto» grupo de trabajo de interagencias sobre Cuba, donde había funcionarios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, escribe Calvo Ospina.
¿Cómo era su labor?
Montes no se llevaba ningún documento del trabajo, sino que memorizaba lo que leía y, al llegar a su casa, lo escribía en su computadora portátil para posteriormente transferir la información a discos encriptados, dijo el FBI.
Luego de recibir instrucciones en código, a través de una radio de onda corta, entregaba los discos.
El arresto
La mujer fue acusada por el FBI de conspiración para entregar información de defensa nacional de EE.UU. a Cuba y fue arrestada en septiembre de 2001 «sin incidentes» en su oficina en la sede de la DIA, ubicada en la Base de la Fuerza Aérea de Bolling, en Washington, dice la agencia federal.
El FBI informó en una nota de prensa del 21 de septiembre de 2001 sobre la detención de Montes, que en ese momento tenía 44 años.
En el comunicado, el organismo de inteligencia afirma que la captura, ocurrida 10 días después del 11 de septiembre, no estaba relacionada con los ataques, pero «tuvo mucho que ver con la protección del país en un momento en que la seguridad nacional era de suma importancia».
Del mismo modo, se asegura que supuestamente Montes «pronto tendría acceso a información clasificada sobre la invasión planeada de EE.UU. a Afganistán, el mes siguiente», por lo que se procedió con el arresto.
La detenida reconoció haber revelado las identidades de cuatro oficiales de Inteligencia encubiertos estadounidenses que trabajaban en Cuba. En 2002 se declaró culpable y fue sentenciada a 25 años de prisión.
En la cárcel de máxima seguridad, donde estuvo por más de dos décadas, estuvo sujeta a un régimen extremo de aislamiento que solo permitía visitas de su padre y hermanos. Le estaba prohibido relacionarse con otras detenidas, hablar por teléfono, recibir periódicos, ver televisión y hablar sobre su salud, reveló Calvo Ospina.
«Hice lo que consideré más adecuado»
En el proceso judicial, recoge Granma, Montes tildó de «cruel e injusta» y «profundamente inamistosa» la política estadounidense hacia Cuba.
«Me involucré en la actividad que me ha traído aquí porque obedecí a mi conciencia más que obedecer a la ley», manifestó en un breve texto que leyó antes de conocer su sentencia.
«Me consideré moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político. Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba», agregó.
En su opinión, el Gobierno estadounidense «nunca» ha respetado «el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia».
«Hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia», concluyó.
Por su parte, Washington cree que la motivación de Montes «para espiar» era por «ideología pura» y reconoció que no aceptó dinero por pasar información clasificada.
Reacciones
En Puerto Rico, su prima, Miriam Montes Mock, ha estado al frente de una mesa de trabajo para difundir su caso, que llevó al Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, difundió El Nuevo Día.
Montes Mock denunció que a su familiar le practicaron en 2016 una mastectomía. Su recuperación la hizo encadenada de manos y pies y solo le pudo ser administrado paracetamol para calmar los dolores de la radioterapia.
Por su parte, Milagros Rivera, presidenta del Comité de Solidaridad con Cuba, de Puerto Rico, celebró la liberación y dijo que fue encarcelada «por su compromiso de conciencia ante la política criminal de EE.UU.», recoge Prensa Latina.
En la misma línea se manifestó el presidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) de Puerto Rico, Julio Muriente Pérez, refiere otra nota del mismo medio cubano.
«Ana Belén Montes es una heroína; una extraordinaria heroína», expresó y aseveró que «ella no traicionó al Gobierno estadounidense porque nunca le fue leal; su lealtad estuvo con la justicia y el respeto a la soberanía de los pueblos».
Del mismo modo, expresó que Montes «representa una gran victoria para nuestros pueblos en lucha y una enorme derrota para el afán hegemónico de Washington».
Fuente: RT