Berta Cáceres: Victima de la violencia hondureña

La hondureña Berta Cáceres cumplía todos los requisitos para ser víctima de la violencia en Honduras, uno de los países más inseguros del mundo. Mujer, defensora indígena, activista de los derechos humanos y ambientalista.

 

Cerca de la una de la madrugada de este jueves, unos desconocidos entraron en su casa en una colonia de la ciudad de La Esperanza, cabecera del suroccidental departamento de Intibucá, y la asesinaron. 

Citado por un medio local de la norteña ciudad de San Pedro Sula, Gustavo Cáceres, hermano de la activista, recordó que “Berta tuvo miles de amenazas. Su arma era la voz, nunca anduvo armada, la amenazaron por su lucha amplia, por la riqueza de nuestros pueblos. Era un tesoro en la lucha por los derechos de los pueblos indígenas”.

Su asesinato ha conmocionado a un país con una tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes que bajó de 68 en 2014 a 62 en 2015, según la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. El secretario hondureño de Seguridad Pública, Julián Pacheco, también lamentó los hechos e informó de que fue retenido el vigilante del residencial en el que vivía Cáceres. Pacheco alegó que aunque la activista “siempre iba resguardada” en sus desplazamientos en Intibucá, “la residencia donde perdió la vida no había sido reportada a los custodios”. Cáceres se había reunido la semana pasada con responsables de su seguridad, admitió.

El 29 de junio de 2009, la CIDH le otorgó medidas de protección porque “fuerzas militares” rondaron su casa por oponerse al golpe de Estado que depuso al entonces presidente hondureño Manuel Zelaya.

Pie de foto: Un grupo de personas carga el féretro de la dirigente indígena Berta Cáceres.

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