La infanta Cristina se declara inocente

El juez que investigó el caso de la Fundación Nóos durante cinco años halló numerosos indicios de que la hermana del monarca era cómplice y partícipe de la trama corrupta urdida por Urdangarin. Ella lo niega.

 

La infanta Cristina de España, hermana del rey Felipe VI, rechazó los cargos en su contra al declarar ante la Justicia por un resonante caso de corrupción que tiene en vilo al país y por el que podría ir a prisión por cooperar con delitos fiscales cometidos por su esposo. En una histórica comparecencia ante el tribunal de Palma de Mallorca, que la juzga por el “caso Nóos”, la infanta negó haberse beneficiado o participado de la gestión de la empresa conyugal Aizoon, que su marido, Iñaki Urdangarin, presuntamente utilizó para evadir impuestos, y con la que se benefició, junto a su ex socio Diego Torres, por un monto de al menos 6,2 millones de euros provenientes de fondos públicos. “Mi marido era el administrador de Aizoon, él tomaba las decisiones, siempre asesorado por su asesor fiscal”, afirmó Cristina de Borbón ante la corte.

“Confío en él y en su inocencia”, arremetió la infanta y aseguró luego que su marido estaba asesorado. “No hablábamos de temas fiscales, nunca me comentó cómo gestionaba ni ingresos ni gastos de Aizoon”, subrayó. Su declaración constituye un hecho sin precedentes, por ser la primera integrante de la Corona española que responde ante la Justicia, y lo hace en el marco de un caso de corrupción en el que podría ser condenada a ocho años de cárcel: es la pena que pide la acusación popular ejercida por la asociación Manos Limpias, que la acusa de haber cooperado con delitos fiscales cometidos presuntamente por su esposo en 2007 y 2008. La Fiscalía, por el contrario, defiende su sobreseimiento.

El juez que investigó el caso de la Fundación Nóos durante cinco años halló numerosos indicios de que la hermana del rey era cómplice y partícipe de la trama corrupta urdida por Urdangarin, contrariamente al criterio del Ministerio Público, lo que derivó en que finalmente la acusación quedara reducida a evasión fiscal. Si bien los procuradores no la acusaron, consideran que la hermana del monarca sí se benefició del dinero obtenido indebidamente por su marido y que éste ocultó al fisco.

Esto es así porque al menos uno de los 6,2 millones de euros de fondos públicos que Urdangarin y su ex socio Diego Torres se apropiaron con la Fundación Nóos fueron a parar a Aizoon, una empresa creada por la trama y que Cristina de Borbón y su marido comparten al 50 por ciento.

La investigación determinó que Aizoon era una “sociedad pantalla” que Urdangarin utilizó para pagar menos impuestos mediante un fraude que consistió en emplear trabajadores ficticios, cruzar facturas falsas y cargar cientos de miles de euros de gastos personales ajenos a la empresa. Existen pruebas comprometedoras para la infanta como facturas de clases de salsa, viajes –un safari familiar por Africa–, compras de vino, y gastos de peluquería y coaching pagados con las tarjetas de Aizoon.

En medio de una gran expectativa mediática en España, Cristina de Borbón se sentó en el banquillo de los acusados pero se negó a responder a las pregunta de la acusación y sólo aceptó hacerlo a su abogado, Pau Molins.

“Gracias señoría, contestaré solamente a mi letrado”, fueron las primeras palabras que dirigió al tribunal, ante el que se presentó con semblante serio y signos de cansancio. Sin embargo, primero tuvo que escuchar durante más de media hora las preguntas incisivas de la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, quien intentó demostrar que la infanta no puede alegar ignorancia respecto a los negocios de su marido y que, por el contrario, desplegó sus influencias para ayudar a Urdangarin a cometer los delitos que se le imputan.

“¿Sabía que su sociedad Aizoon se inició con 3000 euros en 2003 y hasta 2008 generó un patrimonio de un millón de euros? ¿Sabía usted que daba de alta a trabajadores ficticios? ¿Por qué su sociedad no ha repartido nunca beneficios? ¿No se interesó sobre dónde iba el dinero? ¿Por qué desgravaba gastos que no correspondían a la mercantil?”, fueron algunos de los interrogantes lanzados por la parte acusada que quedaron sin respuesta. Posteriormente, al responder a las preguntas de su abogado, la infanta Cristina, que es Licenciada en Ciencias Políticas y experta en Relaciones Internacionales, negó tajantemente tener conocimientos fiscales.

“Mi funciones en La Caixa son de directora del área internacional y son independientes de Caixa Bank”, sostuvo, en referencia a las actividades financieras de la entidad bancaria para la que trabaja. “Yo no realicé ningún trabajo en Aizoon”, afirmó. También negó haber tenido poderes en la sociedad, que explicó que fue creada para “canalizar los ingresos profesionales” de su marido. “Me lo pidió mi marido y yo acepté”, aseguró, consultada sobre su decisión de participar en el 50 por ciento de la sociedad.

¿Por qué su marido necesitaba que usted sea propietaria del 50 por ciento?, le preguntó el letrado.

“Por confianza, así me lo pidió y acepté”, insistió. “Por supuesto confío en mi marido”, dijo en otro momento del interrogatorio, reiterando la frase célebre que pronunció en su primera declaración ante la Justicia por este mismo caso, durante la instrucción. La infanta Cristina indicó que incluso se asesoró al respecto con Carlos García Revenga, su ex secretario asignado por la Casa Real. Revenga, quien estuvo procesado unos meses, formaba parte junto con ella tanto de la junta directiva de la Fundación Nóos como de Aizoon. Asimismo, negó que su presencia en Aizoon tuviese como finalidad constituir un escudo ante Hacienda, como defiende la acusación.

“Si me lo hubiesen propuesto no lo hubiese aceptado nunca. Creo que incluso hubiese sido sometida a mayor control de Hacienda. Todo lo que hacíamos estaba controlado”, remarcó la infanta, en línea con lo declarado por su esposo y Torres, respecto a que sus actividades eran supervisadas por la Casa Real. Sobre las actividades de Aizoon, Cristina de Borbón afirmó que desconocía si la empresa tenía trabajadores, pese a que funcionaba en su misma casa, en el Palacio de Pedralbes de Barcelona.

“Nunca he sabido cuáles son los ingresos y gastos de Aizoon”, afirmó. También negó haber cargado gastos personales a la sociedad utilizando la tarjeta de crédito visa de empresa que estaba a su nombre.

“Mi marido lo explicó. Se la ofrecieron y aceptó pero la custodiaba él. No recuerdo haber utilizado esa tarjeta ni haber hecho pagos”, dijo. “Yo no pagué los viajes, todo lo gestionó mi marido, era él el que se encargaba de los gastos familiares. No sabía que lo pagaba Aizoon”, zanjó la hermana del rey, quien ha sido la última de los imputados en declarar en este juicio que continuará el 8 de marzo con la etapa pericial y cuyo final se espera para junio.

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