Congreso USA aplazado en 2023

Prensa Latina

Apenas hoy con un índice de aprobación de 15 por ciento, el 119 Congreso de Estados Unidos (2023-2025) terminará su primer año sin grandes logros legislativos, y sumergido en divisiones y escándalos.

Gran parte de la negatividad en torno al Congreso está directamente relacionada con el hecho de que los republicanos han aprobado sólo 22 proyectos de ley en esta sesión, de los cuales uno fue una moneda conmemorativa y dos que cambiaron el nombre de centros médicos, dijo el diario The Hill.

También este Legislativo fue el primero en expulsar a un miembro por mentir y comportarse de manera vergonzosa.

Un informe del Comité de Ética de la Cámara de Representantes encontró que George Santos (republicano por Nueva York), sometido a una investigación federal, utilizó fondos de campaña para cuestiones personales como tratamientos de belleza, comprar ropas y pagar el acceso al sitio web pornográfico Onlyfans.

Santos fue imputado penalmente de 23 cargos, aunque de todos se declaró inocente, y su expulsión del legislativo ocurrió después de varios meses de la presentación de la primera acusación y luego del pedido casi generalizado para que dimitiera, a lo que se negó.

La actual Cámara Baja tiene récord por censurar a más miembros de sus miembros que cualquier otro congreso desde 1870, lo que planteó dudas sobre si esta forma históricamente rara de castigo se está convirtiendo en un arma en la cámara baja, comentaron algunas reseñas de prensa.

Este año fueron reprendidos los representantes demócratas Jamaal Bowman, Adam Schiff y Rashida Tlaib.

El efecto práctico de estas censuras es nulo. Pero el tiempo perdido que podría haberse utilizado en cuestiones graves es enorme, dijo el diario Washington Examiner.

Además, el Senado fue escenario del escándalo de uno sus más influyentes miembros: Bob Menéndez, acusado de corrupción al aceptar sobornos de algunas bicocas, lingotes de oro, auto de lujo y miles de dólares.

Menéndez -imputado junto a su esposa- tuvo que dejar la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta y su futuro político es incierto.

Pero el mayor reflejo de un Congreso en caos fue el colapso republicano cuando derrocaron al presidente de la Cámara Baja Kevin McCarthy el pasado 3 de octubre.

Estos repetidos episodios de autosabotaje republicano llevaron a la representante Marjorie Taylor Greene a escribir en X que sus colegas republicanos corren el riesgo de destruir una de las grandes instituciones de la democracia: la Cámara de Representantes de Estados Unidos, señaló The Hill.

“Puedo asegurarles que los votantes republicanos no nos dieron la mayoría para estrellar el barco”, concluyó Greene al advertir: «Ojalá nadie muera».

De acuerdo con los conteos no están muriendo, pero sí varios republicanos y demócratas decidieron marcharse. Hasta el momento más de 35 congresistas, uno de ellos McCarthy, anunciaron la jubilación.

Mientras tanto, la Cámara de Representantes intenta impugnar sin pruebas al presidente Joe Biden, lo que evidencia, junto al resto de los problemas en el Capitolio, el evidente control que mantiene el expresidente Donald Trump sobre el Partido Republicano.

Citó el periódico que la excongresista Liz Cheney alertó en su nuevo libro acerca del dominio de Trump sobre los asustados legisladores republicanos, lo que pondrá fin al equilibrio de poder entre el Congreso y la presidencia si el magnate gana en 2024 y regresa a la Casa Blanca.

Una reciente encuesta arrojó que Trump aventaja a Biden en siete estados indecisos (Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Georgia, Nevada, Carolina del Norte y Michigan), que podrían decidir la contienda del venidero noviembre.

Por supuesto eso es en el hipotético escenario de que Trump logre la nominación de su partido, algo que, al parecer, no le costará mucho trabajo, porque es el favorito, pese a sus 91 cargos penales entre estatales y federales y sus cuatro juicios pendientes.

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