Jeremy Cerna
Después de haber caído el telón del intento de golpe de estado en Nicaragua, los actores circenses del horror quedaron al descubierto, al igual que su libreto golpista. Este artículo está seccionado en cinco actos, en concordancia con el manual de golpes de estados suave o revoluciones de colores de Gene Sharp (Politólogo norteamericano de ultraderecha). En cada uno explico cómo se ejecutó la obra, sus actores y la respuesta del gobierno de Nicaragua.
Primer acto: El malestar en la sociedad a través de “acciones no violentas”.
Mucho se ha dicho que los problemas en Nicaragua iniciaron el 18 de abril con las protestas en contra de la reforma de la seguridad social, lo cual es totalmente falso. Los primeros síntomas del intento de golpe de estado se dieron con el incendio de la Reserva de Biosfera Indio Maíz a inicios de abril (3 de abril), un grupo de estudiantes, previamente organizados, de las universidades privadas o subvencionadas como la UCA y la UPOLI, iniciaron una campaña en las redes sociales con eco en los medios de comunicación de la élite económica con el propósito de crear descontento en la población (entre 8 – 12 de abril).
Argumentaban que el gobierno había reaccionado tarde en el control del incendio y por lo tanto era negligente y no debía seguir gobernando el país. Por su parte, el gobierno de Nicaragua para controlar el incendio había dispuesto desde el inicio 1500 soldados del ejército, cientos de miembros del cuerpo de bomberos unificados y del apoyo aéreo de México, Honduras y El Salvador. El incendio se controla el 13 de abril.
El 18 de abril se usó como excusa para dar inicio al intento de golpe de estado, la reforma al seguro social. A partir de ese momento, un grupo violento, bien organizado, abanderó la lucha por la derogación de la reforma al seguro social y comenzó la campaña de desinformación por las redes sociales, se hablaba de una masacre estudiantil en Managua, la cual nunca existió.
Sin embargo, la campaña anunciando el circo del horror que se aproximaba surtió efecto. Entre el 18 al 22 de abril no hubo ningún estudiante universitario muerto en Managua. Las muertes de los estudiantes se produjeron en León (Cristian Cadenas, 20 de abril, quemado por grupos de derecha “autoconvocados” dentro de las instalaciones CUUN), en Estelí (Orlando Pérez y Franco Valdivia, ambos murieron el 20 de abril) y en Masaya (Álvaro Gómez, 20 de abril).
El 22 de abril el presidente Daniel Ortega informa de la derogación de la reforma a la seguridad social y el 23 de abril se publica. No obstante, el primer paso del intento de golpe de estado ya había sido ejecutado: impulsar, en la medida de lo posible, acciones no violentas, a fin de generar y promocionar un clima de malestar en la sociedad.
Segundo acto: Acusemos al gobierno de todo cuanto pasa…
El mismo domingo 22 de abril el presidente Daniel Ortega llamó al diálogo. La respuesta de los adversarios al gobierno del FSLN no se hizo esperar y comenzaron a condicionar el diálogo. La principal condición fue que toda la policía se mantuviera en sus estaciones sin prestar servicio a la comunidad. La iglesia católica, por su parte, acepta ser mediadora y testigo del diálogo, el gobierno agradece este gesto el 24 de abril.
Mientras tanto, el plan por derrocar al gobierno seguía su marcha. Ahora al gobierno se le acusaba de faltar a la libertad de expresión por haber sacado del aire la señal privada de cable de 100% Noticias, Canal 12, Canal 23 y Canal 51. Desde estos canales se llamaba a la violencia contra las instituciones del Estado, contra la población en general, personas afines al gobierno, medios de comunicación afines al gobierno y casas del partido FSLN.
Estos canales estuvieron fuera del aire un par de días, pero antes del 18 de abril ya habían preparado sus servidores ante cualquier eventualidad y siguieron transmitiendo por las redes sociales 24 horas al día. Su rol fundamental es el de elaborar y difundir las noticias bajo un esquema teatral, dando veracidad a todo lo que los adversarios al gobierno dicen, deslegitimando la información presentada por las autoridades competentes.
Y para erigirse como dueños de la verdad, estos medios se amparan en las pseudo organizaciones defensoras de los derechos humanos (ONG financiados por el imperialismo norteamericano y europeo), que solamente toman nota de lo dicho por los medios de comunicación adversos al gobierno y los terroristas agrupados en el “Movimiento estudiantil 19 de abril”.
A su vez, las organizaciones internacionales como la CIDH toma apuntes directos de estos ONG, dejando a un lado el rol investigativo en su búsqueda de la verdad. Prueba de ello es el informe preliminar y final de la CIDH, que no muestra ninguna variación, a pesar de las denuncias de la población en contra de los tranques de la muerte construidos por los terroristas y las continuas denuncias de violaciones a los derechos humanos de la población en contra de la “Alianza Cívica”. Montado todo el escenario y los actores, ahora se acusa al gobierno de dictador, totalitario con el fin de deslegitimar el poder del gobierno y erigirse como dueños de la verdad.
Contrario a lo que estas organizaciones dicen y hacen, el gobierno anunció, a través de la Asamblea Nacional, la conformación de una Comisión de la Verdad el 27 de abril, instaurada el 6 de mayo con el objetivo de conocer, analizar y esclarecer la verdad de los sucesos acontecidos en Nicaragua.
Con lo antes descrito, queda consumado el segundo paso del intento de golpe de estado: desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.
Tercer acto: Abanderemos las luchas sociales.
Desde el retorno al poder del FSLN (2007), a través de elecciones, los mal llamados grupos de la sociedad civil (ONG ligados a la extrema derecha norteamericana, que reciben financiamiento de USAID, NED y organismos europeos) han iniciado una campaña de desprestigio sistemático en contra del gobierno revolucionario de Nicaragua.
Para ello se han valido de sus aliados políticos del Movimiento Renovador Sandinista (fracción política adulterada del verdadero sandinismo). Una de las estrategias utilizadas para difamar al gobierno sandinista es el secuestro del concepto de intelectualidad, es decir, solo los que ellos y los medios de comunicación de la derecha reconocen como intelectuales deben ser reconocidos como tales, olvidándose de la intelectualidad y sabiduría popular.
Al poseer estos señores oligarcas y vende patria el monopolio de los medios de comunicación a través de sus operadores políticos – “intelectuales” (escritores, cantautores, columnistas, periodistas) hacen denuncias constantes en pro de aparentes reivindicaciones sociales. A lo largo de estos once años de gobierno sandinista los hemos (MRS, ONG, etc.) visto mutar entre lucha y lucha, todas sin sentido, con el único propósito de deslegitimizar el actuar del gobierno nicaragüense.
El 18 de abril su mezquindad los llevó a tergiversar la reforma al INSS para autonombrarse defensores de las reivindicaciones políticas – sociales y poner en marcha su plan violento y desestabilizador. A estas alturas ya todos hemos visto las caras detrás del escenario. Este tercer paso tiene que ver con la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales, con el propósito de generar adeptos a su causa golpista.
Cuarto acto: La guerra híbrida…
Normalmente las revoluciones de colores (golpes de estado modernos) concentran su potencial en los medios de comunicación a través de la guerra psicológica, a esto le suman la presión en las calles y en menor medida las acciones armadas.
En el caso de Nicaragua el terrorismo psicológico inició desde el 2007, generando imágenes a través de los medios, llamando al presidente dictador, hablando de represión donde no la había, dando por patriotas a delincuentes armados en las montañas, etc. Pero la escalada terrorista de los medios empujó con más fuerza a partir del 18 de abril, informando de masacres inexistentes, omitiendo deliberadamente los actos delictivos de los terroristas.
Fue el 16 de mayo, en la instauración del diálogo nacional convocado por el presidente Ortega, en donde la “Alianza de los golpistas” estableció dos premisas que han dejado secuelas en Nicaragua y que solamente ellos son responsables de lo acontecido después.
1 – El gobierno llamó constantemente a salvaguardar la paz y la tranquilidad para no ahuyentar la inversión, mantener el crecimiento económico y el empleo de las familias. “La alianza golpista” responde tajantemente que la economía no tiene importancia y por implicatura la paz, tranquilidad y el empleo tampoco.
2 – El gobierno de Nicaragua denunció que grupos paramilitares acuerpados en la UPOLI, salen a aterrorizar a la población civil. Ni a la iglesia ni a “la alianza golpista” les importó, ambos insistieron en el acuartelamiento de la policía.
Con el acuartelamiento de la policía, de forma coordinada y bien organizada, los grupos terroristas tomaron posiciones en distintos puntos del país, levantaron tranques y desde ellos comandaban acciones armadas contra objetivos estratégicos (instituciones del estado, estaciones de policía, etc.).
Para incrementar el terror, estos grupos, coordinados por miembros activos de “la alianza golpista” y algunos sacerdotes de la iglesia católica, efectuaban quemas de edificios públicos, destrucción del ornato de la ciudad, y lo más connotado fue la quema de personas por ser sandinistas o por ser miembros de la Policía Nacional. Sumado a esto, las torturas, violaciones, asesinatos, todo del conocimiento de los medios de comunicación. También conocieron de estos casos los organismos de derechos humanos (CENIDH, CIDH, ANPDH, CPDH, ACNUDH), pero todos ellos hicieron caso omiso, avalando el “pacifismo” de los terroristas – golpistas.
Uno de los casos más relevantes de la complicidad de estos organismos, es la manipulación de la cantidad de muertos, cifrándola en más de 300. Pero basan sus aseveraciones sobre denuncias escritas en los medios opositores al gobierno, no se menciona la metodología utilizada para verificar las muertes (croquis, autopsias, dictámenes forenses, etc.). Para generar la idea de ingobernabilidad en Nicaragua estas organizaciones agregaron a las muertes comunes 253 o algo más o menos, según la fantasía de estos organismos, a las muertes realmente generadas por los golpistas 199 (establecida y verificada por el gobierno a través de las diferentes técnicas investigativas).
La tal masacre estudiantil nunca existió, sin embargo, este es uno de los mitos que siguen explotando grupos como #SOSNicaragua y algunas contrapartes en países europeos y USA para estafar personas y pedir apoyo monetario y logístico para su lucha (golpismo). Los terroristas, también, son los que venden una falsa imagen del país en el exterior.
Por consiguiente, tenemos terroristas ejecutores en suelo nicaragüense y terroristas extraterritoriales estafando en el exterior.
Estos datos son pruebas fehacientes de la guerra híbrida perpetrada por el imperialismo y sus secuaces nicaragüenses, guerra que combinó lo psicológico y el terrorismo armado.
En este cuarto paso los golpistas – terroristas intentaron generar un clima de ingobernabilidad a través de sus actos, amparados en campañas continuas de desinformación. Faltaba poner en práctica en último paso del intento de golpe de estado.
Quinto acto: Que renuncie el presidente.
Muchos de los primeros cuatro actos de este circo se dieron por separados o conjuntamente para generar la mayor cantidad de muertes y caos en Nicaragua. Recordemos que la “Alianza Cívica” promovía las manifestaciones para en ellas generar noticias y enviar a sus terroristas a ejecutar personas y actos delictivos, crimen organizado y terrorismo en su máxima expresión.
Luego, todos sus operadores políticos – terroristas incendiaban la opinión pública desde sus diferentes posiciones de tiro (iglesias, calles, medios de comunicación, redes sociales, entrevistas internacionales, informes de ONG, organismos internacionales de derechos humanos que acuerpan a los golpistas – terroristas, etc.). Según el golpismo nacional e internacional, la mesa estaba servida, era hora de gritar: “Que renuncie el presidente”.
El propio día de la instauración del diálogo nacional, llamado por el gobierno, los peleles del imperialismo iniciaron sus sórdidas alocuciones acusando al gobierno de todo cuanto había pasado. Cada uno tomó su turno e hizo su monólogo y ejecutó su parte del circo del horror. No bastaba hablar, tenían que gritar y patalear, leer listas ficticias, todo esto era transmitido por televisión e internet, un circo en todo su esplendor.
El gobierno de Nicaragua se hizo presente y exhibió de forma responsable y coherente la coyuntura del país, tanto el Comandante Daniel Ortega, como la Compañera Rosario Murillo, en sus palabras llamaban a la paz y la estabilidad del país.
En la mesa del diálogo “La Alianza Cívica” (golpistas) siguió poniendo en la tarima del circo su guion, elaborado en los círculos de Miami. También ellos desde el diálogo se perfilaban como salvadores de Nicaragua y pedían en cada oportunidad la renuncia del presidente. La ejecución del quinto paso para realizar el golpe de estado, queda totalmente en evidencia: forzar la renuncia del presidente de turno mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle.
Y ahora…
Después de haber examinado los cinco pasos del intento de golpe de estado en Nicaragua, se hace necesario aclarar en la actualidad, ¿A quién va dirigido el circo del horror de los golpistas – terroristas?
En Nicaragua todos estamos claros de lo ocurrido, por tanto, el público de este circo no es el nicaragüense, sino es la derecha internacional, los pseudo izquierdistas europeos y latinoamericanos que nunca han vivido en la pobreza y por tanto nunca han logrado identificarse con las clases sociales marginadas, y mucho menos entender los programas sociales del gobierno revolucionario que han sacado de la pobreza a miles de familias, sin distingos políticos.
Este grupo de la izquierda de papel (izquierda no vivencial, pequeños burgueses) es de los mayores adeptos a este circo del horror y lo reproduce constantemente, dando espacios para que los terroristas nacionales den conferencias de prensa y diserten sobre sus fantasías macabras en diferentes partes del mundo.
Estos pseudo izquierdistas son los que no creen en la influencia del capitalismo salvaje, ni mucho menos en la vigencia del imperialismo. Por tanto, para ellos la lucha de clase no existe. Y entonces ellos (izquierdistas de papel) ven normal que en Nicaragua los ricos intenten, a través de un golpe de estado y terrorismo, quitarle el derecho de gobernar a los empobrecidos. Lo único que les interesa a ellos es tener la oportunidad de fundar sus flamantes ONG a costa de todos nuestros muertos.
Ahora la normalidad está regresando a Nicaragua a pasos agigantados, siendo innegable los daños que los golpistas – terroristas hicieron a nuestra patria. Pero es el corazón de un pueblo que ama y se deconstruye para volverse a construir (virtud del proceso revolucionario) el que demostró que en Nicaragua ¡Aquí no se rinde nadie!
Seguimos fortaleciéndonos en nuestras bases, dialogando entre nosotros para encontrar las rutas del buen vivir. Y sobre todo, seguimos confiando en el liderazgo indiscutible del Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo. La taquilla del circo del horror en Nicaragua está cerrada para siempre.