
Shahrokh Saei | Tehran Times
* El ataque israelí en Beirut expone el alto el fuego como una tapadera para una masacre, y el asesinato de Tabtabai, alto comandante militar de Hezbolá, aumentan los temores de una guerra más amplia.
Teherán – Casi un año después de que Israel y el Líbano acordaran un alto el fuego, y apenas semanas después de una tregua con Hamas en Gaza, la situación sobre el terreno muestra que ninguno de los acuerdos ha traído una calma duradera.
En Líbano y Gaza, la población civil sigue enfrentándose a la amenaza de ataques aéreos, asesinatos y desplazamientos. Muchos observadores creen que Israel, con el decidido apoyo de Estados Unidos, ha utilizado estos ceses del fuego como herramientas políticas para gestionar el escrutinio internacional, mientras continúa sus operaciones militares prácticamente sin trabas.
El domingo por la tarde, un ataque aéreo israelí tuvo como objetivo un apartamento residencial en el suburbio de Dahiyeh, al sur de Beirut, y mató a varias personas, incluido el alto comandante militar de Hezbolá, Haytham Ali Tabtabai.
Las autoridades libanesas condenaron el ataque como una grave violación del alto el fuego de noviembre de 2024. Israel también ha continuado con operaciones selectivas, ataques aéreos y patrullajes militares en Gaza a pesar del alto el fuego del 10 de octubre de 2025. Los analistas argumentan que estos ceses al fuego sirven principalmente como cobertura diplomática, permitiendo a Israel proyectar una imagen de moderación al tiempo que mantiene la libertad operativa.
Perspectivas estratégicas
Mohammad Bayat, experto en relaciones internacionales, declaró al Tehran Times que los ataques militares preventivos podrían impedir que Israel ataque al Líbano. Argumenta que dichas acciones deberían guiarse por la estrategia de la «unidad en el campo de batalla».
Bayat cree que los ataques a los centros vitales de Israel, junto con las perturbaciones en la seguridad energética regional resultantes del conflicto, podrían llevar a la Casa Blanca a concluir que prolongar la crisis antes de las elecciones intermedias de Estados Unidos dañaría al Partido Republicano y el futuro político del vicepresidente JD Vance.
Respaldo estratégico de EE.UU.
A pesar de las promesas del presidente Donald Trump de poner fin a las “guerras interminables”, Estados Unidos ha proporcionado a Israel armas avanzadas, intercambio de inteligencia y protección política en las Naciones Unidas.
Este respaldo ha permitido a Israel operar simultáneamente en Líbano, Gaza y Siria, protegiendo sus acciones militares de una rendición de cuentas significativa. Los críticos sostienen que esta alineación entre Estados Unidos e Israel ha institucionalizado la impunidad y agravado la crisis humanitaria en la región.
El coste humano en el Líbano
El Líbano ha sufrido consecuencias catastróficas desde que el conflicto se reanudó el 8 de octubre de 2023, un día después de que Israel lanzara su guerra contra Gaza. Los ataques israelíes han causado la muerte de aproximadamente 4.000 personas y el desplazamiento de más de 1,2 millones.
El sur del Líbano ha sufrido una extensa destrucción de viviendas, tierras de cultivo e infraestructuras esenciales. Incluso después del alto el fuego del 27 de noviembre de 2024, los ataques continuaron. Un reciente ataque israelí contra un campo de refugiados palestinos en el Líbano causó la muerte de más de una docena de civiles. Las autoridades libanesas estiman que hasta 300 personas han muerto debido a las violaciones del alto el fuego por parte de Israel, con alrededor de 400 infracciones registradas.
Amenazas de destrucción al estilo de Gaza
Las autoridades israelíes han advertido repetidamente sobre una destrucción similar a la de Gaza en el Líbano. Para los ciudadanos libaneses, esta es una amenaza aterradora: Gaza ha sufrido una de las campañas militares más mortíferas y destructivas de la historia reciente, con barrios enteros arrasados y decenas de miles de muertos.
Esta retórica demuestra la voluntad de Israel de utilizar una fuerza abrumadora y subraya que los ceses del fuego no han limitado sus ambiciones operativas.
Asesinatos selectivos
El asesinato de Tabtabai es una continuación de la campaña de Israel para eliminar a figuras importantes de Hezbolá, incluido Sayyed Hassan Nasrallah, su lugarteniente, y comandantes como Foad Shukr.
Si bien estos asesinatos pueden haber perturbado la estructura de mando de Hezbolá, no han logrado eliminar el movimiento ni socavar su popularidad. Los analistas señalan que estos ataques refuerzan la percepción de que la estrategia de Israel busca desestabilizar el Líbano en lugar de negociar la paz.
Expansión de operaciones en Siria
Las tácticas de Israel en el Líbano se reflejan en su creciente presencia militar en Siria. Desde la caída del gobierno de Bashar al-Asad en diciembre pasado, los ataques aéreos e incursiones terrestres israelíes han buscado asegurar corredores estratégicos y debilitar a las fuerzas de resistencia.
Estados Unidos ha permanecido en gran medida en silencio a pesar de sus estrechos vínculos con nuevas figuras políticas en Siria, lo que indica una aprobación tácita. Esta alineación refuerza la percepción de que la política estadounidense prioriza los objetivos estratégicos israelíes sobre la estabilidad regional y la protección de la población civil.
Riesgo de escalada regional
Asia Occidental se encuentra actualmente en una situación precaria. Las operaciones israelíes en Líbano, Gaza y Siria, combinadas con el respaldo estadounidense y las amenazas de una destrucción similar a la de Gaza, corren el riesgo de desencadenar una confrontación más amplia.
Los analistas advierten que la continua escalada y las reiteradas violaciones del alto el fuego, podrían desencadenar un conflicto con consecuencias que se extenderían mucho más allá de los escenarios de guerra inmediatos, desestabilizando a toda la región y afectando a los propios Israel y Estados Unidos.
El asesinato de Tabtabai por parte de Israel pudo haber destituido a un comandante clave de Hezbolá, pero la historia y la solidez organizativa del grupo sugieren que la medida podría fortalecer al movimiento en lugar de debilitarlo. Este tipo de ataques a menudo galvaniza la cohesión interna, refuerza la legitimidad política y acelera estrategias de adaptación que dificultan la confrontación con Hezbolá.
Lejos de paralizar al grupo, estas operaciones tienden a agudizar su determinación, mostrando que las tácticas de decapitación pueden ser contraproducentes cuando se enfrentan a redes profundamente arraigadas y al apoyo popular.