La desvergüenza imperial

 * “Lo cómico de esta burda treta, es que a Nicaragua de manera grosera le exigen elecciones justas, como si el Comandante Daniel Ortega fuese producto de trampas electorales, como lo fue George W. Bush, cuando le arrebató el triunfo a Al Gor, quien valga decir, en las primeras de cambio pataleó, pero luego inusitadamente calló para siempre. Sabrá Dios a qué precio entregó su victoria”.

 

 

Sin lugar a duda, el señor Barack Hussein Obama está desesperado por concluir su tarea de recolonizador «del patio trasero de Estados Unidos de Norteamérica» y por eso recurre a toda suerte de tretas contra la República Bolivariana de Venezuela y sus amigos en el hemisferio.

Ya está por concluir su período como «presidente» de la primera potencia militar y económica del mundo y no quiere despedirse de la Casa Blanca, sin antes ejecutar la tarea que le encomendó la oligarquía y ultraderecha norteamericana y las transnacionales, cuando lo designan como relacionista público del Complejo Industrial Militar y Comunicacional (Léase Pentágono), que es el brazo de las multinacionales para ejecutar la acción de gobierno, en un país con el mayor analfabetismo político en su población que a través de la historia jamás ha elegido a un presidente, puesto que allí el proceso electoral es la más grotesca caricatura en el mundo entero.

El proceso se divide en 50 comicios, donde a su vez son electos unos 558 súper electores, que son los que en definitiva deciden quién será el próximo arlequín de las transnacionales que despachará desde la Casa Blanca, símbolo del poder imperial universal, que no cesa en su proyecto de convertirse en el gendarme del mundo, que deba meter en cintura al resto de la humanidad con la dictadura financiera global, apoyada por la bota militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que a partir de la última década del Siglo XX, se convirtió en el sicario, que hace el trabajo sucio, para que el ejército norteamericano no continúe rayándose con las matanzas a domicilio que lo caracterizan desde su nacimiento y que generó la repulsa y el sentimiento anti norteamericano mundial.

De hecho, historiadores sostienen que el remoquete de «Gringo», se originó en México, la primera víctima de arrase y saqueo, durante la invasión para robar al país azteca la mitad de su territorio, con la mayor riqueza petrolera. Los mexicanos al ver a los soldados norteamericanos vestidos de verde, en su territorio le gritaban: «Green Go». Lo cierto es que con la OTAN los gringos se lavan la ensangrentada cara y la humanidad comenzó a ver otro verdugo multinacional.

El señor Obama, no solo renovó el decreto que declara a Venezuela, como una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad y política exterior de EE UU, sino que a través de sus agentes en el congreso norteamericano impulsa una ley para consolidar el bloqueo económico contra nuestro país, igual que el que mantiene contra la heroica hermana república de Cuba.

Al unísono también va la ley contra Nicaragua denominada: Ley de condicionalidad de la inversión en Nicaragua», propuesta por míster Jeff Duncan, presidente del Sub-Comité del Hemisferio Occidental de la Cámara Baja del congreso, mientras que contra Venezuela lo hace la senadora demócrata Debbie Waserman Schultz.

No hay duda, que junto a las maniobras contra la presidenta Dilma Rousseff en Brasil, contra Evo en Bolivia, Correa en Ecuador y Cristina Kirschner en Argentina, se trata de un huracán contra el ALBA, CELAC, UNASUR, Petrocaribe y todo lo que huela a unidad y liberación en Suramérica y el Caribe.

Lo cómico de esta burda treta, es que a Nicaragua de manera grosera le exigen elecciones justas, como si el Comandante Daniel Ortega fuese producto de trampas electorales, como lo fue George W. Bush, cuando le arrebató el triunfo a Al Gor, quien valga decir, en las primera de cambio pataleó, pero luego inusitadamente calló para siempre. Sabrá Dios a qué precio entregó su victoria. Algunos osados, dicen que lo hizo para salvar su vida y la de su familia. Y precisamente el país reclamante es el que tiene el sistema electoral más perverso y caricaturesco del orbe.

En cuanto a Venezuela le exige la libertad de los «presos políticos» y especialmente de Leopoldo López. Bien sabe el señor Obama, que aquí no hay presos políticos, aquí tenemos políticos criminales, terroristas, que han sido juzgados por la justicia venezolana en virtud de sus horrendos crímenes y condenados a penas mínimas, porque ni siquiera a la máxima de 30 años.

Si fuese en USA, ese «paraíso de la democracia y los DD HH, a estos señores que defiende el premio «Nobel de la Paz», les habrían aplicado una inyección letal y a los que que por alguna razón hubiesen salido, como decimos por acá «caballo blanco» tendrían como mínimo diez cadenas perpetuas cada uno, porque son peligrosos criminales sin escrúpulos.

Pero míster Obama, «Nobel de la Paz», mantiene tras rejas en condiciones infrahumanas al independentista Puertorriqueño Oscar López Rivera, de 73 años de edad, de los cuales lleva 35, en una prisión imperial, por el solo hecho de pedir la independencia para su querida Borinquen, criminalmente ocupara por Estados Unidos de Norteamérica, contraviniendo todos los tratados internacionales y los mandatos de descolonización de las Naciones Unidas.

Oscar López Rivera, héroe de la guerra contra Vietnam donde luchó con el ejército norteamericano, se ha convertido en el «Mandela Latinoamericano», por el martirio a que lo ha sometido un inmoral sistema como el norteamericano y el cual se atreve a pretender dictar normas de democracia y derechos humanos a los demás paises en el mundo. Igual que lo hace con el narcotráfico, siendo el país con el mayor consumo y con la mayor red de comercialización de estupefacientes sobre la faz de la tierra. De hecho las genocidas guerras y el narcotráfico, son el sostén de su economía.

Cuando leemos informaciones como la que dio origen a este artículo, no podemos menos que pensar en la desvergüenza imperial.

 

 

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