Las “sicarias habladas” de la oposición

El odio visceral a todo lo que represente el sandinismo y el evidente fracaso que significó la escaramuza que intentó hacer la derecha del país manipulando personas, llevó a los organizadores de la “marcha anticanal” a proferir una serie de improperios y calificativos -cuyos significados está claro que desconocen-, en contra del Gobierno y específicamente de la Policía Nacional.

 

Tal es el caso de Azahálea Solís, dirigente de un grupito de señoras que se hace llamar Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) y que expresó a un medio de comunicación conocido por su odio al sandinismo, que “los efectivos de la Policía Nacional habían actuado como sicarios del régimen de Daniel Ortega”.

Para información de doña Azahálea, el diccionario define como “sicario” a la persona que alguien particularmente contrata para que asesine a otra (s) específicamente indicada(s). La pregunta es a quién(es) específicamente mandó a matar el presidente Ortega y dónde está(n) él o los supuestos cuerpos de esa(s) persona(s) asesinada(s).

Interpretación mal intencionada

De acuerdo a las declaraciones y el locuaz conocimiento de la señora Solís, el término “sicario” se refiere al hecho de que la Policía Nacional actuó como “cuerpo de seguridad” de un rico”. No hace falta más comentario ante este concepto tan pueril como decepcionante, viniendo de una persona que dice ser líder de un movimiento social, específicamente de mujeres.

Lo más infame, más allá del mal empleo del vocabulario de parte de esta pseudodirigente, es que el soez calificativo equívocamente utilizado por Solís se hace a una Policía Nacional que como una institución que presta servicios a todos los nicaragüense, ha puesto los muertos últimamente en diversos escenarios de violencia, algunos de ellos incitados por la derecha del país.

La verdad sea dicha y lo cierto es que para eso le pagan su salario desde el exterior a la co-cabecilla del MAM, por eso es que dentro de su impotencia ante un nuevo fracaso político de la derecha en contra del Gobierno, que al final nada tenía que ver con el proyecto del canal, recurrió a viles ofensas –mal empleadas, pero ofensas al fin- con el objeto de mitigar su rabieta.

Doña Vilma echa sus paladas

Otras que declaraciones que llamaron la atención fueron doña Vilma Núñez, del CENIDH, quien al hacer una lectura de la “marcha” convocada por la derecha, hizo recordar el dicho “pierde la gana”, usado en juegos infantiles, ya que a pesar de la frustración que se llevaron con su actividad, dijo que “al final fue un éxito”, puesto que la “represión” hizo subir los ánimos.

Punto de vista muy peligroso para quienes se dejan manipular por este tipo de “dirigentes”, dado que partiendo de esa conclusión, a doña Vilma le hubiera encantado, al igual que a los demás provocadores que organizaron la llamada marcha, que la Policía Nacional hubiera realmente reprimido a quienes ellos mismos sacaron de sus casas con el engaño de ir a protestar contra el Canal.

En tanto, otros “dirigentes” exacerbaban los ánimos de aquellas personas que los acompañaban diciéndoles que “estaban dando una lección de dignidad y de patriotismo”, que la “marcha sería todo un éxito”, entre otras expresiones con que los arengaban para usarlos como punta de lanza y enfrentarlos contra la Policía, mientras ellos “miraban los toros de largo”.  

Las ex del FSLN

A estas marchas frustradas se sumaron, como dirigentes por supuesto, Dora María Téllez y Mónica Baltodano, la primera expresidenta del MRS (aunque es el poder tras el trono), y la segunda, que nunca ha militado en ese movimiento, pero que fue una de sus más grandes detractoras, aunque inexplicablemente fue diputada por esa agrupación del 2007 al 2011. Ambas se salieron de las filas del FSLN tras la derrota electoral de 1990.

Baltodano, desde su cómoda silla de oficina que le servía de “puesto de mando”, se entretenía creando recuentos de los presuntos “obstáculos” y las “amenazas” que de parte de la Policía eran objeto los vehículos y aquellas personas que se aprestaban a movilizarse hacia Managua, centrando su propósito en manipular la ira que pudieran sentir los que estaban próximos a la capital, y dirigirla contra la Policía Nacional.  

La intenciones de Baltodano no se limitaron a manipular únicamente a los “marchistas”, sino que estaban dirigidas también a los agentes de la Policía Nacional, a quien de forma  irrespetuosa los comparó con la genocida Guardia Nacional al hacerles un llamado a que “si hubo miembros de la GN que se rebelaron al dictador Somoza, esperaba en ellos hubiera moral y ética para desertar de sus filas”, a como ella hizo en el FSLN.

Téllez igual que Solís

Por su parte, Dora María Téllez coincidía con la “oradora” del MAM, Azahálea Solís, y compartió el término de “sicarios” utilizado por ésta, al manifestar que la “Policía Nacional actuó como agente del orteguismo”, cayendo ella también en el insulto de compararla con la GN, al tiempo que la calificó de “corrupta”, así como de “delincuente”, corroborando “recuentos” que a nadie les constaban, solo a Mónica Baltodano.

Lo anterior deja claro que las señoronas que dirigen a la oposición en Nicaragua: Azahálea Solís, Vilma Núñez, Dora María Téllez, Mónica Baltodano, Violeta Granera y otras, manejan el mismo discurso, es decir, son una suerte de “sicarias habladas” que intentan matar con sus mentiras.

 

 

  

      

 

        

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