Richard Kohn | Amigos de América Latina
El artículo de Eric Alterman en The Nation, el 28 de septiembre de 2021, nos decía retóricamente: «por qué los medios ya no se preocupan por Nicaragua». The Nation se está convirtiendo en nada más que propaganda convencional en lo que respecta a la política exterior de Estados Unidos.
Los gobiernos neoliberales que permiten que su gente muera de hambre mientras envían sus recursos al norte por una miseria, son «libres» y «democráticos» y lo que todos queremos. Los gobiernos que intentan mejorar la vida de su propia gente son dictaduras marxistas corruptas.
Reconoció que, efectivamente, la CIA quebró el derecho estadounidense e internacional al librar la guerra contra Nicaragua en la década de 1980, y la Oficina de Diplomacia Pública de los Estados Unidos distribuyó propaganda estadounidense cuyo papel era «concentrarse en pegar sombreros negros a los sandinistas y sombreros blancos a la Contra». [Terroristas respaldados por Estados Unidos]”.
Dice que gastaron un presupuesto anual de casi 2.4 millones en dólares de hoy más 8 empleados del Departamento de Estado, la Agencia de Información de EU y la Agencia de EU para el Desarrollo Internacional. Sin embargo, se olvidó de mencionar la participación de la CIA y la organización que crearon llamada National Endowment of Democracy (NED). Pero la mayor omisión es que no mencionó que las mismas agencias están impulsando las mismas historias hoy, con mucho más dinero detrás de ellas.
En la década de 1980, Stephen Kinzer, corresponsal del New York Times, escribió algunas de las mentiras antisandinistas más virulentas, que luego fueron repetidas diligentemente por la mayoría de los otros medios.
The Nation fue uno de los medios de comunicación de la Fed que ocasionalmente nos recordaba que las supuestas violaciones a los derechos humanos de los sandinistas eran exageradas, y que sí mejoraron la vida de muchos nicaragüenses poco después de derrocar al dictador Somoza y antes de que las sanciones y la guerra de Estados Unidos tuvieran todo su impacto.
Habían reducido el analfabetismo y la pobreza y habían construido clínicas de salud en todo el campo, logros todos que fueron atacados sistemáticamente por terroristas respaldados por Estados Unidos (Contras).
Ortega regresó al poder en 2007 y Alterman afirma que «demostró no ser un socialista democrático al estilo de Sanders». Eso puede ser cierto. Los sandinistas construyen 21 hospitales, cientos de clínicas de salud y hogares de bajos ingresos. Apoyaron los derechos de las mujeres y ahora Nicaragua ocupa el quinto lugar en el mundo (entre los países nórdicos) en equidad de género.
No legalizaron el aborto porque la mayoría de su población no lo apoyaría. Reintrodujeron la educación pública gratuita para todos, desde la escuela primaria hasta la universidad. No recuerdo que el senador Sanders haya logrado algo así.
Lo que no hicieron los sandinistas fue arrestar a personas por postularse para un cargo o hablar en contra del presidente Ortega. Algunas personas fueron arrestadas por lavar dinero de Estados Unidos para promover protestas violentas, pero ninguna de ellas fue candidata a un cargo, aunque algunas se convirtieron en candidatas luego de ser arrestadas.
La policía finalmente usó la fuerza contra las protestas callejeras violentas que habían matado a muchos transeúntes y agentes de policía en 2018. No censuraron a la prensa ni mataron ni torturaron a periodistas (eso es en EEUU). La prensa estadounidense, incluido el New York Times y los “grupos de derechos humanos” proempresariales, acusaron a los sandinistas de las mismas atrocidades en la década de 1980 que en la actualidad, pero The Nation no cumplió en ese entonces.
The Nation debería sentirse avergonzado por publicar tales tonterías de derecha y propaganda de la CIA.