Tras el “Morogate”, Lula analiza sus próximos pasos

Lula esperanzado. Analizó con sus abogados el escándalo causado por el sitio The Intercept, que informó sobre la complicidad del exjuez Sergio Moro y la Fiscalía para montar las causas en el proceso Lava Jato.

«La verdad puede enfermarse, pero no muere nunca», sostuvo el líder del Partido de los Trabajadores en la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, donde está purgando una condena firmada por Moro desde abril del año pasado.

«El presidente Lula quedó bastante impactado por ese material, claro que para él todo esto no fue una novedad», contó el abogado Cristiano Zanin Martins al dejar el reclusorio.

El detenido diseñó junto con sus defensores, Zanin y José Roberto Batochio, la estrategia a seguir luego del destape del «Morogate». «Fue una reunión importante porque tratamos de estos hechos nuevos que vamos a utilizar para reforzar nuestra posición sobre la nulidad del proceso y la inocencia del presidente», precisó Zanin pero no adelantó fechas.

El reportaje publicado este domingo transcribió conversaciones de Moro y el jefe de los fiscales de Lava Jato, Deltan Dallagnol, sobre la formulación de la denuncia contra Lula. A raíz de las informaciones la Orden de Abogados de Brasil recomendó que Moro se apartara del Ministerio de Justicia y Dallagnol de su cargo en el Ministerio Público.

El titular del bloque de diputados del PT, Paulo Pimenta, inició conversaciones con otras bancadas para la creación de una Comisión Parlamentaria de Investigaciones con foco en el exmagistrado y actual ministro de Justicia y Seguridad Pública.

Dos jueces del Supremo, Gilmar Mendes y Marco Aurelio Mello, manifestaron cuestionamientos al desempeño del creador de Lava Jato en la 13a. Sala Federal de Curitiba, a lo cual se agrega que la Corte superior, a través de una decisión de Mendes, desempolvó un pedido de habeas corpus a favor de Lula basado en la falta de imparcilidad del juez ahora jubilado.

De personaje ajeno a todo pecado terrenal Moro pasó a ser visto, por parte del público, como el responsable de una conjura política que se valió de instrumentos jurídicos para apresar a Lula y, más tarde, impedirle ser candidato presidencial en los comicios ganados por Jair Bolsonaro.

Las noticias publicadas por The Intercept, que prometió más revelaciones, fueron un gancho a la mandíbula del gobierno.

Probablemente, medio grogui, Bolsonaro demoró en reaccionar: guardó silencio y se abstuvo de escribir sus habituales tuits el lunes mientras en Brasilia diputados, abogados y jueces soblo hablaban sobre la devastación política causada por el «Morogate».

Finalmente, ayer por la mañana, Bolsonaro recibió a su ministro de Justicia con quien habló a solas en el Palacio de Alvorada, tras lo cual ambos fueron en lancha a una ceremonia en un predio de la Armada, sobre el Lago Paranoá, zona este de Brasilia.

Supremo tribunal da largas a solicitud de pedido de libertad para Lula

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil postergó para el 25 de junio el análisis del pedido de libertad del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien cumple hoy 431 días en prisión por supuestos actos de corrupción.

Fuentes judiciales confirmaron que la corte superior cerró su audiencia del martes sin debatir el recurso de habeas corpus de la defensa del exdirigente obrero.

Los cinco magistrados del tribunal tenían que decidir si los abogados del exmetalúrgico tuvieron amplio derecho a la defensa cuando el caso fue abordado en abril por el Superior Tribunal de Justicia (STJ), de menor categoría.

Desde el 7 de abril de 2018, Lula permanece en prisión por supuestamente haber recibido un lujoso apartamento triplex en la ciudad de Guarujá, en el litoral de Sao Paulo, de la constructora OAS, a cambio de favorecer a la compañía en contratos con la petrolera estatal Petrobras.

En febrero, recibió otra condena por las reparaciones que las constructoras OAS y Odebrecht hicieron en una propiedad rural atribuida al exgobernante en Atibaia, Sao Paulo, como pago a presuntos favores políticos. El fundador del Partido de los Trabajadores niega todas las imputaciones.

El año pasado, el ministro Felix Fischer rechazó una petición de absolución de Lula en el proceso del apartamento triplex de Guarujá, que motivó la detención del exsindicalista.

Su defensa pide en 73 páginas la nulidad del proceso y la inmediata libertad del exmandatario. Denuncia que el exjuez Sérgio Moro fue parcial y persiguió a su defendido.

La principal prueba de la actuación política de Moros sería la aceptación del exmagistrado para el Gobierno de Jair Bolsonaro como ministro de Justicia y Seguridad Pública.

A lo anterior se suman los reportajes publicados el domingo por el sitio digital The Intercept, basados en audios, email y conversaciones comprometedoras de Moro con fiscales de la operación anticorrupción Lava Jato para incriminar al expresidente.

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