Omarosa, un vendaval de ambición y amor

La ex asesora de Trump, que forjó su imagen pública en ‘realities’, lanza un libro sobre sus 11 meses en la Casa Blanca que ya es en número 1 en ventas

 

Donald Trump aparece tres veces en el Instagram de su exasesora Omarosa Manigault Newman. La primera imagen, en agosto de 2015, es de una noticia de cuando el entonces candidato republicano amenazó a los activistas de Black Lives Matters con que, si se subían al escenario, él pelearía físicamente contra ellos. La segunda foto es de una cubeta con botellas de vino y champán marca Trump. La leyenda reza: «¡Recién entregada a nuestra suite! ¡¡Gracias @realDonaldTrump!! ¡Que comience la celebración!». La última ilustración, subida hace una semana, es de una caricatura donde el presidente sostiene un cartel que dice «perra» con una flecha indicando a Newman, y ella, a su vez, sostiene uno que dice «grifo», apuntando a él. La caricatura que hace referencia al insulto que le propinó el mandatario y el chiste está en que los canes orinan en los grifos.

Omarosa, de 44 años, lleva días acaparando titulares a raíz del lanzamiento de su libro Unhinged (Volátil), donde narra los 11 meses en los que trabajó como asesora de Trump en la Casa Blanca. La campaña de difusión del bestseller político número uno en Amazon ha consistido en lanzar granadas de mano informativas en las distintas cadenas de televisión: que el mandatario amenazó a Melania con deportarla si se divorcian, que tiene hasta 200 grabaciones que involucran a gente del Gobierno y que el republicano tiene problemas mentales es parte de la munición. La mujer trabajó de directora de comunicaciones de la Oficina de Enlace Público así que sabe cuánto le gusta el olor a pólvora a los medios.

La hija del matrimonio entre Theresa Marie Walker y Jack Thomas Manigault creció «en el capó» de Youngstown, Ohio, en un contexto marginal. Su madre le compraba la ropa escolar en el supermercado y cajeaban cupones de alimentos para la cena. Omarosa esperaba avergonzada a que los clientes desaparecieran de la tienda de comestibles para intercambiar las estampillas. «Estados Unidos es el único país del mundo que ha creado una moneda distinta para sus pobres», critica en su libro. Una serie de golpes marcaron su infancia.

A su padre lo asesinaron en la calle cuando ella tenía siete años y pocos años más tarde un incendio arrasó con la casa de su abuela, en la que falleció su primo. Su tía la tiró desde el porche del segundo piso a los brazos de su tío, quien la dejó en la nieve y le dijo que corriera. En cambio, intentó volver a entrar en el edificio en llamas. «Eso es muy indicativo de cómo es mi vida», relata en la reciente publicación, porque desde entonces, dice, siempre corre hacia el fuego «sin temor a nada».

Aunque los dolores no la han detenido, tampoco la han dejado en paz. A su hermano Jack, de 40 años, lo mató a tiros la expareja de su novia en 2011 y un año más tarde su prometido, el actor protagonista de La Milla Verde, Michael Clarke Duncan, murió de un ataque al corazón. Trump no fue al funeral, pero le envió una carta que decía: «Lo siento por tu pérdida. Escuché que Michael era un buen tipo».

En abril del año pasado Omarosa fue feliz. La mujer que rechazó entrar al realitypara buscar pareja llamado Donald Trump presenta la fusión definitiva (pero sí participó en Gran Hermano VIP), contrajo matrimonio con John Allen Newman. Allen es el pastor principal de una iglesia bautista y trabajó en la campaña presidencial de Jesse Jackson en los 80 y en la del expresidente Barack Obamaen 2008. Omarosa, que en su día representó el mayor alto cargo que ostentaba una afroamericana en el Gobierno de Trump, fue demócrata hasta 2016. «Los afroamericanos son leales al Partido Demócrata, pero desafortunadamente, el Partido Demócrata no es leal a ellos», dijo a The New York Times durante la última campaña presidencial de Estados Unidos.

Ambiciosa, temperamental y amante de los focos. Todo eso ha llevado a Omarosa a ser una verdadera experta en cerrar las puertas por fuera. Hace 15 años, cuando conoció al magnate neoyorquino en la primera temporada de su programa El Aprendiz, este la despidió en el noveno capítulo. Luego participó en dos spin-off donde escuchó las mismas palabras de cierre: «¡Estás despedida!». Los infortunios no solo acompañaron a «la mejor villana de televisión de todos los tiempos» en el mundo de la telerrealidad. Su carrera política también ha estado marcada por las expulsiones. Cuando trabajó de coordinadora para el vicepresidente Al Gore durante el mandato de Bill Clinton, le pidieron que recogiera sus cosas 13 meses después de comenzar. De allí pasó al Departamento de Comercio, donde salió con mal pie tras ser tildada de problemática y poco preparada. Por último, el año pasado cerró la puerta más poderosa de Estados Unidos. Lo describió como ser liberada de una plantación. La diferencia es que esta vez no volverá a llamar a la aldaba.

UNA ESTRELLA DE LOS PLATÓS

El tiempo vuela rápido para Omarosa. En el vorágine noticioso en que nada Donald Trump estos días, la exasesora corre el riesgo de que le quiten el micrófono antes de que actúe. Después de que el exabogado del presidente, Michael Cohen, se declarara culpable de ocho cargos, entre ellos relacionados con financiación ilegal en la campaña electoral, Omarosa intentó asomar la cabeza. La exasesora mostró un vídeo de Cohen subiendo al avión de Trump en septiembre de 2016, para demostrar se involucró en la campaña. “Este es el comienzo del final para Trump”, dijo Manigault Newman en MSNBC. Aunque ella sostiene que está dando información al fiscal que investiga la injerencia rusa, puede que tenga que recurrir a su creatividad —o a los realities— para que no le cierren la puerta.

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