Indultos vergonzosos

Alfonso Nacianceno | Granma

Roger Stone, veterano confidente político del presidente Donald Trump, debió entrar este martes en prisión para cumplir una condena de 40 meses, por mentirle al Congreso de Estados Unidos e incurrir en obstrucción de la justicia y manipulación de testigos.

Al asesor hasta 2015 de la carrera de Trump hacia la Casa Blanca, el magnate lo indultó, porque consideró que no tuvo un juicio justo por los siete cargos que se le imputaron, pese a haberle mentido al Congreso acerca de sus contactos con empleados de la campaña del actual mandatario, en relación con la publicación de correos robados de los servidores del Comité Nacional Demócrata.

Hoy Stone, quien estuvo ligado a Ronald Reagan (1981-1989) y Richard Nixon (1969-1974), se toma fotos celebrando la libertad, ajustado a su lema favorito: «No admitas nada, niégalo todo, y lanza un contrataque». Previo a la exoneración, Trump había presionado al fiscal general, William Barr, para reducir el castigo, movida que provocó la renuncia de cuatro jueces que, en febrero de 2019, llevaban el caso de Stone.

Socio de sus socios, el Presidente ha advertido que «soy el máximo responsable de la aplicación de la ley en el país», como le dijo a Barr durante un roce en el que la sangre no llegó al río, pues muchos en Estados Unidos piensan que el fiscal es su servidor particular y no de la justicia.

La conmutación de la pena de Stone refleja el abuso del poder presidencial, convertido en «su ley», como lo reflejan otros indultos de connotados corruptos.

En 2019, Donald Trump ya había hecho gala de decisiones polémicas al otorgar indulto a Edward Gallagher, un suboficial del cuerpo de élite Navy Seal, condenado por posar junto al cadáver de un prisionero de guerra iraquí de cuya muerte fue acusado en una corte marcial. Trump, en una decisión muy controvertida dentro del propio Ejército, le restituyó la graduación que el tribunal militar le había rebajado como castigo a un oficial acusado de crímenes de guerra.

En la misma ceremonia, también indultó a otros dos militares condenados por la misma causa, pero en Afganistán: al exteniente primero Clint Lorance, acusado por la muerte de dos civiles, y al comandante Mathew Golsteyn, por matar a un afgano desarmado, a quien confundió con un talibán.

Otros indultados

Rod Blagojevich, exgobernador demócrata de Illinois, condenado por 18 cargos. Fue grabado mientras pretendía vender, por un millón de dólares, el escaño en el Senado que dejó libre Barack Obama, tras ser elegido presidente, en 2009. También se le acusó por extorsionar un hospital infantil. Ahora dice ser un «Trumpócrata».

Bernard Kerik, excomisionado de la policía en Nueva York. Condenado, por ocho cargos, a cuatro años de prisión, en 2009, entre ellos fraude fiscal grave y por mentirle al Gobierno.

Edward Bartolo, antiguo dueño del elenco San Francisco 49´s de fútbol americano. Involucrado en uno de los escándalos más grandes entre los propietarios de equipos y por fraude en la industria del juego de azar. Evitó la cárcel pagando una multa de un millón de dólares.

Michael Milken, conocido financiero, culpable en 1990 de fraude de valores e impuestos, pero Trump lo considera como uno de los mayores financistas de Estados Unidos.

Judith Negrón, condenada por fraude al sistema de Salud Pública.

Crystal Muñoz, participante en una red de contrabando de marihuana.

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