Laila Tejaldine | Al Mayadeen
Pocos están hablando de este caso, el 20 de mayo de 2022, fueron detenidos en Estados Unidos los agentes de la DEA, Manuel Recio y John Costanzo, a quienes se está enjuiciando en la ciudad de Nueva York acusados de conspiración para extorsionar.
Para aminorar el daño a la reputación de la Administración de Control de Drogas (DEA, sigla en inglés), mediáticamente se presenta el caso como si se tratara de la filtración de información sobre investigaciones de drogas en curso, pero, la realidad es que los agentes de la DEA en cuestión se lucraban creando casos y ubicando a posibles perfiles para presentarles una supuesta “salida”. Posteriormente los agentes repartían el dinero captado dentro del esquema criminal.
¿Cómo funcionaba esta red?
Los agentes de la DEA, Recio y Costanzo se servían de voceros que también trabajaban para la organización, como fue el caso de Jorge Luis Hernández, alias “Boliche”. Hernández se ponía en contacto con las víctimas u objetivos elegidos por los funcionarios en cuestión.
A partir de ahí comienza el trabajo de extorsión y negociación, utilizando información falsa creada por ellos mismos, para luego ofrecer los servicios legales con un bufete de abogados escogidos por los propios agentes y luego repartirse las ganancias con los abogados cincuenta-cincuenta (50/50). Para Steven Dudley, cofundador del centro de investigación Insight Crime, “’Boliche’ es un elemento esencial en un sistema corrupto que trabaja para presentar casos y ganar dinero”.
Lo cierto, es que Hernández ya se declaró culpable y llegó a un acuerdo con la fiscalía declarando contra sus socios, Recio y Costanzo. Además, había iniciado la cooperación con el FBI y realizó grabaciones secretas que se espera que fueran pruebas claves en el juicio federal en Manhattan que se lleva contra los exsupervisores de la DEA.
Por supuesto, este no es el primero ni el último caso de corrupción que existe en la DEA, pero este caso en particular, verifica la forma indiscriminada con que opera la organización en el mundo y como se liga con la política estadounidense.
¿Cómo llega esta red a Alex Saab?
Alex Saab fue una de las víctimas de Recio y Costanzo, quienes le pidieron a Hernández ubicarlo para iniciar las labores de extorsión. Alias “Boliche” lo aborda y le hace saber a los abogados de Saab que se le estaría abriendo un caso en Estados Unidos implicando a varias de sus empresas, quienes a su vez procedieron a mostrar información sobre las empresas señaladas, demostrando que las mismas estaban libres de cualquier irregularidad.
A esto último, es lo que en una oportunidad se calificó como “cooperación” de Alex Saab con la DEA, que no fue más que una reunión del equipo de sus abogados para demostrar que las empresas señaladas no tenían ninguna irregularidad.
Tiempo después, los agentes de la DEA envían un nuevo mensaje a los abogados para decir que tenían que presentar cargos contra Saab por cualquier cosa, aun sabiendo que no se había cometido ningún delito, porque el caso Alex Saab “era muy político” e insistieron en que se les dejara trabajar y se les pagara honorarios. A lo que se respondió con un corte total de la comunicación, ya que era evidente que se trataba de una descarada extorsión.
Lo que no fue casual, es que la fabricación del caso de lavado de dinero contra Saab, haya sido presentado ante el Tribunal del Distrito Sur de Florida el mismo día -25 de julio de 2019- que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) sanciona a Alex Saab.
En el actual juicio que se está llevando a cabo en la ciudad de Nueva York en contra de los agentes Recio y Costanzo, el exfiscal Michael Nadler -quien presentó la acusación contra Alex Saab- dijo en la última audiencia: “Saab ya había aclarado los hechos relacionados con sus empresas, y no tenía absolutamente nada que hablar con ellos, Saab no los iba a ayudar y no se entregaría”.
Esta declaración evidencia que el exfiscal sabía que el caso era fabricado. Posteriormente, el 16 de diciembre de 2020, luego de la detención de Alex Saab, Elliot Abrams, encargado para los asuntos de Venezuela, mostró al Departamento de prensa de la Casa Blanca estar al tanto de las inquietudes del Departamento de Justicia en el caso de Saab.
“Estoy muy claro de las preocupaciones del fiscal y no trataré de discutir el caso”. Así lo expresó Abrams a través de un documento desclasificado. 16/12/2020. La preocupación del fiscal para ese momento era totalmente válida, ya que él entendió claramente que se trataba de un montaje.
El caso de Alex Saab es un caso viciado, motivado por razones estrictamente políticas. Estados Unidos entre sus prioridades tenía como objetivo detener a Alex Saab para estrechar el cerco a Venezuela. Así tal cual lo confesó Mark Esper, exsecretario de Defensa, cuando decía: “… el acceso a él (Saab) podría ayudar a explicar cómo funcionaban Maduro y su régimen …”.
La decisión política para detener a Saab ya estaba tomada, pero faltaba quién fabricara el caso, y es allí donde estos funcionarios de la DEA tomaron ventaja para tratar de beneficiar a su red de corrupción. Ahora bien, cuando Alex Saab no cedió ante el intento de extorsión, se activan los mecanismos para su detención, por ello, tanto la DEA como el Departamento de Estado asumen un papel principal al momento de su secuestro.
Tal como lo reconoce Mike Pompeo en su libro: “En junio de 2020, recibí una llamada de Elliot Abrams diciendo que algunos especialistas de la Agencia de Control de Drogas -DEA- tenían la oportunidad de atrapar a Saab mientras estaba en una misión para organizar un canje de oro venezolano por petróleo iraní».
En un verdadero sistema de justicia, ante este caso de corrupción en la DEA y lo revelado sobre Alex Saab, el siguiente paso sería la nulidad inmediata de las acusaciones, porque su encarcelamiento resultó de un procedimiento viciado, que se inicia y transcurre en el marco de una extorsión y se mantiene por motivaciones políticas.
En consecuencia, debería darse la liberación inmediata del diplomático venezolano Alex Saab. Sin embargo, este no es el caso del sistema de justicia estadounidense, quien hoy mantiene a pesar de todas las irregularidades a Alex Saab como prisionero político.