Países amazónicos crean una alianza

Lula da Silva se comprometió a «fortalecer» el lugar de los países con bosques tropicales en el mundo. Gustavo Petro, propuso un tribunal para juzgar crímenes ambientales. 

 Los países amazónicos acordaron este martes lanzar una alianza regional para combatir la deforestación, con el objetivo de evitar que la mayor selva tropical del planeta alcance «un punto de no retorno».  

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se comprometió a «fortalecer» el lugar de los países con bosques tropicales en la escena internacional, al inaugurar en la ciudad de Belem una cumbre con líderes de las naciones que comparten la selva amazónica. Su par de Colombia, Gustavo Petro, propuso un tribunal para juzgar crímenes ambientales y cambiar deuda externa por «acciones climáticas». 

«Agravamiento extremo» 

«Vamos a fortalecer el lugar de los países con bosques tropicales en la agenda global, desde la cuestión del cambio climático hasta la reforma del sistema financiero mundial», dijo Lula a los líderes y representantes de los países amazónicos en la norteña ciudad brasileña de Belém. La cumbre de dos días fue convocada por Lula para acordar una postura sudamericana unificada que apunte a que las naciones ricas financien el mantenimiento de las selvas para frenar el dramático proceso de cambio climático. 

«Desde que se firmó el acuerdo de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, los jefes de Estado sólo se reunieron tres veces», dijo Lula al inaugurar la cumbre de los ocho países firmantes del pacto de la OTCA, en 1995. «Hacía 14 años que no nos reuníamos. Esta es la primera vez que lo hacemos ante el agravamiento extremo del cambio climático», dijo Lula antes de subrayar que la cooperación nunca fue más urgente.  

Lula aseguró que habrá un «antes y un después» de esta cumbre y reafirmó el compromiso de Brasil de erradicar para 2030 la deforestación en la Amazonia, vasta región que alberga alrededor del diez por ciento de la biodiversidad del planeta. «Estamos empeñados en revertir el cuadro» de las actividades ilegales en la Amazonia, afirmó Lula, quien celebró la reducción de más del 40 por ciento de la deforestación en los primeros siete meses de su gobierno. 

La idea de realizar la cumbre fue presentada por el entonces presidente electo Lula en un discurso el año pasado durante la conferencia de la ONU sobre cambio climático COP27 en Egipto, y se materializó en abril de este año con la programación del evento. Junto a Lula participan del encuentro los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; de Colombia, Gustavo Petro; y de Perú, Dina Boluarte. También asisten el primer ministro de Guyana, Mark Phillips y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, mientras que Ecuador y Surinam están representados por ministros. 

Una «OTAN» de la Amazonia 

Al margen del discurso del mandatario brasileño, Gustavo Petro propuso la creación de un «tribunal de justicia amazónica para juzgar crímenes contra la selva» y sus habitantes. «Propondría un tratado militar y judicial, eso se defiende con razones, pero también con armas, crear una OTAN de la Amazonia respetando las soberanías», afirmó el presidente de Colombia. 

Petro abogó por una erradicación de los combustibles fósiles y criticó la postura de los gobiernos de izquierda que defienden la exploración petrolera. «¿No es un contrasentido total? ¿Una selva que extrae petróleo? ¿Es posible mantener una línea política de ese nivel, apostarle a la muerte y destruir la vida? ¿O América latina y las fuerzas políticas latinoamericanas deberíamos plantear otra cosa diferente?», dijo el exguerrillero colombiano. 

El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció que Estados Unidos y Europa buscan apoderarse del mayor bosque tropical del mundo. «La Amazonia alberga recursos estratégicos. América latina y el Caribe son prioridad en la estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos, esto significa que no es solo de interés del Departamento de Estado, sino del Departamento de Defensa. En esa visión, es preocupante que Europa esté en la misma posición, unos buscan controlar la Amazonia de forma militar y otros con ONGs», disparó Arce.
 

El jefe de Estado boliviano recordó en su discurso que Laura Richardson, comandante del Comando Sur de EE.UU., dijo en julio que «Latinoamérica es rica en minerales, en tierras raras y litio», por lo que la funcionaria estadounidense instó a su gobierno a poner atención a la mayor presencia de China y Rusia en la región. Arce también alertó de otros peligros como el narcotráfico, la minería ilegal y la deforestación que amenazan la fauna, la flora y centenares de comunidades indígenas en la Amazonia. 

Dina Boluarte, quien viajó por primera vez al exterior desde que asumió la presidencia de Perú en reemplazo del destituido Pedro Castillo, y con quien Lula se reunió el lunes por la noche para hablar de integración, propuso una alianza «firme» para «frenar delitos ambientales» como la tala y la minería ilegal, además del tráfico de drogas y animales. La mandataria recordó que la Amazonia no es «un santuario» sino que «es lugar de casi cinco millones de peruanos» y expresó que la prioridad debe ser dar respuesta a las «necesidades de bienestar» de los ciudadanos y las comunidades nativas. 

La vicepresidenta de Venezuela dijo que los países amazónicos están obligados a reforzar su soberanía si se quiere preservar «el alma ambiental» del planeta y se refirió a la existencia de «grandes amenazas». «El mensaje de Venezuela es unión, unión, unión», dijo Delcy Rodríguez, quien sustituyó al presidente Nicolás Maduro, ausente por una infección de oído, según informó en la red social X. 

La protección de los pueblos indígenas 

El documento firmado este martes por los ocho países amazónicos no establece metas conjuntas de deforestación, como era la expectativa de expertos y de la sociedad civil. Sin embargo, hubo «consenso» y se trató de «la mayor reunión presidencial sobre la Amazonia» hasta el momento, afirmó el canciller brasileño, Mauro Vieira, tras el primer día de la cumbre. 
 

El punto 35 de la declaración final de la cumbre dice: «Urgir a los países desarrollados a cumplir con sus compromisos de provisión y movilización de recursos, incluyendo la meta de movilizar 100 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático«. Ese objetivo, según el documento, deberá ser alcanzado en 2024 «ante la urgente necesidad de aumentar la acción climática» y «teniendo en cuenta las necesidades y prioridades de los países en desarrollo». 

Entre los compromisos acordados por los presidentes también se tiene en cuenta «la participación activa» de los pueblos indígenas en los planes de preservación de la selva. Los territorios indígenas son considerados por especialistas una importante barrera contra la deforestación, por la forma sustentable en que estas comunidades explotan sus recursos.


 

Este lunes al menos tres indígenas de la etnia Tembé fueron atacados a tiros en Tomé-Açu, estado de Pará, mientras una misión de emergencia de derechos humanos se dirigía al municipio con el objetivo de investigar denuncias de violaciones a los derechos humanos. Para la comunidad originaria los disparos provenían de personas vinculadas a la multinacional Brasil BioFuels, que produce aceite de palma en la región, destacó el portal Brasil de Fato. 

La cumbre amazónica es vista como una prueba de liderazgo de la región en la materia y especialmente de Brasil, tras la vuelta al poder de Lula, que puso fin a cuatro años de negacionismo climático por parte de su predecesor, Jair Bolsonaro. Este miércoles los mandatarios de la OTCA se reunirán con representantes de la República Democrática del Congo e Indonesia, países que también albergan en sus territorios bosques tropicales, así como otros invitados como Francia, Noruega y Alemania, con el objetivo de lograr una posición común para presentar en la COP28 que se celebrará este año en Dubai. 

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