Venezuela 2015: “golpes suaves” surten efecto

Caracas.- El año 2015 se inscribe como uno de los períodos de mayores ataques contra la Revolución bolivariana, promovidos por la derecha nacional con apoyo de Estados Unidos.

 

 

La guerra económica, la inflación inducida, el acaparamiento y el contrabando de productos básicos, sabotajes eléctricos y acciones de paramilitares en zonas fronterizas, sobresalen entre las acciones dirigidas a sembrar descontento y derrocar al gobierno de Nicolás Maduro.

Esa cruzada, con amplio reflejo en los principales medios privados del país y del extranjero, impactó en los resultados de los comicios parlamentarios, la consulta 20 en los últimos 16 años.

El 6 de diciembre, poco más de 19,4 millones de electores decidieron en las urnas la composición de los 167 escaños de la nueva Asamblea Nacional que se instala en enero para el período 2016-2021, por primera vez de mayoría opositora calificada, con 112 curules, incluidos los tres de representación indígena.

La contundente inclinación del legislativo a favor de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática llamó a la reflexión a la dirección del país, que convocó de inmediato a todo el pueblo a un debate, con el objetivo de fortalecer las transformaciones iniciadas en 1999 por el fallecido presidente Hugo Chávez (2013).

En ese sentido, comenzó un proceso de análisis que busca fortalecer la unión del movimiento revolucionario, en medio de las primeras amenazas de los diputados electos del sector adverso como la anulación de las leyes del Trabajo y de Precios Justos, y la revocación de titulares de los poderes públicos, entre otras iniciativas.

Para esta etapa inédita que se avecina, y que Maduro identificó como el reverdecer de la Revolución desde una mirada más crítica y autocrítica, los chavistas recibieron el respaldo de varios jefes de Estado latinoamericanos y caribeños, entre ellos el boliviano Evo Morales, el nicaragüense Daniel Ortega y el cubano Raúl Castro.

Desde hace más de una década, Venezuela constituye uno de los pilares del proceso de integración regional y de alianzas energéticas como Petrocaribe, los cuales podrían afectarse con otras iniciativas del nuevo parlamento de derecha, según alertaron.

Derogue el decreto ya

En marzo-abril de 2015 se desató en el mundo una ola de solidaridad, tras decretar el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que Venezuela representaba una extraordinaria amenaza a la seguridad del norteño país.

La hostil política motivó un movimiento de rechazo y se llegaron a recolectar más de 10 millones de firmas para demandar a la Casa Blanca que derogara la medida.

El propio Maduro hizo un llamado a todas las fuerzas progresistas del mundo a apoyar a su Gobierno frente a la avalancha imperialista y agradeció el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas.

Mientras, el actual titular del parlamento, Diosdado Cabello, alertó que las amenazas estadounidenses, con la participación cómplice de sus diplomáticos en Caracas, terminan como regla en invasiones, agresiones militares y se trata de alzar la voz para defender la paz.

Ese episodio se complicó en varias oportunidades hasta noviembre último cuando informes de WikiLeaks confirmaron escuchas durante 10 años de llamadas telefónicas y acceso a correos electrónicos de trabajadores de la estatal Petróleos de Venezuela, lo que provocó la ira popular.

También previo a la consulta legislativa de diciembre, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, alertó sobre el desplazamiento por la región del portaviones George Washington, maniobra militar extremadamente peligrosa para la seguridad nacional.

La potente nave estuvo acompañada por el destructor lanzamisiles DDG Chafec, también para realizar visitas a Panamá, Perú, Chile, Brasil y Argentina.

Por una frontera de paz

Desde hace más de una década, Venezuela es clave en materia de intercambio y cooperación regional, de ahí la sensibilidad al abordar diferencias con naciones vecinas.

Una muestra fue la puesta en marcha por Caracas de un plan conjunto con Bogotá para construir una frontera de paz, que abarca poco más de dos mil kilómetros, por donde deambulan bandas criminales, paramilitares y comerciantes ilegales.

La situación de inestabilidad llevó al Ejecutivo en agosto último a cerrar líneas fronterizas y establecer el estado de excepción en 23 municipios de las entidades federales de Táchira, Zulia, Apure y Amazonas, que aún se mantiene.

El presidente Maduro y su par colombiano, Juan Manuel Santos, también sostuvieron reuniones para concretar otras acciones en aras de una frontera pacífica y próspera económicamente.

La agenda incluyó la discusión de varios temas como el ataque a la moneda venezolana, el combate al narcotráfico y grupos paramilitares que operan en esas zonas colindantes.

Venezuela comenzó con este tipo de medidas poco después de un ataque contra uniformados de ese país adjudicados a paramilitares colombianos.

De otra parte, la presencia de la trasnacional estadounidense Exxon Mobil y sus pretensiones de explorar crudo en una zona en disputa con la vecina Guyana, también dio paso a un nuevo ataque contra Venezuela, orquestado desde Washington, con el fin de debilitar incluso la integración regional.

En varias oportunidades el jefe de Estado emplazó a su par guyanés, David Gragner, por señalar a Venezuela como promotora de planes intervencionistas.

En ese sentido se abogó por la diplomacia de paz y la necesidad de atender el justo reclamo venezolano a la zona del Esequibo a partir del Acuerdo de Ginebra de 1966.

Revolución indetenible

Pese a la abrupta baja de la cotización del petróleo, importante fuente de ingresos para Venezuela, y estos embates, muchos de ellos impuestos desde el exterior, el Gobierno bolivariano emprendió diversos programas sociales de vivienda, alimentos, aumento de salario mínimo, empleo, salud, educación y transporte, entre otros.

En el año que concluye, por solo citar un ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), reconoció por segunda vez los avances que gracias a la Revolución bolivariana permitieron erradicar el hambre en el país suramericano.

Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Venezuela redujo sus niveles de subnutrición: el nuevo mapa del hambre 2014 lo presenta como uno de los que más ha hecho para que su población coma bien y dignamente.

Desde esa perspectiva de que resulta posible crecerse en medio de tantas adversidades y el revés temporal de las parlamentarias, es que a las puertas de 2016, la Revolución bolivariana sale a defender las conquistas sociales de estos últimos 16 años y así mantener vigente el legado de Chávez, afirman sus principales dirigentes.

*Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Venezuela.

 

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